En el Gran Premio de Mónaco del 2023, el auto de Checo Pérez tuvo un contacto con el monoplaza de Kevin Magnussen y como consecuencia, el mexicano destruyó parte del alerón delantero en el costado izquierdo, y tuvo que entrar pits para cambiar toda la pieza frontal por una nueva. En Fórmula 1 es común ver que los pilotos entran a los pits en cuanto el auto sufre un daño en el alerón, sobre todo en el inicio de las carreras.
Esta pieza es fundamental para los autos de Fórmula 1, pero a la vez es un parte sumamente delicada, así que es relativamente sencillo de romper, sobre todo si conduces a más de 100 kilómetros por hora. ¿Pero qué onda con el alerón delantero? ¿Para qué es, para qué sirve y por qué los pilotos no pueden “vivir” sin ella en la pista? Aquí te contamos un poco.
¿Para qué sirve el alerón delantero?
A veces se dice que los autos de Fórmula 1 son unos aviones o que vuelan sobre la pista y la expresión no está de todo mal aplicada, pues tanto los aviones como los autos de Fórmula 1 trabajan un montón con la aerodinámica, es decir, la relación con el aire, con la diferencia de que un avión busca elevarse y mantenerse en el aire, mientras que un monoplaza busca todo lo contrario: mantenerse lo más pegado al suelo.
La temporada 2022 de Fórmula 1 nos reafirmó una enseñanza básica: Entre más abajo se posicione el piso de auto, más velocidad, siempre y cuando el aire sea bien dirigido, de lo contrario tendremos el efecto rebote o porpoising, con el cual tanto sufrió Mercedes y otros equipos.
Y justamente el alerón delantero cumple con la función de dirigir el aire hacia abajo del piso del auto. Esto ejerce una presión hacia abajo y con ello se mantiene el piso del auto bajo.
¿Cómo funciona el alerón delantero en F1?
Si comparas los autos de Fórmula 1 de las épocas a blanco y negro, te darás cuenta que antes los monoplazas eran una especie de óvalo con ruedas, y carecían de alerones, tanto delanteros como traseros.
Fue en 1968, en el Gran Premio de Mónaco, cuando apareció el primer auto con alerones delanteros, y fue el Lotus 49B de Graham Hill, quien no sólo logró la pole position, sino que ganó la carrera. Aquellos alerones estaban conformados por una sola pieza sólida, ubicadas centímetros atrás de la nariz del auto.
El creador de estos alerones fue Colin Chapman, quien revolucionó a la Fórmula 1 con este dispositivo que cumple la función de aumentar la presión del aire hacia abajo. Las alas de un avión, en cambio, aumentan la presión hacia arriba y es por eso que se puede elevar y mantenerse en el aire.
En nuestros tiempos, los alerones están ubicados en la parte delantera del auto, de modo que es el primer contacto entre el auto y el aire y lo que hacen es partir el aire o dirigir las moléculas hacia dos rutas, superior e inferior.
El aire que circula por abajo del alerón, viaja a una mayor velocidad respecto al aire que va por arriba del alerón y de esta manera se obtiene un efecto de succión, con el cual el piso del auto baja y es por eso que vemos chispas en algunas carreras, sobre todo en las nocturnas.
Actualmente el alerón delantero de los autos de Fórmula 1 está compuesto por cuatro aletas que cumplen con la función de “limpiar” el aire turbulento que se genera en las partes laterales a través del especio que queda entre las cuatro aletas, que fungen como una especie de canales. Ese aire turbulento es generado por los autos que van adelante y genera inestabilidad en el monoplaza.
En pocas palabras, un auto de Fórmula 1, y todos los autos tipo fórmula, requieren el alerón delantero completo y en buenas condiciones para obtener mayor rendimiento aerodinámico y cuando solo una parte se rompe, es necesario cambiar la pieza completa para que el aire sea distribuido de manera equitativa en el resto del auto, de lo contrario tendría un funcionamiento irregular o dispar.
