La gran Alemania sufre un mal endémico: ya no es indestructible, el éxito lo aniquiló. Resulta que su interminable evolución encontró en un callejón oscuro su fecha de caducidad. De ganarlo todo a perderlo todo. El gigante que se mutó en pulgarcito.
Tal vez se confundió con su pasado ganador, seguramente a la Mannschaft, el precio de la factura por tantas y tantas victorias le llegó de repente.
Su escuela vitalicia y victoriosa de pronto se hizo perecedera y rústica, solamente así se explica la peor de las crisis de este excombatiente de batallas para la posteridad.
Alemania, la peor crisis desde 1979
El equipo que alguna vez inventó un sistema solar, poniendo los balones en su órbita ganadora, hace tiempo que está en alerta. Lo de Alemania no son dos partidos al hilo con la derrota en la frente, sino la crisis desde 1979.
Hace tiempo que llamarse Alemania no es suficiente, hace tiempo que ganarle a la Mannschaft es cosa de niños. Alemania ha perdido seis de los once partidos que ha jugado en este 2018. Ya es la peor de todas, incluso que la del 85 cuando perdió cinco partidos con Franz Beckenbauer.
De los últimos 13 partidos, Alemania solo ha ganado tres, sin duda su peor registro desde 1979.
Para que la Mannschaft vuelva a sentirse ganadora, es necesario que vuelva a ganar en un camino completamente torcido.
La derrota de hoy ante Francia, es un espejo de la derrota de ayer ante Holanda, o de la derrota mundialista ante México.
De repente la Mannschaft se volvió de la Concacaf, el inmovilismo es la principal crítica hacia el entrenador alemán. La renovación que se avistaba hace un año, cuando la Mannschaft conquistó la Copa Confederaciones y el campeonato de Europa sub-21, hoy es una utopía.
¿Qué te pasó Alemania? Está a un paso de jugar en la segunda de la UEFA Nations League.
