Por Daniel Montes de Oca | @montesdeoca11
Alemania asistió a la Copa Confederaciones con una selección muy joven que, de acuerdo con palabras de su técnico Joachim Löw, tendría un proceso de aprendizaje.
El título no se descartaba, pero en caso de no llegar estaba presupuestado, pues considerando que varios estelares de la Mannschaft necesitaban descanso tras una extenuante temporada con sus clubes, no fueron convocados para el torneo.
De forma errónea y hasta grosera se le calificó como selección B al conjunto alemán que fue colocado incluso por abajo de Portugal en las preferencias para levantar el trofeo.
Se pasó por alto un pequeño detalle: Alemania es una fábrica de futbolistas, y si bien es cierto que faltaron los Kroos, Müller, Hummels, Neuer y compañía, estuvieron Ter Stegen, Draxler, Goretzka, Stindl, Werner y Can, entre otros chicos que dominan un estilo de juego y en lo absoluto aceptan las etiquetas A o B.
“Los alemanes ganan los lunes, los martes, los miércoles, los jueves, los viernes, y también los fines de semana, que eso ya lo hacían”, dijo Jorge Valdano en la transmisión de televisión tras la victoria teutona ante Chile.
Hoy en día Alemania es Campeón del Mundo, monarca europeo Sub 21, Subcampeón olímpico y Campeón de la Confederaciones. Con un modelo futbolístico perfecto, esta selección le enseña al mundo cómo debe competirse.
El respeto por el balón, la máxima competencia y el juego limpio que tienen los alemanes obliga a aplaudirles de pie. No entienden de marrullerías ni de hacer tiempo, son fieles a un proyecto en el que juegue quien juegue se hace de la misma manera.
Es cierto que sufrieron ante Chile en los primeros 30 minutos y si el futbol tuviera justicia debieron estar abajo en el marcador; sin embargo, una selección de jerarquía mundial no solo genera futbol, también liquida al adversario cuando éste se equivoca y eso sucedió tras el error de Marcelo Díaz.
De esta manera llegó a su fin la Copa Confederaciones con un ganador habitual, más allá de que no estuvieron varios de sus estelares…
Alemania iba a aprender y acabó dando una cátedra.