A veces no está tan padre que los aficionados estén tan cerca de los deportistas mientras se lleva a cabo un partido, en especial en la NBA donde en múltiples ocasiones hemos visto como fanáticos han sido aplastados por los jugadores, pero ayer la historia fue diferente, ya que cuando terminó el partido entre el Oklahoma City Thunder y los Denver Nuggets un aficionado se paró frente a Russell Westbrook y le gritó en la cara.

El final fue una locura, el partido estaba empatado a 124 con un segundo por jugar y Garry Harris convirtió un triple sobre la marca de Westbrook.

Seguramente le caerá una buena multa a los Nuggets y al susodicho fanático del equipo de Denver.

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