La estadounidense, Abbey D’agostino, demostró que el espíritu olímpico y las ganas de competir pueden superar cualquier obstáculo.
En los 5,000 metros femenil Abbey estaba teniendo una competencia normal, cuando casi a los 10 minutos de estar corriendo tropezó con Nikki Hamblin, de Nueva Zelanda, y para su mala suerte tuvo una fuerte lesión.
Una ruptura del ligamento anterior cruzado podría dejar en el suelo a cualquiera ¡pero son los Juegos Olímpicos! la norteamericana se levantó y como pudo, finalizó la carrera para después, ser ayudada por Nikki y terminar en una silla de ruedas.
Por supuesto que no ganó ni estuvo cerca de hacerlo, pero se llevó las palmas del público y se ganó nuestro respeto.