Los Minnesota Vikings son el único equipo invicto en la Conferencia Nacional después de cinco semanas de actividad en la NFL y la quinta víctima en la lista fueron los New York Jets, con todo y Aaron Rodgers, a los que venció 23-17 en el primer partido del año que se disputa en Europa. Esta vez, el escenario fue la casa del Tottenham, en Londres, y al mismo tiempo del partido de la NFL, jugaba su encuentro de la Premier League contra Brighton.
Si bien la NFL ya había realizado un partido internacional en Brasil, como parte de la primera semana, esta vez llegó el turno de Londres, una ciudad habitual para la liga estadounidense de futbol americano desde 2008 y que sólo se vio interrumpida en 2020 por la pandemia.
Este mismo escenario espera otro partido el 13 de octubre, entre los Jacksonville Jaguars y los Chicago Bears, mientras que 20 de octubre los New England Patriots enfrentarán a los Jaguars, ahora en Wembley.
Día de pesadilla para Aaron Rodgers en Londres
Los Jets consumaron su segunda derrota consecutiva, y la tercera de la temporada, ante uno de los mejores equipos a la defensiva, y producto de ello Aaron Rodgers quedó frustrado en el primer cuarto tras sufrir dos intercepciones.
Rodgers nunca había sufrido dos intercepciones en el primer cuarto, pero en Londres exprimió esta sensación de frustración después de que Andrew Van Ginkel cortará la trayectoria del lanzamiento del quarterback y llevó el ovoide hasta la zona de anotación después de recorrer 63 yardas.
Poco después, otro intento de Rodgers quedó en las manos de Cam Bynum, quien interceptó un pase buscaba las manos de Allen Lazard.
Pudo ser peor para Aaron Rodgers
El partido mejoró para Rodgers a partir del segundo cuarto, cuando por fin conectó con Lazard, pero en el cierre del tercero volvió a frustrarse al lanzar un incompleto que Lazard parecía tener en las manos y en el cierre del partido se quedó cerca de encontrar a Mike Williams y de haberlo hecho habría encontrado al menos seis puntos con los cuales habría empatado el juego, con poco más de 40 segundos para finalazar el partido.
Lo peor que le podía pasar a Aaron Rodgers en Londres estuvo apunto de suceder, pues la rodilla del quarterback quedó clavada tras soltar el ovoide y quedar prácticamente atrapado entre dos jugadores de los Vikings. Por fortuna, todo quedó en un susto.
Y a pesar de todos los pesares, Aaron Rodgers se convirtió en el noveno jugador que alcanza las 60 mil yardas en pases.