Todo era felicidad hasta que Aaron Rodgers se enojó. El símbolo de Green Bay dejó escuchar su enojo ante el armado del equipo de cara a la siguiente temporada, pues pareciera que en lugar de reforzarse, el roster se debilita.
En específico lamentó la salida del veterano Jordy Nelson, ahora en los Oakland Raiders, con quien deseaba compartir los emparrillados con los Packers hasta el momento de su retiro, pero esto ya no será posible.
“Está claro que los jugadores sólo están para jugar. Los entrenadores y staff son los que toman sus decisiones, así es como lo quieren”, declaró.
Al quarterback tampoco le gustó en su momento la salida de Alex Van Pelt, quien fue su sensei en los últimos cuatro años.
Su molestia cobra mayor relevancia debido a que al gerente general de los Packers, Brian Gutekunst, le interesa renovarle el contrato en cuanto antes, pero la insatisfacción del jugador de 34 años levanta suspicacias respecto a su futuro, pese a que se convertiría en el mariscal de campo mejor pagado de toda la historia en caso de firmar.
Durante la temporada pasada, los Packers vieron los Playoffs desde casita al finalizar la temporada regular con registro de 7-9 que lo dejó en tercero en la división norte de la Conferencia Nacional.