La fotografía es imborrable. Hace 50 años, durante las primeras olimpiadas transmitidas vía satélite a todo el mundo, una imagen revolucionó el planeta. El epicentro fue en las Olimpiadas de México 68.
¿Qué ocurrió? Durante la ceremonia de premiación de la carrera de 200 metros planos de aquellos Juegos Olímpicos, el corredor Tommie Smith se mostró desafiante, con la cabeza inclinada y su puño levantado. Detrás de él, John Carlos se unía con su propio saludo.
Era el ‘Black Power’ (Poder Negro), un acto de rebelión para señalar la segregación y el racismo en Estados Unidos.
El acto escandalizó a los que veían en el color de piel el pretexto perfecto para la esclavitud. A Smith y Carlos se les prohibió regresar a los Olímpicos de por vida. Sin embargo, con su gente, la comunidad negra, fueron tratados como héroes por sacrificar su gloria personal a la causa.
“Si gano, soy americano, no afroamericano. Pero si hago algo malo, entonces se dice que soy un negro. Somos negros y estamos orgullosos de serlo. La América negra entenderá lo que hicimos esta noche“, dijo Tommie Smith, al bajarse del podio.
La historia se encargó de abrirles un capítulo entero en la Biblia de los Juegos Olímpicos, sin embargo existe un actor secundario en aquel increíble recuerdo.
Se trata de Peter Norman, el hombre blanco de aquella imagen.
Aquel 16 de octubre de 1968, Peter Norman no era el favorito para ganar. Ni siquiera se postulaba para alcanzar una medalla. Su lugar no era el podio.
Sin embargo, a la historia poco le importan las estadísticas, o las apuestas. Aquella noche tras una rapidísima carrera, Tommie Smith rebajó el récord del mundo hasta los 19.78 segundos, y Peter Norman llegó en segundo lugar, por delante de John Carlos, que finalizó tercero.
Durante la premiación, el australiano portó en su pecho derecho un pequeño distintivo que decía: “Proyecto Olímpico por los Derechos Humanos”, una organización establecida en 1967, y luchaba en contra del racismo en el deporte.
El héroe desconocido del Black Power
El australiano, lejos de aislarse de la protesta de sus contrincantes, se unió a ellos y les dijo que estaría a su lado cuando la llevasen a cabo. “Creía que iba a ver miedo en sus ojos, pero lo que vi fue amor”, revelaría John Carlos años después.
“Tan pronto como llegó a casa fue odiado. Muchas personas en Estados Unidos no se dieron cuenta de que Peter tenía un papel más grande que jugar. Fue el quinto (más rápido) del mundo, y su carrera todavía es un récord de la Commonwealth hoy en día. Y aún así no fue a Munich (Olímpicos de 1972) porque había hecho eso. Hubiera ganado una medalla de oro”, explicó su sobrino Matthew Norman, director de la película ¡Salute!, sobre la vida de Peter antes y después de los Olímpicos de 1968.
Norman no tenía intención de hacer una protesta por su propia parte. Así que le pidió a un miembro del equipo de estadounidense su distintivo del Proyecto Olímpico para los Derechos Humanos. “Se acercó a mí y me dijo, ‘¿tienes uno de esos botones, compañero? Si un australiano blanco me pedía un distintivo del Proyecto Olímpico para los Derechos Humanos, entonces por amor de Dios tendría uno. Sólo tenía uno, que era mío, así que me lo quité y se lo di”, recordó a CNN, Paul Hoffman, miembro del equipo de remo estadounidense.
Se retiró poco después sin ganar ningún título más. Norman falleció a los 64 años en Melbourne, y hasta sus últimos días mantuvo la amistad con Carlos y Smith. Ambos ayudaron a cargar su féretro.
En 2012, el Parlamento australiano pidió perdón a Norman por no haber reconocido su rol inspirador.
Con Información de BBC, CNN, Espanol, Excelsior