Un 19 de noviembre de 1995 se disputaba el partido entre el Parma y el AC Milan. Para ese entonces, los rossoneros eran uno de los equipos más fuertes de Italia y Europa, pero un joven portero debutante llamado Gianluigi Buffon los mantuvo a cero con una gran actuación.
El Ennio Tardini vio nacer a una estrella en la portería, misma que si no hubiera sido por su padre estaría en otra posición del campo.
“Parece que el destino me hizo portero. Mi padre me sugirió que cambiara e intentara jugar en la portería. Siempre me gustó estar en el centro de la acción, experimentar diferentes situaciones y diferentes retos. Un año decidí probar a jugar de portero, y después de eso iba a volver al centro del campo”
Apenas tenía 17 años cuando el arquero titular, Luca Bucci estaba lesionado. Por lo tanto el entrenador Nevio Scala decidió darle una oportunidad a Buffon, lo demás es historia.
Dos años más tarde ya era considerado para la selección nacional de su país y su carrera despegó con campeonatos con el Parma. En 2001 sería comprado por 54 millones de euros, cifra que aún sigue siendo la más alta para la adquisición de un portero en la historia.
Su carrera ha sido impecable, llena de logros y grandes momentos. Acumula en su palmarés seis Scudettos, seis Supercopas de Italia, dos Copas de Italia, una Copa UEFA y seguramente su trofeo más preciado, la Copa del Mundo del 2006.