Después de meses de espera, por fin podemos ver la película Hereje (Heretic), una producción de A24 dirigida por Scott Beck y Bryan Woods, creadores del universo de A Quiet Place, y protagonizada por Hugh Grant en su primer personaje dentro de una cinta de terror.
Para nosotros, Hereje es una de esas películas que de manera muy sutil pero no simple, replantean la forma de presentar el horror y el suspense entre las audiencias. Y no, no lo hacen con innovaciones visuales o de efectos especiales, sino con los diálogos… y es aquí donde entra el nombre de Alfred Hitchcock. ¿Pero cómo se relaciona este nuevo filme con el maestro del suspense?
El cine de Alfred Hitchcock
Es raro encontrar a una persona, cinéfila o no, que no haya visto una película de Alfred Hitchcock. Al final, se trata de uno de los directores más aclamados y más populares en la historia del cine, y entre sus clásicos se encuentran títulos como Psycho, The Birds, Vertigo, Rear Window, Rebecca, Spellbound, North by Northwest, y más (muchos más).
Su reconocimiento parte de la forma en la que involucró a las audiencias en sus historias a través del suspenso, mostrando el miedo en su forma más básica, la cual no sucede en la figura de un ladrón o un asesino, ni en objetos aterradores. Sino en el miedo que se experimenta antes de que culmine en un acto: en el silencio, las expresiones corporales, una mirada, la oscuridad y la ignorancia, sobre todo esta última.
Por esta razón es que se ha dicho en incontables ocasiones que Hitchcock manipulaba a las audiencias. Y es cierto, pero más que eso, el director británico apelaba al drama y la anticipación de la incertidumbre constante. Era un genio al mantener inquietud en sus historias y entre escenas, aunque estas fueran de transición.
Para François Truffaut, el fan número uno del cine de Alfred Hitchcock, el suspenso en sus películas “es, antes que nada, la dramatización del material narrativo de un film o, mejor aún, la presentación más intensa posible de las situaciones dramáticas“. Y por esta razón, creaba un vínculo irrompible entre él, la película y el público.
El secreto de Hitchock
En una entrevista con la BBC en 1964, Hitchcock dijo que creía en “poner el horror en la mente de la audiencia, no necesariamente en la pantalla“. Y este es el secreto. Nos presentaba una situación desde el inicio, escalaba la amenaza y nos daba la certeza de que algo espantoso iba a suceder en cualquier momento.
¿Y eso no es lo que genera el cine de terror? Sí, pero la diferencia entre Hitchcock y otros grandes directores del género, está en que el miedo, como decíamos, no parte de una acción, sino una idea que se mantiene en nuestra mente en una infinidad de escenarios que nunca logramos adivinar.
Está claro que el director creaba estos escenarios a partir de las coincidencias, pero siempre se mantenía verosímil. Esto no lo decimos nosotros, sino el mismo Truffaut, quien diseccionó su filmografía en una extensa entrevista de más de 50 horas que se publicó en el libro El cine según Hitchcock.
El significado de poner “el horror en la mente de la audiencia” va hacia mantener la idea de peligro de manera constante, no darle tregua al público respecto a lo que ve y escucha. En esta parte es en donde triunfa la película Hereje.
¿De qué va Hereje?
Hereje sigue a dos misioneras que forman parte de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, cuyos miembros son conocidos como mormones. A lo largo del día tocan puertas para hablar de sus creencias y las ideas religiosas que mantienen a su congregación.
Es así como llegan a la casa del señor Reed, un sujeto que pidió informes a la Iglesia y que en cuanto abre la puerta de su casa, se muestra carismático, sonriente y amable. El señor Reed invita a las Hermanas Paxton y Barnes a su casa, pero ellas se niegan mientras no haya otra mujer en la casa.
El señor Reed les asegura que su esposa está en la cocina preparando un delicioso pie. Ellas aceptan pasar, él las cuestiona sobre sus creencias, su llegada a la Iglesia y su fe. La esposa nunca llega. Ellas se dan cuenta. Y es aquí donde comienza su calvario.
En Hereje, el señor Reed no es un fanático religioso, sino un entusiasta sobre la historia de la religión. Cree que la religión se cree para manipular a las mismas, y eso convierte a la manipulación en una religión por sí misma. Quiere poner a prueba a Paxton y Barnes sobre la fuerza de su fe, pues está seguro que sus creencias son un dogma impuesto pero no racionalizado.
Lo interesante de Hereje es que el rechazo del señor Reed hacia la fe, específicamente, se convierte en un dogma. Y la historia se crea en una constante contradicción que resulta aterradora.
Hereje y su relación con Hitchcock
¿Y por qué es aterrador? Porque en la película Hereje, el horror se centra en las conversaciones que tienen los tres personajes principales a partir del tema central, pero también en los momentos en lo que se crean esas discusiones. Y aquí está la relación con Hitchcock.
¿Recuerdan el secreto del director británico de poner el horror en la mente y no en la pantalla? Pues esto es lo que sucede en Hereje con el personaje del señor Reed.
Los diálogos están tremendamente bien elaborados, sobre todo por parte del señor Reed, un experto en historia y religiones cuyos argumentos parecen indebatibles. Sus posturas son exactas, y su sonrisa le otorga un aire aún más siniestro a lo que dice.
Sin embargo, es la respuesta de las protagonistas las que crean una atmósfera de tensión: el señor Reed las subestima y nosotros lo sabemos, pero no tenemos ni idea de cómo podrían terminar con esa incomodísima conversación.