Hoy en “Mundo enfermo y triste…”
Todo fanático del cine de vampiros sabrá que éste no se limita a la saga de Crepúsculo… y quizás le suene el nombre de Friedrich Wilhelm Murnau, director de Nosferatu (1922), obra maestra del Expresionismo Alemán y primera en relacionarse con la historia de Drácula de Bram Stoker.
Pues bueno, el buen Murnau murió hace ya algunos añitos, por ahí de 1931, y desde entonces su cuerpo yacía imperturbable en el cementerio de Stahndorf, Berlín –claro, en Alemania-. Sin embargo la semana pasada tal situación fue bruscamente modificada, cuando unos ladrones lograron profanar el sepulcro del director para llevarse únicamente su cráneo, según informa el diario alemán Bild.
“Cuando abrimos el ataúd y constatamos que le faltaba la cabeza, sufrimos un shock”, cuenta Olaf Ihlefeldt, irresponsable del cementerio, quien calcula que el hurtó pudo haber ocurrido entre el 4 y el 12 de julio: “supongo que la puerta de la bóveda la abrieron con un alambre”, comentó Olaf al más puro estilo de un vigilante del penal del Altiplano.
Como seguramente muchos ya suponen, el aterrador hecho podría estar vinculado a “prácticas ocultas”, comentó el portavoz de la policía en Berlín, especulación que se deriva del encontrar restos de cera derretida cerca del panteón profanado. Además, el robo no fue al azar, los autores robo sabían muy bien en qué tumba se encontraba el cuerpo del también realizador de Fausto (1926), ya que los ataúdes de sus hermanos, que se ubican en el mismo lugar, no fueron violados, esto según la agencia DPA.
Murnau murió víctima de un accidente automovilístico a la edad de 42 años, en California, Estados Unidos, país del que fue repatriado a su natal Alemania, donde fue enterrado a unos 20 kilómetros de la capital teutona. El cineasta es uno de los máximos exponentes del Expresionismo Alemán… y le hacen esto. Ya no hay temor de Dios… o de quién sea.