Lo que necesitas saber:
La carrera de M. Night Shyamalan está llena de plot twist. Pero los mejores son los que nos ha dado fuera de la pantalla.
Para muchos, 1999 fue el mejor año del cine. Y si no el mejor, al menos uno que nos entregó una cantidad enorme de películas icónicas, emblemáticas, de culto y muy comerciales, marcadas por cineastas como David Fincher, las hermanas Wachowski, Stanley Kubrick, Sam Mendes, Paul Thomas Anderson, Sofia Coppola, M. Night Shyamalan y muchos más.
Para que se den una idea, en 1999 se estrenó de todo entre cintas como Fight Club, The Matrix, 10 cosas que odio de ti, Eyes Wide Shut, American Beauty, Star Wars: Episodio I, Notting Hill, Cruel Intentions, Magnolia, Las vírgenes suicidas, El gigante de hierro, El proyecto de la bruja de Blair, El sexto sentido…
Shyamalan y su mejor plot twist…
Esta última película aparece casi siempre en el primer lugar de los listados de estrenos de 1999 como una de las más taquilleras, pero también exitosas entre las audiencias. Y sí, ese plot twist para los que lo conocemos, nos sigue atormentando. Y para los que no, los envidiamos de tener la oportunidad de verlo por primera vez.
El sexto sentido es el tercer filme de Shyamalan, y es considerado como uno de los mejores thrillers psicológicos y sobrenaturales en la historia del cine, sobre todo el tema (nuevamente) del plot twist, algo que ha marcado la carrera del director. AQUÍ les dejamos algunos de los mejores en el cine. Pero esa no fue la única contribución de Shyamalan en 1999.
Resulta que ese mismo año, participó, casi en secreto, en el guion de otra película bastante exitosa. Se trata de la teen movie She’s All That (Ella es así en su título en español). Así como lo leen y con la misma sorpresa de descubrir que Malcolm Crowe estaba…
Shyamalan escribió She’s All That
She’s All That es una de las clásicas teen movies de los 90 protagonizada por Freddie Prinze Jr. y Rachel Leigh Cook. Ya saben. La historia va de un adolescente súper popular que ni en sueños, andaría con la chica rara de la escuela. Pero cuando sus amigos apuestan para que él lo haga, resulta que ella era la más hermosa del lugar.
Y no sólo era hermosa, sino sensible, artística, inteligente. Todo un combo. ¿Cómo diablos él no se había dado cuenta? Quizá era porque ella usaba lentes y no le permitía a los demás ver lo que realmente era. Pero al final, se enamoran y viven un lindo romance.
Es genial. Nosotros la amamos. Y ahora la amamos más porque sabemos que parte de esa historia corrió a cargo de Shyamalan. Lo que han de saber, es que el mismo año en el que Shyamalan escribió El sexto sentido, también escribió el guion de Stuart Little. Otro lindo plot twist.
Pero volvamos a She’s All That. No se sabe exactamente de qué forma participó Shyamalan en el guion de la película. ¿Por qué? Porque hay varias versiones. La primera es que el director, Robert Iscove, dijo que contrataron a Shyamalan para que hiciera correcciones en el guion de R. Lee Fleming Jr., algo usual en la industria.
Sin embargo, el mismo Shyamalan confesó que, en realidad, fue un “escritor fantasma” del guion. Eso quiere decir que él se chutó la historia y el desarrollo de los personajes, pero le pusieron el nombre de alguien más. Y esa sería la razón principal por la cual no aparece en los créditos.
Un ejecutivo de Miramax de los 90, dijo que el guion de She’s All That le pertenece a ambos. El guion que Miramax compró lo escribió R. Lee Fleming Jr., y el guion al que le dieron luz verde a la producción y se filmó, es de Shyamalan.
La escena más importante de Shyamalan en la teen movie
En lo que todos coinciden es que la participación de Shyamalan en el guion de She’s All That hizo que los personajes fueran más profundos y emocionales. Y de hecho, dicen que la escena de “¿Soy una apuesta?” fue idea de Shyamalan como la base de toda la historia.
Así que M. Night Shyalaman se chutó tres de las películas más populares de 1999. Tenemos She’s All That, Stuart Little y El sexto sentido. Cada quien tendrá su favorita, pero lo que nos dice esta historia es que la ficción nunca podrá superar a la realidad, y ningún plot twist de la imaginación del mismo Shyamalan nos sorprenderá tanto como su carrera fílmica.