La semana pasada llegó a nosotros The Magnificent Seven, un reboot de la película de 1960 protagonizada por Steve McQueen y Yui Brynner. La historia de la nueva versión, nos deja ver a Denzel Washington liderando a un equipo de 7 talentosos hombres que incluyen a Chris Pratt, Byung-hun Lee, Ethan Hawke, Vincent D’Ofrio, Manuel García-Rulfo y Martin Sensmeier.

La trama se explica de manera simple: hay un pueblo que sufre bajo el yugo de un industrialista llamado Bartholomew Bogue. Sumidos en la desesperación, los habitantes buscan la ayuda de individuos con la capacidad de aniquilar a cualquier malhechor que se ponga frente a ellos, y es así como terminan reclutando a un equipo élite conformado por caza recompensas, forajidos y apostadores.

No vamos a aventarles spoilers del resto de la película, porque nuestro objetivo principal, es de hecho hablarles acerca de la obra original que sirvió como inspiración para crear tanto la película de los 60, como la versión actual.

El filme que nos contó el relato por primera vez, es un trabajo del japonés Akira Kurosawa conocido como “Los Siete Samuráis”, que fue lanzado a los cines en 1954 y es considerado como un clásico, al punto de tener dos nominaciones al Oscar y un León de Plata en la Mostra de Venecia. La diferencia entre este filme y los de vaqueros, es que este nos lleva hasta el Japón del siglo XVI, donde los habitantes de una pequeña villa son invadidos por una banda de 40 ladrones, quienes consumen todos sus recursos y siembran el terror a su paso.

¡He aquí el señor Kurosawa!

¿Es mejor o peor que The Magnificent Seven?

En comparación con sus adaptaciones, Los Siete Samuráis tiene una duración mayor y narra con mucho detalle cada parte de la historia; incluso aquellas en las que se ponen a reclutar a los guerreros. Esto puede ser considerado como un factor aburrido por algunas personas que están más acostumbradas a las ondas de Michael Bay o Zack Snyder, pero para quienes pueden notar el empeño puesto en cada detalle, la cosa es muy distinta.

Aquí no existen complejas coreografías de combate o un repertorio extenso de soundtracks, porque la magia radica en que la película realmente los sumerge en la problemática vivida en el Japón antiguo. Las aldeas realmente eran saqueadas por grupos grandes de bandidos, que acababan con el estilo de vida de los campesinos. En cuanto a las batallas, estas se sienten más auténticas aunque no sean visualmente impresionantes, y cada personaje vive o muere como lo haría cualquier ser humano; ya saben, sin salvar a los buenos con milagros y esas cosas.

Hay bajas y heridos hasta de protagonistas…

La película fue el primer trabajo que hizo Akira Kurosawa sobre samuráis. Originalmente quería dirigir un filme sobre un sólo día en la vida de estos individuos, pero descubrió una historia de siete guerreros que defendían a agricultores durante su investigación.

Hablando en sí de Los Siete Samuráis, fue un proceso que tardó en completarse y se convirtió en un tema de discusión antes incluso de ser estrenada. Después de tres meses de preproducción, esta tuvo 148 días de rodaje a lo largo de casi un año y finalmente, el presupuesto alcanzó casi el medio millón de dólares.

¿Deberían ver la película?

Ok, vamos a ser francos. Este filme no es para todo tipo de público, porque no es algo que podrían mirar con un niño, o junto a personas que están acostumbradas a ver tramas como las que encontramos en Pixels o Cross Roads. Nosotros podríamos recomendarla a ustedes, pero el que les guste sería una cuestión de gustos personales, así que la elección queda en sus manos.

Nunca es demasiado tarde para intentar ver películas que usualmente no encontramos en la tele o Netflix. Así que, si la curiosidad los invadió aunque sea un poco después de leer esta nota, no lo duden más y denle una oportunidad.

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