“Violada mientras moría”, “¿Y todavía ningún arresto?”, “¿Cómo es posible jefe de policía Willoughby?”

Esas son las frases que se leen en los tres grandes espectaculares a las afueras de un pueblo ficticio de Missouri en  Estados Unidos. Esa fue la manera en que Mildred Hayes, interpretada por Frances McDormand, buscaba justicia para esclarecer el asesinato de su hija en Three Billboards Outside Ebbing, Missouri, una de las cintas más aclamadas en la ceremonia del Oscar.

Dirigida por Martin McDonagh, Tres Anuncios por un crimen cruza la delgada línea entre la ficción y la realidad, tocando diversos temas como el racismo, la violencia de género, familias disfuncionales y, por supuesto, la protesta y la impunidad.

Si bien no está inspirada en una historia real, la idea de esta cinta nació de un recorrido realizado por el director en las afueras de Texas, donde se encontró precisamente con tres espectaculares, y de ahí, directa o indirectamente, su película ha trascendido de la pantalla a una nueva forma de manifestación y reclamos en la vida real.

Durante las últimas semanas, camionetas publicitarias, anuncios espectaculares, y toda clase de letrero, han dejado de ser utilizados para vender productos. Ahora se han convertido en una herramienta más para exigir justicia en diversas partes del mundo. Por ejemplo, en Reino Unido, tan pronto se estrenó la película, una serie de camionetas con anuncios publicitarios comenzaron a circular por las calles de Londres. “71 muertos”, “¿Y todavía no hay arrestos?”, “¿Cómo es posible?”, decía el anuncio montado en las camionetas refiriéndose al incendio de la torre Grenfell, ocurrido en junio del año pasado.

En Italia fueron montados espectaculares para criticar al político Matteo Salvini por liderar un movimiento antiinmigración. En Malta, carteles circulaban exigiendo el esclarecimiento del asesinato de la periodista Daphne Caruana Galizia, quien denunciaba casos de corrupción.

La semana pasada, las calles aledañas a la sede de Naciones Unidas en Nueva York, se inundaron de volantes publicitarios reclamando acciones para detener la muerte de miles de personas en Siria.

Mientras que en Miami, se contrataron espectaculares para reclamar al senador Marco Rubio y otros políticos afines a la Asociación Nacional del Rifle tras lo ocurrido con el tiroteo de Parkland, Florida. “Sacrificados en la escuela”, “¿Todavía no hay control de armas?”, “¿Cómo es posible, Marco Rubio?”

Finalmente, en California, el artista Sabo se encargó de colocar tres espectaculares en las calles de Los Ángeles previo a la ceremonia del Oscar: “Todos lo sabemos y todavía no hay arrestos… Digan los nombres en el escenario o cállense… El Oscar al mayor pedófilo es para…”.

En México, Three Billboards Outside Ebbing, Missouri no es ninguna novedad. La desesperación de los padres por recuperar a sus hijos que fueron víctimas de secuestro, aunado a las pocas o nulas pistas que tiene la policía, los han obligado a apoderarse de anuncios espectaculares en la urbe, como ocurrió con Isabel Wallace hace algunos años.

Y aunque sea ficción, la realidad es que este filme ha servido como el detonante para demostrar que la injusticia, la burocracia e impunidad son problemas que directa o indirectamente nos afectan a todos.

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