Con el estreno de Transformers: The Last Knight este fin de semana, muchos aún nos seguimos haciendo la misma pregunta… ¿por qué siguen haciéndolas?
Mientras que la película apenas se está estrenando en nuestro país, millones de personas ya la pudieron ver en Estados Unidos y lo que tienen que decir… bueno, no les ha ido mejor:
Mientras que la crítica siempre ha destrozado a estas serie de películas, por lo general a la gente les gusta. Pero The Last Knight simplemente se está llevando la batuta como la peor películas de los Transformers.
De manera progresiva, cada película va decayendo y sin embargo, la gente las sigue yendo a ver. Entonces, ¿cuál es el problema?
Para poder resolver esto nos tenemos que ir al inicio de todo. Creada por Hasbro en 1984, la marca de Transformers se hizo con la licencia de varios juguetes japoneses, creando su propia historia. De hecho, el juguete original de Megatron no era un villano sino todo lo contrario, pero debido a su transformación en un arma, se decidió darle el papel de malo, malísimo.
Desde ese entonces, cada generación ha tenido su propia línea de Robots que son “Más de lo que ves”. En 1986, y durante la cima de su popularidad, se lanzó la primera película animada que continuaba la historia de la serie que vino junto a los juguetes en el 84.
Pasarían más de 20 años para que los Autobots y los Decepticons regresarán a las pantallas de cine.
Transformers llego a los cines en 2007, pero con bastantes reservas. La noticia de que el director Michael Bay sería el encargado de llevar acabo este filme, preocupó tanto a los fans de la franquicia como a desconocidos.
Sin embargo, la película fue del agrado del público, quienes la recibieron con brazos abiertos y se encontraban expectantes de la segunda parte.
Claro, la crítica no fue tan generosa, llamándola como un entretenimiento meramente palomero y que el enfoque en los humanos estuvo de más.
Aún así, Transformers tuvo un rendimiento respetable en taquilla, aunque su llegada a formatos físicos le dio la vuelta a todo, siendo la película mejor vendida en DVD.
Pero luego llegamos a la segunda parte y… ¡dios! Sufriendo del mismo efecto que las precuelas de Star Wars, con Michael Bay fungiendo también como su productor, ahora no hubo nadie que le pusiera un alto. De hecho, una sola escena resume a la perfección todo lo que está mal en la película:
Humor paupérrimo, ángulos y movimientos de cámara que hacían imposible saber quién peleaba con quién, engolosinar al ejército de los Estados Unidos a la vez que los pinta como una sarta de inútiles, y por supuesto, chistes sexuales y racistas que harían sentir pena ajena a quien fuera.
En este punto se hizo obvio que el humor no se le da a Bay, incluso con Shia Labeouf haciendo su mejor esfuerzo. Una de las mayores críticas de la película original fue el tiempo que se le dio a los protagonistas humanos… ¿cuál fue la respuesta de Bay? Simple, darles más tiempo…
Larga, tediosa, tonta y aburrida fueron los adjetivos que la crítica utilizó para referirse a ella. Sin embargo, la recaudación de dinero en taquilla no se podía obviar.
¿Se podía arreglar el asunto? Sí, haciendo a un lado a los humanos y enfocarse más en los condenado robots… ya saben, la razón por la que todos fueron a ver la película.
¡Pero no! Para este punto, Dark of the Moon no sólo agregó más e innecesarios personajes humanos, sino que además, aumentó su duración a casi a tres horas… y ni con todas las explosiones del mundo se pudo salvar de ser aún más aburrida.
Obviamente, el morbo que causó el pleito entre Megan Fox y Michael Bay hizo que muchos asistieran a las salas de cine para ver a su reemplazo, Rosie Huntington, quien se lució en Mad Max: Fury Road.
Para la cuarta película, ya se notaba el cansancio de la franquicia y de sus fans. Esta vez, todos los personajes principales fueron cambiados, trayendo a Mark Whalberg como el nuevo protagonista.
Mientras que las películas anteriores no eran tímidas en la sexualización de sus actrices, por alguna extraña razón Bay creyó pertinente idealizar una relación entre una menor de edad y un adulto…
Haciendo a un lado este detallito escabroso, los Transformers parecieran ser invitados en su propia película, aunque bueno, el racismo también se dejó ver (algo que empezó desde la segunda película).
Ni la inclusión de los Dinobots salvó a este desastre, eso y que se les olvidó por completo que Optimus es un líder justo y noble, quien nunca sería opresivo con sus aliados y nunca amenazaría a nadie… ¡pero no aquí!
Y bueno, qué más podemos decirles. De alguna manera Michael Bay se las arregló para complicar las cosas con un concepto tan sencillo como los Transformers… robots que se pueden convertir en lo que sea y que gustan de agarrarse a golpes.
¿Y The Last Knight? Según las críticas es la peor de toda la serie. Pero como siempre, no hay mejor crítico que uno mismo y ¿quién sabe?, chance y no sea tan mala como dicen…