Desde que Dylan Farrow publicó una editorial abierto en el LA Times titulado “¿Por qué la revolución del #MeToo ha perdonado a Woody Allen?”, muchas actrices y actores que trabajaron en el pasado con el director han estado haciendo declaraciones sobre lo que piensan y sienten respecto de su trabajo.
Algunos, como Ellen Page, Greta Gerwig y David Krumholtz, quienes salieron en To Rome With Love y Wonder Wheel, se arrepienten de haber trabajado con él. Gerwig incluso dijo que no volvería a trabajar con él.
Sin embargo, otros como Timothée Chalamet, uno de los nombres más pronunciados este año por su trabajo en Lady Bird y Call Me By Your Name, por la cual ha recibido algunas nominaciones, no sólo ha establecido cierta distancia con el director, sino también ha donado su salario a diversas iniciativas como Time’s Up. En un post en Instagram, Chalamet explicó su decisión:
“He aprendido que un buen papel no es el único criterio a considerar al elegir un trabajo –esto ha quedado claro para mi en los últimos meses al ver cómo ha nacido un poderoso movimiento que busca terminar con la injusticia, desigualdad y sobre todas estas cosas, el silencio… No quiero beneficiarme de mi trabajo en el filme (de Woody Allen), y para eso, voy a donar todo mi salario a tres instituciones: TIME’S UP, The LGBT Center de Nueva York y RAINN (The Rape, Abuse & Incest National Network). Quiero estar hombro con hombro junto a las valientes actrices que están luchando para que las personas sean tratadas con el respeto y la dignidad que merecen”.
Lo mismo ha sucedido con Rebeca Hall, quien comparte créditos con Chalamet en la película A Rainy Day in New York junto a Selena Gomez, Elle Fanning, Jude Law, Diego Luna y Liev Schreiber. Hall primero se disculpó por aparecer en la cinta para después donar todo lo recibido al Time’s Up.