Hace unos días, Cannes anunció que The Man Who Killed Don Quixote de Terry Gilliam, protagonizada por Jonathan Pryce y Adam Driver, tendría el honor de cerrar la edición número 71 del festival. Esta fue una de las noticias sorpresas positivas que el director de Cannes ha dado durante los dos últimos meses previos al festival.
¿A qué nos referimos con positiva? A que un director como Gilliam, primero conocido por formar parte del grupo de comediantes Monty Python y sus trabajos como director en 12 Monkeys y Fear and Loathing in Las Vegas, sería el responsable de cerrar el abuelo de los festivales de cine después de que una cinta en español, Todos lo sabemos del iraní Ashgar Farhadi, fuera la seleccionada para abrir la edición.
Ahora, las malas noticias vuelven con el hecho de que una demanda contra el director, podría evitar que no sólo no cierre, sino que ni siquiera tenga su primera proyección en este lugar. Pareciera que la cinta épica de Gilliam trae una maldición. Desde que se anunció su rodaje, las cosas comenzaron a complicarse con fallas en la producción, problemas de impuestos y una extensa fecha de rodaje que comenzó 20 años después de que se tuviera la idea.., y ahora esto.
Resulta que el productor Paulo Branco y su compañía productora, quieren evitar que el filme se proyecte el próximo 19 de mayo después de una disputa por lo derechos del proyecto. De acuerdo con AFP, la película no puede ser “explotada” (generar ganancias) sin un arreglo con Alfama Films Production.
Amazon Studios, la distribuidora del filme en Estados Unidos, no ha hecho ningún comentario sobre esto; sin embargo, Thierry Frémaux ya habló sobre el tema y defendió la decisión de los organizadores de meter The Man Who Killed Don Quixote en la Selección Oficial a pesar de la disputa entre Branco y Gilliam. A través de un comunicado, el director dijo que ya sabían de la batalla legal con el director y la ruptura.
De acuerdo con Frémaux, este tipo de problemas entre cineastas, productores, distribuidores, etcétera, es algo común dentro del mundo del cine. “El Festival siempre es informado, pero nunca toma posición en este tipo de situaciones. Por lo tanto, después de discutirlo y considerar las posibilidades, decidimos poner la película en la Selección Oficial”.
¿La razón? Lo más importante es el arte, y para que una cinta de proyecte durante Cannes, lo que tiene más valor es la decisión del director, no de nadie más. Y Gilliam estuvo de acuerdo en que fuera seleccionada. “Cannes respetará la decisión legal, cualquier que sea”, pero siempre apoyará a los directores, y en este caso, a Terry Gilliam.
No es la primera vez que Paulo Bronco tiene problemas con Cannes. Alguna vez, denunció que el Festival prometió seleccionar una de sus cintas, pero al final no lo hizo. Sin embargo, Fremáux dijo que nunca se hacen promesas y que las intimidaciones y amenazas por parte del abogado del productor, les dan la razón.