La muy estilizada película de vampiros adolescentes llamada en México Los muchachos perdidos fue un hito para muchos de los que crecimos en la década de los 80. La película cumple 30 años de haber sido estrenada y nunca hubo mejor momento para volver a verla. En nuestro país recibió la clasificación B15, así que varios tuvimos que mentir para poder verla en el cine.
La combinación de personajes ubercool, como David y Star, de ñoños como Sam y los hermanos Edgar y Allan Frog, la promesa de ser siempre joven, de vivir en un verano eterno de fiesta, de encontrar la libertad en una chamarra de piel… Las películas de vampiros adolescentes nunca volvieron a ser así. Si no lo creen, vuelvan a ver Twilight.
En mil años, arqueólogos encontrarán viejas cintas de The Lost Boys y dirán “con que así era ser cool en 1987”.
1.- La música
Buena parte de lo que hacía a Los muchachos perdidos una película increíblemente cool era la elección de canciones. Cry Little Sister, de Gerard McMann, que aparece varias veces a lo largo de la cinta, le da el ambiente perfecto, entre gótico, new wave, sexy, algo punk y algo escabroso.
Prácticamente toda la película se puede enmarcar en estas dos escenas musicales:
La primera, la entrada con People Are Strange, original de The Doors y covereada aquí por Echo and The Bunnymen.
La segunda, un concierto en la playa en donde Tim Capello, el aceitado saxofonista musculoso canta “I Still Believe” mientras Michael se enamora de Star.
2.- Keifer Sutherland
Todo el mojo que Sutherland necesitaba para hacer a Jack Bauer lo obtuvo 25 años antes con su papel como el vampiro David. Keifer ya había sido un badass antes como Ace Merrill en Stand By Me, pero en Los muchachos perdidos lo llevó a otro nivel. David era cool, suave, no se sulfuraba, andaba en moto, se vestía de piel, tenía el mejor mullet y era un maldito chupasangre. No había forma de ser tan acá como David.
3.- El director
Es fácil burlarse de Joel Schumacher como el hombre que nos dio los batipezones an Batman y Robin, pero antes de esa atrocidad, Schumacher era uno de los directores de películas adolescentes más celebrados. Venía de dirigir St. Elmo’s Fire y después de dirigir un par de videos de INXS, estuvo al frente de Flatliners. Estas tres películas, esenciales en su momento, le daban todo el crédito que necesitaba para ser absolutamente cool.
4.- El elenco
Además de Sutherland, Lost Boys nos dio la primera aparición juntos de los Coreys, Feldman y Haim, elevando la barra del ochenterismo para siempre. Brooke McCarter, Billy Writh y Alex Winter formaban con Keifer el cuarteto de vampiros, que también podía pasar por una banda de tributo a Poison. Jason Patric, Dianne Wiest, Jami Gertz y Edward Herrmann completan el elenco.
5.- La moda
Es difícil no ver la forma en que están vestidos todos los personajes de The Lost Boys y querer llorar, ya sea de nostalgia o de pena. Las playeras, las hombreras, los peinados, los tenis, los aretes, los posters… No había nadie ñoño en el pueblo de Santa Carla. Las selección de atuendos de Sam merece especial atención.
6.- El ambiente
En un balance perfecto entre lo aterrador y lo fascinante, el pueblo de Santa Clara es el lugar perfecto para ser vampiro y también adolescente. El muelle en verano, las fiestas en la playa, la tienda de videos de Max, la casa del abuelo, todo grita “¡ochentas!” como pocas películas, mientras nos da un lugar, la capital mundial de los asesinatos que a la vez parece un gran lugar para vacacionar y un pésimo lugar para vivir.
7.- La escena de la comida
Después de ver esto, pasaron años para que una generación no revisara dos veces su arroz y sus fideos antes de comerlos.
8.- La cueva
La guarida de los vampiros en una gruta que solía ser un centro turístico está llena de cosas con las que soñábamos cuando éramos preadolescentes: un lugar lejos de cualquier adulto, decorado como quisiéramos, para poder hanguear con nuestros amigos y tal vez una chica. En el caso de los muchachos perdidos, su diseño de interiores de elección era un póster gigante de Jim Morrison, velas, telas, fierros retorcidos y figuras talladas en piedra. Todo muy goth, porque, pues, vampiros.
9.- El abuelo
Él es el verdadero héroe de la película. Bueno, él y Nanook, el perro cazavampiros de Sam. No sólo llenaba el cuarto de su nieto con animales disecados, tenía un Ford Fairlane 500 Skyliner 1957 convertible, andaba con la viuda Johnson y mató al jefe de todos los vampiros. Eso es lo único que nunca aguantó de vivir en Santa Carla: todos los malditos vampiros.