La Ciudad de México es tan grande, que vivamos donde vivamos siempre habrá regiones lejanas que pocas veces, incluso nunca, nos aventuramos a explorar. Estos lugares, en apariencia ajenos a nosotros por su ubicación geográfica, forman parte indispensable del gran mosaico que conforma esta metrópoli enigmática.

Uno de los propósitos de Vagando con Sopitas.com es reducir las distancias y mostrar algunos de los sitios más singulares de la ciudad para que sean conocidos por un mayor número de personas.

Cuando hicimos una nota sobre el Zoológico de los Coyotes pensamos que muchos lo conocían y que por lo tanto ese reportaje no sería del todo atractivo, sin embargo recibimos comentarios donde varios lectores dijeron que para ellos descubrir que la Ciudad de México tenía un tercer zoológico fue todo un hallazgo.

Esperamos que vuelva a suceder lo mismo con este peculiar parque ubicado en Azcapotzalco.

El gran Tezozómoc

Uno de los gobernantes más importantes y representativos del México prehispánico sin duda fue Tezozómoc. Su nombre proviene del náhuatl y significaba “Señor Quiebrapiedras”.

Famoso por su destreza militar y de negociación, este tepanecateuctli (gobernante) del pueblo tepaneca de Azcapotzalco, gobernó de 1370 a 1427, período en el que emprendió varias guerras contra ciudades vecinas para extender su dominio. Cada que conquistaba una nueva ciudad, enviaba a uno de sus hijos para que tomara el control de ella. Por ejemplo, a Coyoacán envió a Maxtla, como les comentamos hace unos meses en el Vagando con Sopitas.com sobre Chimalistac.

Tezozómoc llegó a tener tanto poder que su dominio se extendió hasta regiones más alejadas como Morelos y Toluca. Así fue como se ganó el sobrenombre de “El Tirano de Azcapotzalco”.

Imagen de ProtoplasmaKid / Wikimedia Commons / CC-BY-SA 4.0

Cuando notó que Tenochtitlán, también bajo su yugo, comenzó a volverse más fuerte gracias a su industria algodonera, intuyó que eso podría significar un riesgo y decidió usar sus dotes como negociador. Contrario a lo que hacia con los demás pueblos, Tezozómoc le rebajó a los mexicas el tributo que debían pagarle y como muestra de buena voluntad le entregó al rey de Tenochtitlán una de sus hijas para que se casara con ella.

Esta alianza (plan con maña, dirán algunos) rindió frutos en 1415, cuando la ciudad de Texcoco se levantó contra Tezozómoc y para ello le pidieron ayuda a los mexicas, quienes declinaron la invitación y se mantuvieron fieles a los tepanecas.

Tezozómoc murió en 1426, dejando su trono a Maxtla, quien carecía de la gran visión política y estratégica de su padre. Impulsivamente, este nuevo gobernante le declaró la guerra a Tenochtitlán. Ante la provocación, los mexicas unieron fuerzas con Tlacopán y Texcoco, formando la Triple Alianza que arrasaría con el pueblo de Azcapotzalco y marcaría el nacimiento del Imperio Azteca.

El sueño de Mario Schjetnan

Después de caer ante los aztecas, Azcapotzalco fue despojado de su riqueza, de muchas de sus tierras y cayó en la pobreza. Incluso debió soportar que en su plaza mayor se instalara un mercado de esclavos.

A pesar de las penurias que llegaron durante la época de la Colonia -como las epidemias de peste que mermaron su población- los pueblos tepanecas lograron mantener su identidad, misma que sus habitantes mantienen hasta nuestros días como símbolo de orgullo.

Varios siglos después, en esa misma región se construiría un parque público, destinado a rendir homenaje a Tezozómoc, y a mostrar un retrato de la estructura geográfica y organizacional que tenía el Valle de México durante el siglo XV.

Fue en 1979 cuando el arquitecto mexicano Mario Schjetnan presentó un ambicioso proyecto que buscaba recrear a escala en Lago de Texcoco, los poblados asentados en su ribera y las elevaciones montañosas que lo rodeaban.

La delegación destinó un terreno de 28 hectáreas, que habían pertenecido a la Hacienda El Rosario, para darle vida a este parque. Se construyó un lago artificial, se sembraron especies de árboles endémicas como pirules, colorines, ahuehuetes, fresnos y ahuejotes, por citar algunos; y se formaron varios montículos con tierra que fue extraída de la construcción de la línea 6 del metro.

En 1982 el parque fue concluido y abrió sus puertas, dejando sorprendidos a los vecinos (principalmente de la Unidad El Rosario) por la extensión del lugar, su multi funcionalidad y la belleza de su lago.

El Azcapotzalco tecnológico

Llegar hasta el Parque Tezozómoc puede parecer complicado para quienes no frecuentan con regularidad la delegación Azcapotzalco. Lo aconsejable es llegar por Av. Aquiles Serdán, y de ahí girar en Hacienda Sotelo. La estación del metro más cercana (aunque si tendrás que caminar un par de kilómetros) es El Rosario.

Después de unos cuarenta minutos de viaje desde el sur de la ciudad llegué a las inmediaciones del parque. Mientras caminaba rumbo a uno de los accesos me crucé con el Museo Tezozómoc, recinto operado por el Instituto Politécnico Nacional. Aunque su fachada me pareció poco atractiva entré por mera curiosidad, sin sospechar que llevaría una gran sorpresa.

En lugar de toparme con un lugar aburrido, me encontré con un museo divertido y dinámico, donde niños, jóvenes y adultos pueden aprender, desarrollar su creatividad y pasar un rato ameno y entretenido. Aunque con dimensiones mucho menores, este recinto es del estilo “Juega-toca-aprende”, adoptado por otros museos como El Papaplote de Chapultepec o el Universum en Ciudad Universitaria.

 

Como su nombre lo indica, la temática del museo es la ciencia y la tecnología, aunque abordadas de un modo que permite la fácil comprensión de conceptos por parte de los visitantes, quienes pueden recorrer las instalaciones por su parte o en un recorrido guiado.

 

Las salas tienen varias breves pero contundentes exposiciones sobre diversos temas como el electromagnetismo, las fuentes alternas de energía, las matemáticas o las fuerzas de la naturaleza, abordados mediante maquetas, robots, ilustraciones, simulaciones y otros instrumentos didácticos.

Abandoné este museo gratamente sorprendido por la experiencia y convencido de que todo visitante que llega hasta ahí se marcha con algún tipo de aprendizaje. Aunque no sabía de su existencia, el haber descubierto este sitio me confirmó que esta ciudad tiene cientos de tesoros que aguardan a todo aquel que se decida explorarla.

Un parque que lo tiene todo

Desde el exterior del Parque Tezozómoc uno ya puede advertir su tamaño. Fui un sábado alrededor del medio día y por lo mismo había una cantidad considerable de familias.

Al entrar me topé con los típicos vendedores ambulantes de frituras, dulces y vasitos de fruta fresca; un anuncio de ‘prohibido pasar con mascotas’; y un mapa de las instalaciones.

Durante los primeros metros me parecía estar en un parque cualquiera, y de hecho me costó acostumbrarme a la dinámica del lugar, pues había demasiadas cosas a las que prestarles atención: Un área de juegos mecánicos que me recordaron a una mini feria, un área de juegos infantiles, o una pista de patinaje que por ahora se encuentra en remodelación.

 

Para recorrer el parque se pueden seguir diversas rutas, siguiendo algunos de los muchos caminos ya sea a pie, en uno de los cuatriciclos que rentan o en alguno de los trenecitos que van y vienen a lo largo del parque.

Hay espacios para la práctica de distintos deportes, donde resaltan unas canchas bastante funcionales de basquetbol, voleibol y tenis; además de un gimnasio al aire libre y una pista para correr que se extiende por todo el perímetro del parque.

También hay un teatro al aire libre, esculturas y hasta un vivero.

Conforme fui adentrándome me topé con distintos montes, andadores y ciclopistas que suben y bajaban por estas elevaciones, y que pueden ser recorridos a pie, en alguno de los cuatriciclos que rentan o en los trenecitos que van y viene por todo el parque.

 

Jugando a ser gigantes

Intencionalmente, dejé para el final de mi visita el lago artificial, del que tantas expectativas me había creado. Y debo decir que para nada me decepcionó, al contrario.

Antes de mi visita había estudiado varios mapas para corroborar si en efecto el contorno del lago del parque correspondía con el del Lago de Texcoco del siglo XV. Para mi sorpresa la reproducción no sólo es muy fiel, sino que además toma en cuenta la ubicación que tenían las antiguas ciudades y poblaciones que se asentaron en las orillas. Se encuentran señaladas por unos obeliscos, donde además se encuentran unas fichas con los datos más relevantes de cada lugar.

 

Lamentablemente estas hojas no se encuentran en el mejor estado, lo que dificulta leerlas por completo.

En medio del lago se encuentra una isleta que representa el lugar donde los mexicas encontraron a un águila parada sobre un nopal mientras devoraba una serpiente, señal que los hizo levantar ahí la gran Tenochtitlán.

Gracias a los montículos que como ya mencionamos, recrean las elevaciones montañosas que rodean al Valle de México, es posible admirar este lago desde distintos puntos, algo ideal para los amantes de la fotografía. Incluso en los puntos más altos hay miradores.

Otra opción para recorrer el lago es hacerlo en alguna de las lanchas.

 

Con el paso del tiempo uno de los mayores logros de este parque ha sido el convertirse en el hábitat de varias especies terrestres y acuáticas, así como hogar temporal de varias aves migratorias que suelen hacer parada en el lago, tales como el pato cucharón o la garza blanca.

A 35 años de su fundación, este parque sigue siendo uno de los espacios verdes y recreativos más importantes de Azcapotzalco. Si bien hay zonas en las que es evidente la necesidad de mantenimiento (hay una zona del lago donde el agua luce turbia y huele mal), mucho de su cuidado y conservación es responsabilidad de los propios visitantes.

Recientemente se anunció que el parque será remodelado, por lo que podemos esperar que florezca aún más.

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El Parque Tezozómoc abre de martes a domingo, en un horario de 6 a 18 hrs. y se encuentra en Hacienda de Sotelo s/n, col. Prados del Rosario, en la delegación Azcapotzalco. El Museo Tezozómoc se encuentra a un costado.

Todo lo que no sabías que necesitas saber lo encuentras en Sopitas.com

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