Esta reseña está libre de spoilers, así que pueden leerla sin temor a que les echemos a perder la película.
En unas horas se estrenará en México Suicide Squad, la película más reciente del universo expandido de DC Comics, sobre la que se han levantado altas expectativas. No obstante, los primeros comentarios de la crítica no han sido nada favorables e incluso la califican como un desastre.
Y entonces ¿realmente es tan mala?
Depende. Primero debemos entender que reseñar una película que ha generado tanta expectativa siempre será complicado, pues de antemano tener el listón tan alto en una obra creativa hace que sus errores o desaciertos sean juzgados con más rigor. Otro factor a considerar es la tendencia de la crítica a seguir un rumbo común, es decir, intentar mantenerse en el mismo canal para no desentonar ni dar la impresión de que se tiene un criterio dispar al de los demás “expertos”.
Lo anterior explica porque muchas películas son mejor rankeadas por parte del público que por la crítica, pues es el espectador promedio el que no teme expresar su verdadero punto de vista sin temor a que se juzguen sus conocimientos sobre cine o su sensibilidad para apreciar una película.
Contrario a la tendencia que siguen las reseñas que hemos revisado, y después de ver esta película, debemos decir que al menos desde nuestro punto de vista Suicide Squad no es un desastre, aunque tiene muchos detalles que impiden calificarla mejor.
Ayer publicamos una nota donde hablamos sobre qué tan fieles eran los personajes de la película Suicide Squad con respecto al cómic. En dicho texto concluimos que la mayoría de las adaptaciones estaban bien logradas, como ejemplo podríamos mencionar a Katana (Karen Fukuhara), El Diablo (Jay Hernández) y Harley Quinn (Margot Robbie), quienes no sólo están bien caracterizados sino que saben capturar la esencia de sus respectivos personajes.
El problema viene cuando quiere armarse un rompecabezas en donde las piezas no embonan bien a pesar de que individualmente funcionan. Uno de los grandes problemas que ha tenido DC Cómics tanto en Batman V Superman: Dawn of Justice como ahora con Suicide Squad, es la urgencia de crear un universo cinematográfico exprés, algo que lleva su tiempo.
Querer presentarnos a tantos personajes en una película de dos horas, ponerlos en conflicto, madurarlos y hacer que el espectador se involucre con ellos de forma individual y colectiva luce como una labor titánica. Y casi lo logran, el problema es que los personajes que nunca amarran no hacen sino consumir tiempo y espacio en pantalla, además de generar confusión en el espectador.
A estas alturas suponemos que la mayoría de ustedes saben de qué va esta película. Si no es así les comentamos la premisa de forma concreta y fácil: Suicide Squad arranca después de los hechos narrados en Batman V. Superman: Dawn of Justice y trata sobre la conformación de un grupo de supervillanos que se encuentran recluidos en prisión, y que son reunidos por la oficial de inteligencia Amanda Waller (Viola Davis), quien se cuestiona qué pasaría si ‘el próximo Superman’ no fuera tan amigable ni civilizado.
Así, en teoría el Escuadrón Suicida se encargaría de realizar aquellas misiones encubiertas que resultan tan peligrosas que nadie (ni autoridades ni héroes) quieren hacer. A cambio estos maleantes verían reducidas su condenas y obtendrían beneficios especiales.
No pueden negar que la idea es buena pues además de permitir un enfoque diferente al que brindan la mayoría de las películas de los súper héroes, permite que se tomen más libertades creativas. Si a eso le sumamos, como ya dijimos, a un grupo de personajes interesantes interpretados en su mayoría por un cast muy competitivo en donde aparecen nombres como el de Will Smith, Jared Leto y Cara Delevingne, entonces entendemos por qué había tan altas esperanzas para esta cinta.
Incluso los primeros 15 minutos de esta película parecían insinuarnos que estábamos frente a una gran película: De forma dinámica se nos van presentando los protagonistas de la historia y vemos a Waller dandole forma al escuadrón. La selección musical contribuye a darle más fuerza a las escenas y junto a la estética visual le otorgan a la cinta un sabor diferente al de otras películas del género.
Desgraciadamente la fuerza inicial va diluyéndose poco a poco, aunque nunca se pierde del todo. Y es que aunque los hechos relatados en pantalla nunca dejan de mantener al espectador interesado y divertido con la trama (sí, hay muchos momentos de humor), son algunas inconsistencias en el guión las que hacen que la película se tambalee. Situaciones no explicadas, resoluciones un tanto incoherentes de parte de los personajes, asuntos inconclusos que de la nada se solucionan, etc.
Lo genial es que aún con su porosidad narrativa la película sigue funcionando. Hacia el final de la película es probable que ya estemos encariñados con la mayoría de los personajes y hasta nos gane la emoción en alguna de las secuencias de batalla. Aquí la clave es no buscarle coherencia a la trama sino dejarse llevar por el deleite visual y la locura de la que somos testigos.
Las actuaciones también contribuyen a que este camino sea más llevadero. Incluso Will Smith, que generaba dudas sobre el trabajo que podría hacer como Deadshot termina haciendo un gran trabajo y se amalgama bien con este letal villano.
Y bueno, llegó el momento de hablar de Harley Quinn, sin duda el personaje que sostiene toda la película. El trabajo de Margot Robbie es sobresaliente pues supo potencializar el carisma y belleza que este villana tiene en los cómics y traerlo a la pantalla grande de una forma tan convincente que las escenas en donde ella no está a cuadro parecen transcurrir más lento.
La Harley Quinn de Robbie está desquiciada pero encanta. Es ocurrente, cruel y confusa, una completa chiflada. No faltará quien diga que en pantalla la personalidad de esta villana tiene altibajos, pero vamos, hablamos de una mujer que ha perdido la cordura. Si en Batman V Superman: Dawn of Justice se alabó la forma en la que construyeron a Wonder Woman como una gran heroína, lo mismo ocurre con Harley Quinn en Suicide Squad, comprobando que a DC se le están dando bien los personajes femeninos en el cine.
Por otro lado las escenas de Harley Quinn con el Joker son una autentica delicia y guardan varios guiños para los lectores de las historietas. Esta relación incomprensible pero a la vez entrañable es uno de los elementos mejor logradas en la película.
Y ya que mencionamos al Joker, mucho se ha dicho sobre qué tan bueno es el trabajo de Jared Leto. Si bien este Joker no es tan obscuro como muchos quisieran, sí posee una locura enfermiza que resulta tétrica. Podríamos calificarlo como un gángster trastornado y andrógino que se acerca más al Jocker interpretado por Jack Nicholson, aunque con un aura propia.
No se necesita ser un experto en cómics para disfrutar Suicide Squad. A diferencia de otras películas de héroes uno puede llegar a la sala del cine siendo un neófito en el tema y de igual forma se la pasará bien.
La apreciación del cine a fin es un ejercicio subjetivo y por lo tanto siempre habrá desacuerdos. Lo cierto es que si hoy nos preguntan si Suicide Squad es un desastre, podemos decir que desde nuestro punto de vista no es así. El agua se filtra en el barco, sí, pero no lo suficiente para hacerlo naufragar.
Por @gabrielrevelo
