Cuando eres joven sientes que te puedes morir de cualquier cosa: de amor, de vergüenza, de felicidad, de oso. El sentimiento está a flor de piel y lo último que pasa por tu cabeza es que tienes toda una vida por delante. De por sí es una maldita tortura intentar descubrir quién eres, qué te gusta, ¡quién te gusta!, para qué eres bueno, a dónde vas y qué vas a hacer con el resto de tu vida. Anunciarle al mundo lo que eres es aterrador, sentimos cómo las decisiones que tomamos en ese entonces afectarán el resto de nuestras vidas. Y bueno…algunas tal vez sí, pero la neta es que más de la mitad nos pasamos de dramáticos.
Hoy, lo único que necesitas es una cámara, el espacio o la plataforma para hablar por alguien más y no necesariamente de algo que estén gustosos por mostrar. Es aquí donde nos preguntamos: ¿tenemos aún el control de nuestra privacidad?
Yo soy Simon pone temas contemporáneos sobre la mesa, incomodando a aquellos que han incurrido en este tipo de situaciones. Es como incomodar a alguien por tomar algo que no es suyo y regalarlo. Es robar el poder de tomar decisiones personales que son únicamente nuestras, son propias, son inherentes y deberían ser solo en nuestras condiciones y tiempos que nosotros establezcamos.
Parece que hemos regresado un poco a los años donde la principal virtud de la sociedad era la palabra de honor. Exhibir fotos, mensajes o videos de otra persona que no eres tú no solo está mal ¡sino que se está normativizando! Este es probablemente el tema de la película: cuando perdemos el control de tomar decisiones en torno a nuestras propias acciones, a hablar de nuestros sentimientos y nuestra vida cuando queremos y no porque tengamos que hacerlo.
No, no es solo una película de temática LGBT o únicamente para jóvenes, es una película para aceptar lo que queremos en la vida y que una vez que lo aceptamos, la decisión o no de ir tras de ello es solamente nuestra, así como también nosotros tenemos el poder de decidir lo que compartimos. ¿Cuándo queremos?, ¿Con quién queremos? Y si acaso queremos #YoSoySimón.