Anteriormente, te hemos contado sobre las piscinas más profundas o las que tienen más atracciones para bucear. Pero, ¿Qué hay de aquellos que apenas si saben nadar ‘de perrito’, esos que son el alter-ego de ‘Antorcha humana’ o de aquellos que se dejan crecer la ‘llantita’ con el pretexto de poder flotar? Pare de sufrir, que esta góndola submarina, les permitirá conocer el fondo del mar sin ni siquiera tener que mojarte o usar un traje especial.
Tal como lo lees, se trata de una especie de elevador que desciende lentamente hacia las profundidades del Mar Báltico, para que los pasajeros se tomen el tiempo de poder disfrutar de la vida submarina desde una perspectiva totalmente diferente. Una vez llegado al fondo del mar, la tripulación espera el momento en que un bacalao o una foca gris, se crucen en el camino para deleitar a todos los espectadores.
Aunque en realidad, con la densidad del agua, el poco oxígeno y la arena que es levantada por la corriente, con suerte apenas si podrán apreciar de una que otra medusa o un puñado de algas, mientras una grabación emite los sonidos del océano. Pero aquí lo importante es vivir al máximo esta experiencia tan única como inolvidable.
A través de un cristal de seis milímetros de espesor y brazos mecánicos que aguantan más de tres toneladas de peso, los pasajeros pueden mantenerse secos y seguros mientras fijan sus sentidos en el agua con la esperanza de poder avistar un par de animales. Aunque tristemente, la mayoría de ellos solo logran ver bolsas de plástico flotando.
¡Qué barato!
La firma ‘Tauchgondel’, sabe perfectamente que los ecosistemas de agua salobre, como es el Mar Báltico, son hábitats acuáticos con una salinidad más alta que la de los ecosistemas de agua dulce y más baja que la de los ecosistemas de agua de mar. Por ello, en cada inmersión dedican un poco de tiempo a la educación ambiental y a enfatizar el cuidado de los ecosistemas de todo el mundo, algo que sin duda vale la pena.
Aunque eso sí, es probable que tu viaje al fondo del mar se salga un poco de tu presupuesto, pues las góndolas submarinas, se ubican en tres costas en el noroeste de Alemania. Pero, la cosa es llegar, porque uno de sus atractivos, es que la experiencia no es nada ostentosa. El boleto de la inmersión para cuatro personas, sale en tan solo 23 euros, casi 600 pesitos. ¡Nada mal, si armas el cochinito!
Y, ¿si las góndolas submarinas fallan?
Claramente, las góndolas submarinas están creadas con una ingeniería de punta y una estructura a prueba de fallas. Aunque por supuesto no están exentos a la ‘Ley de Murphy’. El elevador, está programado para alimentar la cápsula de aire fresco en todo momento, además de que lleva tanques de oxígeno extra en caso de una emergencia.
Lo mejor, es que en caso de que los pasajeros tengan que huir, no lo hacen buceando, lo que elimina el riesgo de descompensación. De acuerdo con los operadores, las góndolas submarinas, están diseñadas para poder subir a la superficie en tan solo unos segundos, de esta manera se evita cualquier desenlace distinto al programado.
Curiosamente, las góndolas submarinas se convirtieron en viral durante la primera semana de agosto del 2021, luego de que el youtuber Tom Scott, publicara un video en el que hace el asombroso recorrido y entrevista a toda la tripulación brindando algunos tips de seguridad, lo malo es que está en alemán, con subtítulos en inglés. Pero, para fines más prácticos, mejor te mostramos el recorrido en un video mucho más didáctico al calce.
La promesa de su inventor, Andreas Wulff, es poder bucear con los pies secos y sin equipo. Las góndolas submarinas, han estado activas desde el 2006, sin tener ninguna catástrofe que reportar, por lo que actualmente, la compañía está planeando expandirse en países como Malta o Turquía. Esperemos que no tarden en llegar a este continente. Más vale que sea antes de que pase lo de las góndolas de Venecia, que tuvieron que reducir su capacidad por exceso de ‘peso pesado’.