Las capitales del mundo del cine son Hollywood, Bollywood y China, las cuales dominan, cada una, distintos aspectos de la industria del entretenimiento. Pero de a poco, hemos de hablar de la presencia de otras regiones como el éxito de las series y películas de Corea del Sur. Pero vamos por partes.
Al hablar de estas capitales, hemos de mencionar un star system de cantidad y taquilla, el cual nos lleva a un punto en común entre las tres primeras: el cine y la televisión, para todas, es un negocio. En cambio, para países como Corea del Sur o Nigeria (el famoso Nollywood), por ejemplo, la industria es un camino de desarrollo.
Como mencionamos, todas presentan sus variaciones, y si bien estas se detectan a través de las cifras (por ejemplo, la venta de boletos o la cantidad de filmes que se producen anualmente), la realidad es que hasta ahora, siguen siendo las únicas líderes que definen el rumbo que la industria toma año con año.
El éxito de las series y películas de Corea del Sur
Sin embargo, su impacto para bien de todos, se define cada vez más por la influencia de otras regiones, las cuales han crecido en las últimas décadas. Y aquí es donde entran de lleno los registros del éxito de las series y películas de Corea del Sur.
Este crecimiento surge a partir de dos puntos clave que de repente menguan entre los tres monstruos. Primero es el storytelling, y como consecuencia, la calidad de las producciones.
El mejor ejemplo, decíamos, es la industria del entretenimiento en Corea del Sur. Parasite, una producción coreana en manos del genial Bong Joon-ho, se convirtió en la primera película de habla no inglesa en llevarse el Oscar a Mejor Película. No fue Italia, el país más nominado o ningún líder europeo… fue Corea.
Ni qué decir de El juego del calamar. La televisión también ha sido clave para llegar a los mercados internacionales con producciones locales y habladas en coreano. Esta serie de Netflix se convirtió en el título más visto en la historia de la plataforma, superando a las favoritas de los fans a nivel mundial como Stranger Things.
Pero para que ese momento en la historia de los premios Oscar quedará marcado, y para que El juego del calamar se convirtiera en un fenómeno internacional, la industria del entretenimiento en Corea del Sur habría de pasar momentos sumamente complejos que fueron superados a partir de una estrategia que se ha ido adaptando a las necesidades de la época, pero también, que le apuntan a lo local. Y aquí está el secreto…
¿Cuál es la clave del éxito de las series y películas de Corea del Sur?
Así que la(s) pregunta(s) del millón son: ¿Cuál es la clave del éxito de las series y películas de Corea del Sur?, ¿cómo han logrado conquistar al mercado internacional? y ¿hacia dónde van estas producciones en vistas del futuro del entretenimiento coreano?
Por acá intentaremos responder estas preguntas a partir de una sesión que tuvimos con Don Kang, el vicepresidente de contenidos de Netflix en Corea. Pero la historia es larga, así que primero hemos de dar un enorme salto en el tiempo para llegar a la actualidad.
El nacimiento del cine coreano durante la presencia japonesa
De manera oficial, la primera película coreana se estrenó el 27 de octubre de 1919 en la región de Seúl, específicamente en Dansungsa, el primer cine del país. La película fue Uirijeok Gutu, la cual se traduce como The Righteous Revenge bajo la dirección de Kim Do San.
Fue un kino-drama. Esto quiere decir que los actores aparecían en un escenario, mientras se proyectaban diversas imágenes filmadas. Este evento que marca el inicio del cine coreano, se dio nueve años después de que Japón anexó la península de Corea bajo un engañoso y cruel protectorado.
Corea se vio sometida por los nipones en cada uno de los aspectos de su vida. Por ejemplo, en las escuelas se priorizó la enseñanza del japonés y se dejó de lado la historia y las tradiciones coreanas (de acuerdo con algunos libros, el gobierno japonés quemó más de 200 mil documentos históricos de Corea).
Atrocidades cometidas en Corea
Estas terribles circunstancias coloniales se mantuvieron hasta finales de la Segunda Guerra Mundial. Entonces, ¿qué pasó con las series y películas de Corea del Sur? También se vieron afectadas, priorizando los filmes de propaganda e incluso, asumiendo el japonés como idioma principal.
Las atrocidades que Japón cometió en Corea se han revelado con el paso de los años entre trabajos forzados (cientos de miles de coreanos eran esclavos dentro de su país o en otras colonias japonesas a lo largo de Asia). Las mujeres fueron prostituidas (para satisfacer las necesidades de los soldados japoneses) y los hombres se vieron forzados a luchar a favor de Japón durante la Segunda Guerra Mundial.
*Nota: Para muchos historiadores, el cine coreano nació antes de 1919 con el trabajo del director y también actor Na Woon Kyu (quien sobresale con el filme Arirang de 1926).
La censura como parte de la televisión y el cine en Corea
La censura, con una invasión, desde luego estuvo presente por mucho tiempo en el cine coreano. Se solicitaba que todas las películas locales y extranjeras fueran sometidas a una junta que las revisaba para determinar si podían ser proyectadas. Y era aquí donde, la mayoría, quedaban censuradas.
Fue así que el cine que apoyaba la presencia japonesa en el país, con tintes nacionalistas, creció de manera exponencial y limitó las historias de los creadores coreanos. De hecho, con la invasión japonesa en China en 1937, se vieron obligados a realizar filmes con tintes propagandísticos que apoyaran la presencia nipona.
La salida de Japón
Para 1945, Japón quedó devastado, y los efectos se reflejaron también en Corea. Si bien la presencia de Estados Unidos y la URSS, primero, ayudaron a remover la presencia japonesa de la península, dio paso a otro conflicto violento que tuvo consecuencias en la industria del cine en el país.
No se puede negar que este periodo de “libertad” tuvo fuertes influencias de la presencia estadounidense del 45 al 48. Luego, la influencia ideológica de la Guerra Fría. El inicio de la Guerra de Corea que culminó con la separación del país; y la presencia de Rhee Syng Man con un gobierno autoritario y más dictatorial (de 1948 a 1960).
Del fin de la guerra hasta la dictadura militar
La primera película coreana tras obtener su libertad, fue Viva Freedom! de 1946 bajo la dirección de Choi In-guy, la cual mostraba a un ciudadano que nunca dejó de luchar contra las fuerzas japonesas a favor de la inminente independencia de Corea.
De acuerdo con información de la embajada de Corea del Sur, tan sólo 14 filmes se produjeron de 1950 a 1953. Pero este último año, el gobierno decidió apoyar con dinero y tecnología al cine en sus intentos de revivir a la industria, y trajo como resultado algunos de los filmes más influyentes no sólo en el país, sino en general. Entre estos títulos destacan Madame Freedom de Hyeong-mo Han en 1956 y The Housemaid de Kim Ki-young en 1960.
La dictadura de Park Chung Hee de 1961 al 79 y de Chun Doo Hwan del 80 al 87, sometieron una vez más a la industria del cine con una serie de leyes y reglas que no sólo limitaron el trabajo de los cineastas y creadores, sino que redujeron el número de producciones.
Las razones detrás de este periodo de censura, en parte, era evitar que los ciudadanos vieran contenido que favoreciera al comunismo y enalteciera a Corea del Norte.
El resurgimiento de la industria en la década de los 90
Debido a la censura de las décadas pasadas, las audiencias coreanas voltearon a Hollywood para consumir producciones de televisión y cine. De acuerdo con el reporte South Korean MediaIndustry in the 1990s and the Economic Crisis, millones de coreanos fueron al cine a ver cintas como Ghost, La lista de Schindler y Jurassic Park, entre los títulos más taquilleros del inicio de esa década.
Pero pronto, el cine coreano tomó por sorpresa al mundo en esta misma época a partir del fin de las represiones militares. ¿Cómo? Con un plan del gobierno en el que se involucraron inversiones de compañías privadas en la industria del entretenimiento. A esta estrategia económica y cultural se le conoce como chaebol.
¿Qué son los chaebol?
Tal cual, empresas familiares y nacionales como Samsung o Hyundai, por mencionar algunas, recibieron apoyo financiero por parte de las autoridades para que estas, a su vez, ayudaran a levantar al país tras los constantes conflictos. Y lo hicieron en forma de subsidios, préstamos o incluso condonación de impuestos.
Ya que se encontraban firmes en el aspecto económico, estas empresas comenzaron a invertir en producciones fílmicas y en la televisión. Por ejemplo, a mediados de los 90 se crearon 20 canales con diversas categorías que cubrieran las necesidades de las audiencias: entretenimiento, música, cultura, deporte, noticias.
Y a esto, se le agregaron algunos preceptos como procurar que 70 por ciento del contenido fuera local, dejando sólo 30 por ciento para producciones extranjeras. Samsung, Daewoo y Hyundai, tomaron el mando de los canales más importantes como los de arte y cultura, el de cine y el de entretenimiento. ¿Por qué? Porque es ahí donde está la mayor parte del negocio, es decir, el dinero.
¿Jurassic Park influyó en el resurgimiento del cine coreano?
Como mencionamos arriba, la audiencia coreana fue al cine a ver los más grandes blockbusters de Hollywood, entre los que destacan Jurassic Park de Steven Spielberg en 1993. Pero esta cinta no sólo determinó la taquilla, sino que sirvió de ejemplo para el país y sus futuras inversiones.
Las chaebol, por recomendación, no sólo le apostaron lana a la televisión y el cable, sino que invirtieron fuerte en el cine a través de la tecnología. ¿Cómo le hizo Hollywood para crear dinosaurios que se vieran tan reales? Fue esta parte de la cinta, la tecnológica, la que puso el foco de atención del gobierno: el cine podría ser más redituable que otras industrias como la automotriz.
Las cosas arrancaron, por ejemplo, con la adquisición por parte de las chaebol de los derechos de películas. Tal fue el caso de Samsung al adquirir la icónica Marriage Story de Kim Ui-seok. Esto también les permitió llegar a acuerdos con estudios de Hollywood ya sea para la distribución de cintas de manera exclusiva (a un costo demasiado alto en comparación con otros países de Asia) e incluso para asumir un porcentaje del costo de las películas.
Ya luego, más de manera interna, comenzaron a realizar inversiones en la producción de ciertos filmes coreanos. Pero la crisis asiática de 1997 llegó y pegó fuerte a las chaebol, afectando también de manera directa a la industria del entretenimiento.
La crisis asiática y los efectos en el cine coreano
Como les contamos, el éxito de las películas de Corea del Sur se dio a partir de la década de los 90, financiados y/o producidos por los chaebol (los cuales pagaban el 100 por ciento de la producción, o bien, se lanzaban a armar sus propias compañías tomando como referencia la maquinaria de Hollywood).
De acuerdo con el libro Transnational Korean Cinema, todo esto sólo reveló una cosa: el interés internacional en el mercado fílmico de Corea. Y así es como llegamos al nuevo milenio, en donde Corea del Sur, a partir de 2002, comenzó a experimentar un nuevo respiro que no sólo cubrió el cine y la televisión, sino la música.
Por esos años, se estrenaron dos de las películas más icónicas del cine coreano: Oldboy en 2003 bajo la dirección de Park Chan-wook, llevándose el premio del jurado en el Festival de Cannes. También reconocemos a The Host en 2006 con el trabajo de Bong Joon ho.
El fenómeno de todos los productos de entretenimiento coreano, así, fue bautizado como hallyu que significa “ola coreana”, y se refiere a toda la música, cine y series que se exportan de Corea del Sur hacia el mundo. En los últimos años, ha crecido de manera exponencial, y la prueba es la enorme inversión que diversas plataformas como Netflix realizan al contenido coreano.
Una charla con Don Kang: ¿cuál es la clave del éxito de las películas y series de Corea?
Es difícil referirse a una sola clave del éxito de las series y películas que salen de Corea del Sur. Sin embargo, nos queda claro que parte de ese secreto se encuentra en la palabra “local”: apostarle a las historias que surgen en Corea, con un equipo coreano detrás y las audiencias coreanas en mente.
Durante una visita a las oficinas de Netflix en Corea del Sur, nos encontramos con Don Kang, quien es vicepresidente de contenidos del país en la plataforma de streaming. A lo largo de la charla que tuvimos oportunidad de tener con él, reiteró que todo se centra en lo local.
“Creo, de verdad, que una historia tiene que ser primero relevante entre nosotros… Conocemos nuestras historias y sabemos qué funciona entre nuestros suscriptores. Si intentas crear un show creyendo que conoces a las audiencias en otros países, es poco probable que te salga bien, que sea auténtico no sólo para cierto país, sino en un sentido creativo”.
Don Kang cuando le preguntaron si hay intenciones de llegar a un mercado internacional tras el éxito de El juego del calamar.
“Nuestro primer objetivo siempre es apuntar a lo local”. Es muy claro. Desde siempre, la industria del entretenimiento en el país, tras las severas restricciones, se enfocó en las historias de lo que ocurría en ese momento ya sea con una invasión y la resistencia, una idea vaga y corta de libertad, la existencia de las dictaduras y un resurgimiento económico que es si bien es funcional, también es cuestionable.
Lo que no se puede negar es la influencia que las grandes mecas del cine, como Hollywood, ha tenido en la industria en Corea. O mejor dicho, en lugar de influencia, en realidad es un sentido de competencia que no busca la pertenencia, sino la distinción.
“No se tiene que apegar a los preceptos de Hollywood para tener éxito. Hay historias que son auténticas de Corea y por eso, creo que se deben hacer aquí… Todo debe tener sentido, primero, para la audiencia de Corea, para la audiencia local”.
Don Kang sobre la presión que se ejerce en la industria para buscar el formato creado en Hollywood.
Desde la trinchera de Netflix, Kang comentó que todos los que forman parte de la plataforma en Corea, forman parte de la industria local. “Vivimos y respiramos historias locales con los creadores, directores y otros miembros de este ecosistema…”.
Los planes a futuro de Netflix con las series y películas de Corea del Sur
La estrategia, en todo sentido, ha dado frutos. Ya mencionamos El juego del calamar, pero desde el nacimiento de Netflix Corea, han surgido varios éxitos internacionales, entre los más recientes All Of Us Are Dead y Extraordinary Attorney Woo. Para este 2023, The Glory ha arrasado entre las audiencias con una historia de bullying y venganza como ninguna otra.
El plan de la plataforma para este año es lanzar más de 30 títulos entre series y películas que atiendan las necesidades, como decía Kang, de las audiencias coreanas que al mismo tiempo, responden a una variedad de contenido que se acerca a las audiencias internacionales.
De acuerdo con información de Netflix, 60 por ciento de sus usuarios han consumido contenido coreano. Y en Latinoamérica, México incluido, el mercado es aún más grande con el 85 por ciento. ¿Por qué? Nosotros apostamos a que la razón se encuentra en nuestra relación con las telenovelas.
Las telenovelas son largos dramas y/o comedias con fuertes cargas emocionales. La historia se sustenta en una premisa simple: el bien siempre reinará sobre el mal… sólo que el camino lo hace interesante. Los k-dramas o doramas son muy similares: muchas emociones, personajes entrañables y escenarios de ensueño.
Entonces, ¿por qué habríamos de consumir contenido que no fuera local si es similar? La respuesta puede variar, pero es interesante. Mientras las telenovelas apelaban, justamente, al drama y la comedia, los doramas exploraron varios géneros como el terror o la ciencia ficción. Y esa variación los hizo más atractivos e interesantes.
¿Qué es lo que vemos ahora en Netflix en la lista de tendencias? Alchemy of Souls con una historia de fantasía; Mr. Queen, las cual es una mezcla de ciencia ficción y drama de época; Crash Course in Romance, un extenso drama romántico; o incluso un reality titulado Physical 100 que reúne a varios fanáticos del deporte.
Y el apartado de “Made in Korea” se pone más interesante con una variedad enorme de producciones que se centran en lo local con miras hacia el mercado internacional, asegurando el éxito de las series y películas del país.