Álvaro Fernández Ros es un diseñador gráfico mexicano que por años se dedicó a trabajar en la industria editorial produciendo y diseñando libros y revistas, aunque su verdadera pasión es la ilustración y los cartones de humor.

Colaborador en distintos medios como El País, ahora ‘Ros’ publica Cual para tal, libro que recopila sus mejores cartones en una bonita edición de Almadía a la que tuvimos el gusto de darle una checada. La verdad nos divertimos bastante y no fueron pocas las viñetas que nos hicieron sonreír, algo que se valora mucho en estos días.

Los cartones de Ros son un refrescante hallazgo en tiempos donde al humorismo blanco se le considera en peligro de extinción. Y es que su trabajo de trazos bien definidos y que transmite mensajes sencillos pero poderosos, logra conectar con el lado humano de los espectadores sin mayor pretensión que la de regalarnos un respiro de la cotidianidad en la que estamos inmersos.

Hace unos días tuvimos la oportunidad de entrevistar a Ros, quién nos habló de este nuevo libro y del arte del humorismo en los cartones:

Sopitas.com: ¿De dónde viene la decisión de recopilar de tus cartones en un libro?

Ros: Es algo que ya había hecho, hace tres años publiqué un libro con Tumbona que también era una selección de cartones, para el cual ya había juntado bastante material de Eje Central, donde colaboraba con cinco cartones a la semana. Después colaboré en medios como Nexos, The Huffington Post y Animal Político, con quienes colaboré semanalmente durante más de dos años. Entonces volví a recolectar mucho material y esta es una selección de unos 150 cartones de unos 550 que tenía.

De ese buen bonche que tenía hice una selección muy cuidada de los que me parecían que eran los mejores, se lo propuse a Guillermo Quijas, aceptó y aquí está el libro.

Sopitas.com: ¿Y el título?

Ros: El título se lo puse usando una frase hecha como Tal para cual, que es tan universal como creo que son este tipo de cartones. Quería usar una frase muy cotidiana y darla la vuelta con Cual para tal, como para que diera una pista de que es eso: Algo muy universal pero volteado, con humor.

Sopitas.com: Sabemos que primero estudiaste Diseño Gráfico ¿Qué te hizo pasar de esa profesión a los cartones?

Ros: Estudié Diseño pero siempre me dediqué 100% a los libros, tanto ilustrándolos como produciéndolos. Desde chavo me gustaba mucho dibujar y ver los cartones de Saul Steinberg y Abel Quezada. El cartón para mí era una cosa muy familiar. Con el tiempo pensé que sería bueno intentar publicar en medios y me pasó por la cabeza escribir algo. Luego descubrí que lo mío tendría que estar relacionado a los cartones, comencé a ensayar y al poco tiempo me empezaron a publicar en Este País y en Expansión.

Después de eso ya siempre estuve colaborando con distintos medios. Al final han sido como nueve años en los que reuní mucho material y primero decidí hacer el libro de Tumbona y ahora este libro con Almadía.

Sopitas.com: Me imagino que el humorismo blanco, a pesar de su aparente sencillez, trae consigo una mayor complejidad ¿no?

Ros: No lo sé, ese humor se me da naturalmente. No soy periodista y aunque procuro enterarme de lo que pasa en mi país y estoy al tanto de los medios, no sabría traducir el día a día de la política. No me sentiría cómodo al tratar de explicar a la gente lo que pasa por medio de un cartón y desmenuzar cuáles son los hechos y las contradicciones que se dan en la política.

El tipo de cartón blanco con el cual crecí fue el de Abel Quezada, quien a veces hacía un cartón político pero tampoco era algo coyuntural pues no solía retratar a personalidades de la vida pública sino más bien creaba a sus personajes, que por cierto eran como el tipo clásico de mexicanos. Entonces, me imagino que hay muchas formas de hacer humor y éste es el que me sale con mayor naturalidad, de hecho nunca tuve que plantearme hacer cartón político porque sabía que no era lo mío.

Sopitas.com: ¿Cuál es el proceso para hacer un cartón? ¿Se te ocurre primero la idea y luego la dibujas o te sientas sin nada en mente y ‘a ver qué sale’?

Ros: Por lo general ocurre al mismo tiempo. Me pongo a dibujar ideas que se me vienen a la cabeza y empiezo a buscarles forma. A veces salen del dibujo, de un texto, de una expresión, o de una idea que me va saliendo y que puede estar relacionada con el dibujo. Por lo general cuando empiezo un dibujo termina siendo otra cosa porque en el camino se mezclan varias ideas y algo empieza a formarse. Es difícil explicar cómo empieza a nacer un cartón, pero uno siente que por ahí va y que ya le falta poco. A veces sale y a veces no.

Sopitas.com: ¿En promedio cuánto tiempo te llevas en cada cartón?

Ros: Lo que pasa es que no entrego día a día, sino que a la semana mando siete cartones (si puedo un poco más). Lo que a más me divierte son las ideas, que es la materia con la que se hacen los cartones, entonces a lo largo de la semana le dedico tiempo a vaciar ideas, a dibujar y ver. Voy guardando en una libretita mis bocetos y de ahí al final escojo los que me parecen mejores y paso al papel, entinto, escaneo y coloreo en la computadora.

Sopitas.com: ¿Qué tan biográficos son tus cartones?

Ros: Nada. Es rarísimo que lo haga, más bien me siento a trabajar y ya, necesito dedicarle horas y concentrarme en ideas que poco a poco empiezan a caer y a tomar forma, pero es un proceso largo que no se da con un chispazo, al menos a mí nunca me ha pasado.

Sopitas.com: ¿Trabajas a lápiz o en computadora?

Ros: Siempre trabajo a lápiz los bocetos y luego hago otro dibujo -de hecho hago por lo menos dos-, después elaboro otro de un tamaño más cercano al definitivo para tener más claras las proporciones y eso lo entinto en otro papel y lo escaneo para a veces meter color.

Sopitas.com: ¿Alguna vez auto-censuraste alguno de tus cartones?

Ros: Hay poca censura en el cartón de humorismo blanco, es raro que sienta que me pasé con alguno de mis dibujos, pero sí, uno puede caer en algún juego o broma que podría ser hiriente o impertinente. Trato de tener cuidado, de no pasarme, pues no tendría sentido y no quiero provocar eso, sino más bien una reflexión más callada. No son chistes rápidos, sino que los cartones tienen varias capas e interpretaciones. Además puedes releerlos en 10 años pues no tiene temporalidad.

Por @gabrielrevelo

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