Hace 5 meses, Quentin Tarantino regresó a la pantalla grande con su novena película Once Upon A Time In Hollywood. Este largometraje se llevó en su mayoría buenas críticas de la prensa especializada y de los fanáticos que gustan de comer palomitas en el cine de casi todo el mundo. Y digo casi, porque la película no pudo entrar a China por no cumplir sus lineamientos y estrictas políticas de censura.
A tan solo una semana del estreno de Once Upon A Time In Hollywood en el país de los 1,386 millones de habitantes, el gobierno liderado por el presidente Xi Jinping, decidió cancelar su transmisión a menos de que Tarantino editara/cortara una parte de su película que no cumplió con los requisitos necesarios para poder entrar a los cines chinos.
Las políticas para que algo se pueda transmitir en China son realmente bastante sencillas: No puede hablar mal de nuestra gente, nuestro gobierno, nuestros héroes, nuestra cultura, nuestras costumbres ni de nada que tenga que ver con nosotros. Así que si tienes pensado hacer algo y quieres entrar a ese mercado increíblemente lucrativo, recuerda bien estos lineamientos.
Ante esta situación y sin temblarle las patas, Quentin Tarantino decidió tomar una postura de “¿la quieres o no?”, según narra The Hollywood Reporter. La decisión que llevó a detener el estreno indefinidamente de la película protagonizada por Leonardo DiCaprio, Brad Pitt y Margot Robbie, se podría tratar sobre la forma en la que Tarantino representa a Bruce Lee, quien es de descendencia China.
Es bien sabido que Tarantino es un artista bastante meticuloso y dedicado. En sus películas todo tiene una razón de existir y es precisamente por eso, además de su única visión y forma de hacer cine, que lo ha llevado a ganarse un nombre entre los grandes directores de la historia. Así que no es sorpresa que no quiera editar su película.
Once Upon A Time In Hollywood hubiera marcado el primer lanzamiento en forma de una película de Tarantino en ese territorio. Hasta ahora, la película ha generado $366 millones de dólares y con la entrada a China, seguramente hubiera superado los $400.
En los últimos meses, el tema de la censura en China ha estado bastante calientito. Desde las protestas en Hong Kong, el gobierno ha estado al tiro para prohibir a quien sea que hable mal de ellos. Además del oso amarillo amante de la miel Winnie Pooh, recientemente South Park fue retirado del país por burlarse de sus políticas de censura y posteriormente al productor de música electrónica Zedd por darle “me gusta” a un tweet de South Park.
Muchas películas de Hollywood no tienen reparo en editar sus películas para entrar en la taquilla China. Por ejemplo, la ganadora del Oscar, Bohemian Rhapsody, quitó cualquier mención de Freddie Mercury sobre su orientación sexual, ya por allá desaprueban el contenido homosexual.