Stephen King no sólo vende miedo a través de novelas, historias que mezclan horror con fantasía dentro de un contexto conocido por los lectores (bullying, abuso, injusticias). King, como uno de los escritores más populares y leídos en el mundo, vende también la salvación para sus personajes. Les da una oportunidad, y esa es la clave del éxito de un autor que se enfrenta cada vez más a la realidad brutal, horrible y sin muchas esperanzas.
Este año, King va por su libro número 61 y no se puede apegar más a la realidad. The Institute, grosso modo, sigue la historia de unos niños con habilidades sobrenaturales que son encerrados en un instituto que los explota hasta que dejan de ser útiles. Y aquellos que dirigen el lugar no son cualquiera, sino sus padres. Los tres personajes principales, de no más de 12 años, se rebelan…
¿Una oportunidad, esperanza para escapar de un sistema opresor? Niños con esas habilidades son recurrentes en el universo de King con The Shining (Danny Torrence) y Carrie, por mencionar dos de las más populares. Y niños con esperanzas también como el Club de los Perdedores de It, que si bien no tienen ese don, su poder máximo es la unión, la fraternidad, y en esta historia, la realidad se vive en dos lugares distintos.
It es, sin duda, una de las novelas más exitosas de Stephen King que ha sido adaptada a una miniserie para la televisión en 1990 que presentó al mundo a Pennywise, un ente milenario que toma forma de los peores miedos de la gente, en este caso, un payaso. Tim Curry interpretó a It y lo convirtió en un verdadero icono de terror que ha trascendido en el tiempo, a tal grado que regresó al imaginario de las audiencias 27 años después (irónico si pensamos que en su historia original, It “vive” en un ciclo de 27 años).
En 2017, Andy Muschietti (junto a su hermana Barbara), realizaron el remake de It que se convertiría en la película de terror más taquillera de todos los tiempos en su presentación del Club de los Perdedores, un grupo de niños marginados que deben enfrentarse a It. La película es grandiosa desde su guión (a cargo de Gary Dauberman y Cary Fukunaga), la producción y los efectos especiales, y el elenco liderado por Bill Skarsgård (Pennywise).
Como sabemos, la novela de King tiene más de mil 100 palabras porque describe a detalle el proceso de cada uno de los siete perdedores, pero sobre todo porque ahonda en la historia del payaso, es decir, su origen, su poder, su esencia y su fin. Para esto último, Muschietti volvió a Derry (pueblo ficticio) con los Perdedores, pero ya de adultos, para terminar de una vez por todas con It.
Y así es como este fin de semana se estrena It: Chapter 2, la cinta de terror más esperada del año con un elenco de primera llevado por Jessica Chastain, James McAvoy y Bill Hader. En esta cinta, el director argentino tomó todo lo que pudo del libro, y lo plasmó en una historia de casi tres horas que destacada por los actores (incluidos nuevamente los niños) y el buen uso del CGI para crear monstruos.
Tuvimos la oportunidad de platicar con Chastain (Beverly), Hader (Richie), Jay Ryan (Ben), Isaiah Mustafa (Mike), James Ransone (Eddie) y Andy Bean (Stan), sobre sus decisiones dentro de la película y cómo habrían enfrentado a Pennywise.
Nota: De alguna otra forma, Bill Hader termina haciendo una imitación de Reese Whiterspoon en Election.
También tuvimos la oportunidad de platicar con Sophie Lillis (Beverly), Jaeden Martell (Bill), Wyatt Oleff (Stan), Jeremy Ray Taylor (Ben) y Chosen Jacobs (Mike) sobre la mejor descripción de una película de terror pero que también es muy divertida. ¿Pero lo mejor? Nos contaron qué les gustaría hacer dentro del cine en unos… 27 años (en lo que Pennywise regresa).
Y por si eso no fue suficiente, también platicamos con Andy Muschietti y Bill Skarsgård sobre cómo fue traer de vuelta a un icono del terror y cuál de todos los perdedores es su favorito (o les hubiera gustado interpretar).
Chequen acá la entrevista de It: Chapter 2 seguida de nuestra reseña sin spoilers:
‘It: Chapter 2’: El elenco y la tecnología se llevan la película (quizá demasiado larga)