2020 está siendo un año bastante complicado, porque se está llevando a muchas personas y lamentablemente, el cine se viste de luto por la muerte de Ian Holm a los 88 años de edad. Para nadie era un secreto que el actor, uno de los más multifacéticos que se hayan visto, llevaba años luchando contra la enfermedad de Parkinson, aunque ya había vencido anteriormente al cáncer de próstata.
La noticia de su fallecimiento fue confirmada por The Guardian a través de su familia, quienes recordaron al actor con un emotivo mensaje: “Es con gran tristeza que (Ian Holm) falleció esta mañana. Murió pacíficamente en el hospital, con su familia y su cuidador. Encantador, amable y ferozmente talentoso, lo extrañaremos enormemente”.
¿Quién fue Ian Holm?
Nacido en Goodmayes, Inglaterra, el 12 de septiembre de 1931, Holm inició en la actuación después de que su dentista, entre muchas otras personas, le presentaran a Henry Baynton, un renombrado actor shakesperiano que fue el mentor del joven actor. Las lecciones que Baynton le dio a Holm, le ayudaron a asegurar su admisión en la Real Academia de Arte Dramático en 1949.
Después de algunas debido al Servicio Nacional y una corta gira de actuación por los Estados Unidos en 1953, Holm se graduó de la Academia y comenzó a buscar papeles de todo tipo, aunque solamente consiguió un lugar como portador de lanzas (o sea, como actor sin diálogos) con la Royal Shakespeare Company, nada espectacular pero por algo se tiene que empezar, ¿no?
A partir de ahí, Ian Holm se forjó una enorme carrera dentro del teatro, ganando un Tony en 1967 por la obra The Homecoming de Harold Pinter. Fue en esa misma década cuando entró de lleno al cine, y lo hizo con algunas producciones un tanto pequeñas, pero el primer reconocimiento dentro de este ámbito le llegó un año más tarde, llevándose un BAFTA por su papel secundario en The Bofors Gun.
Después de esto haría un montón de películas y series de televisión, sin embargo, la fama internacional vendría de la mano de Ridley Scott en 1979, quien lo reclutó para una de las mejores cintas de su carrera, Alien: el octavo pasajero, donde Holm interpretó a Ash, el icónico androide traicionero de la cinta.
Pero dos años más tarde, Ian nos regaló la que muchos consideran como la mejor actuación de su carrera, siendo el entrenador de pista Sam Mussabini en Carros de fuego de 1981. El papel le valió otro premio BAFTA, así como su primera y única nominación al Oscar. Tras este papel, Ian Holm consolidó su carrera en Hollywood en películas como Brasil de Terry Gilliam, Dreamchild de Dennis Potter, Enrique V de Kenneth Branagh, Hamlet de Mel Gibson, Almuerzo desnudo de David Cronenberg y El quinto elemento de Luc Besson.
Estamos seguros que muchos reconocen a Ian Holm por interpretar a Bilbo Baggins en la adaptación cinematográfica que Peter Jackson armó a principios de los 2000 de El Señor de los Anillos, además volvió con el mismo papel para las precuelas de El Hobbit. Sin embargo, no era la primera vez que Holm recorría las fantasías de J.R. Tolkien, pues en 1981 Holm le dio voz a Frodo Baggins en la adaptación radiofónica que hizo la BBC.
Gracias a su grandiosa carrera llena de éxitos, Holm fue nombrado Comandante del Imperio Británico en 1989 y nombrado caballero nueve años después. Sin duda una de las pérdidas más grandes para el cine y el entretenimiento de los últimos días.
