La australiana Melissa Brunning, de 34 años, casi no la cuenta luego de que, durante sus vacaciones en la bahía de Dugong, ubicada al norte de Australia, la mujer intentara dar de comer a un tiburón nodriza leonado, que en lugar de llevarse sólo la comida, tomó también su dedo y la arrastró al mar.

Cuando se encontraba de paseo en un barco, Melissa se acercó a la orilla de éste, en donde se encontraban nadando varios tiburones nodriza leonado. Con la intención de alimentar a uno de ellos, que medía poco más de dos metros de largo, se acercó con la mano extendida, pero no esperó que la fuerza del animal superara la de ella.

“Sucedió muy rápido. Todo en lo que realmente podía pensar era en el hecho de que mi dedo se había ido. El tiburón lo había sujetado con fuerza y sentía como si estuviera triturando el hueso”, contó Melissa a 7 News.

Cuando esta mujer cayó al agua, inmediatamente la sacaron de ahí, pero su susto fue tan grande que creyó que había perdido el dedo y no quería mirar.

Aunque no perdió ninguna de sus partes, Melissa sí sufrió una fractura, se le rompió un ligamento y además tenía una infección bastante grave.

“Subí y dije que había perdido el dedo. Ni siquiera podía mirarlo porque pensé que se había ido, y pensé que si lo miraba probablemente me quedaría en estado de shock”, dijo.

De acuerdo a El País, la bahía de Dugong es conocida porque en ella habitan tiburones y cocodrilos de agua salada que pueden llegar a medir más de siete metros de largo y pesar hasta una tonelada.

La especie de tiburón con la que se encontró Melissa, el nodriza leonado, posee una poderosa mandíbula y varias filas de colmillos.

Luego de su experiencia, Melissa se dio cuenta de que cometió un error al querer alimentar al tiburón y advirtió: “Solo sé consciente de tu entorno y no alimentes a los tiburones”.

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