A 37 años de la muerte del escritor mexicano Jorge Ibargüengoitia, recordamos el día en que el vuelo 11 de Avianca se estrelló en la localidad de Barajas, en Madrid, España, el cual provocó también el fallecimiento de otras 18o personas. De hecho, abordo de esta aeronave también viajaban otros literatos y artistas que tenían como destino el I Encuentro de la Cultura Hispanoamericana, en Bogotá, Colombia.
Breve biografía de Jorge Ibargüengoitia
Jorge Ibargüengoitia Antillón nació el 22 de enero de 1928 en Guanajuato. Fue dramaturgo, narrador y ensayista, aunque primero estudió ingeniería entre 1945 y 1949. Sería hasta 1951 que comenzó a estudiar letras y luego una maestría en arte dramático en 1957, en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
De acuerdo con la Secretaría de Cultura, en 1954 dio comienzo a su carrera en las letras con su comedia estudiantil Susana y los jóvenes, a la que luego siguieron obras como: Ante varias esfinges, El atentado, Clotilde, el viaje y el pájaro y La conspiración vendida; todas ellas parte de su época en el teatro.
Por otra parte, su primera novela, y hasta el momento la más reeditada, fue Los relámpagos de agosto, la cual se publicó en 1965. Sí, esta obra “aborda la inconsciencia y degradación de los jefes militares, en este caso, los de la Revolución Mexicana que son vistos desde el sarcasmo y el humor”, indica la dependencia.
Después, Jorge Ibargüengoitia escribió las siguientes novelas: Maten al león (1969), Estas ruinas que ves (1975), Dos crímenes (1979) y Los pasos de López (1982). Igualmente, publicó una recopilación de cuentos, La ley de Herodes (1967).
El escritor también fue profesor de teoría y composición dramáticas en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM (1955-1956) y de lengua y literaturas españolas en el Institute for Foreign Studies (1963). Además, impartió clases en la Universidad de las Américas (1965-1966) y en la Universidad de California (1968).
27 de noviembre de 1983: El accidente del vuelo 11 de Avianca
El 26 de noviembre de 1983, Jorge Ibargüengoitia salió de su casa en París, para dirigirse al aeropuerto y tomar un vuelo a Bogotá con escalas en Madrid y Caracas. De hecho, según El País, también abordaron este avión el escritor peruano, Manuel Scorza; la crítica y escritora argentina, Marta Traba; así como su esposo, el escritor uruguayo, Ángel Rama y la pianista catalana, Rosa Sabater, pues se dirigían al I Encuentro de la Cultura Hispanoamericana.
Sin embargo, ninguno de estos artistas llegaría a este destino, además de otras 176 personas que se encontraban en la aeronave. Después de hora y media de vuelo, en el descenso hacia Barajas, el avión de Avianca se desplomó en las lomas de Mejorada del Campo, sobreviviendo solamente 11 pasajeros.
Justo a las 01:06 horas del 27 de noviembre de 1983, el avión cayó. Luego, de acuerdo con información del diario español, la caja negra revelaría varios errores provocados por la negligencia del copiloto, quien le indicó al comandante una altitud incorrecta en la maniobra de aproximación. Nadie se enteró hasta que el vuelo de Avianca se estrelló, ni el piloto, quien tampoco hizo caso a las alarmas anticolisión.
Las reacciones tras la muerte de Jorge Ibargüengoitia
El periódico Excélsior, donde colaboró el escritor, publicó el texto Consternación en el ámbito intelectual por el fallecimiento de Jorge Ibargüengoitia, el cual firmó Eduardo Camacho S., donde se reúnen las opiniones de personajes como Emilio Carballido, Fernando Curiel, Sergio Fernández, Juan de la Cabada y Renato Leduc, entre otros.
Por ejemplo, Carballido expresó lo siguiente: “Su muerte es una desgracia inmensa para nuestro idioma, país y continente. Jorge era de mis más íntimos compañeros, muy cercano, y además un hombre de teatro muy importante, que nunca fue apreciado, aunque sí como novelista… Es una noticia que enluta a toda América”.
Mientras que en el artículo Humorismo, don de Ibargüengoitia, escrito por Martha Anaya y que se publicó el 29 de noviembre, el pintor José Luis Cuevas mencionó otro viaje en avión “muy accidentado”, el cual realizó junto a Ibargüengoitia, Juan Rulfo y Carlos Fuentes, y donde dice que les comentó lo siguiente: “este avión trae tanta gente importante que no se puede caer”.
El accidente envuelto en la literatura
De acuerdo con Héctor Rivera, en un artículo de Milenio, Jorge Ibargüengoitia se refería con frecuencia, haciendo uso de su humor un tanto amargo, sobre el tema de los accidentes en avión, señalado cosas como la siguiente: “Si no se cae el avión, cuando este artículo vea la luz pública voy a estar en Argentina…”.
Por otra parte, menciona que el novelista en un inicio no aparecía entre las 181 víctimas, pues ni siquiera se encontraba su nombre en la lista de pasajeros. Luego, cuando se publicaron las identidades de quienes viajaban en el vuelo 11 de Avianca, se descubrió que bajo el nombre de Ibargüen se encontraba en realidad el escritor mexicano.
Lamentablemente, según El País, Jorge Ibargüengoitia llevaba consigo su último libro, el cual nunca se conoció porque no guardaba copia de sus manuscritos. Incluso, Scorza también transportaba su última obra, pero él sí dejó un borrador. Mientras que en la última novela de Marta Traba, En cualquier lugar, que sí logró entregar antes de viajar, aparece algo bastante curioso; su protagonista se sube a un avión para regresar a Latinoamérica y se narra lo siguiente como una especie de presagio: “El avión se movía y doblaba. Comenzaba un gran ruido atronador (…). Luis echó la cabeza hacia atrás, cerró los ojos y dejó que corrieran las lágrimas, hasta que el dolor fue pasando y se adormeció”.
*Con información de La Secretaría de Cultura, El País, Excélsior y Milenio