Hay muchas personas o empresas que han revolucionado el arte de la animación; sin embargo, merece una mención especial Wes Anderson, director con su próxima película Isle of Dogs, de sólo dos películas animadas. ¿Pocas? Sí, pero ambas han cambiado la forma en que veíamos la animación.
Con un estreno muy, muy próximo en Estados Unidos, y un poco más alejado para nosotros –como siempre–, Fox y Anderson liberaron un pequeño detrás de cámaras para demostrarnos que, efectivamente, la magia existe… o al menos en sus películas.
Isle of Dogs, como se presenta en el video, demuestra que la animación, en realidad es un trabajo a mano que tiene como objetivo, darles vida a objetos inanimados. “Cuando trabajas con marionetas, como estos perros, requiere de mucha experiencia saber cómo darles vida”, dice Anderson al principio del detrás de cámaras.
La película contó con 27 animadores y 10 asistentes de animación para hacer desde las figuras, hechas a mano, hasta la capacidad de hacerlos caminar. Que por cierto, es una de las características más complicadas del stop motion. “¿Cómo se mueven los perros y los humanos, cómo se comportan?”, pregunta en director de animación de la cinta, Mark Waring.
Uno de los responsables fue Tristan Oliver, director de fotografía, que trabajó en grandes títulos como Pollitos en Fuga y Loving Vincent. Parte de su participación fue por la idea de Anderson de llevar la animación japonesa a Isle of Dogs. Alguna vez Anderson comentó que las técnicas de este país y el trabajo de directores de esta nacionalidad como Kurosawa Miyazaki, eran parte de su inspiración para esta cinta.
Otra de las personas responsables de este filme fue el productor Jeremy Dawson, quien comentó: “Podrías tener los mejores sets, marionetas y estar listo para empezar, pero el animador es el único que está detrás de todo y hace que la escena se convierta en algo que tiene vida, emociones…”.
Desde siempre y aplicada a diversas industrias como el cine, los videojuegos, la música, etcétera, la animación tiene como objetivo hacer que un objeto plano e inanimado, se sienta vivo a los ojos del espectador. Que presente emociones y tenga la capacidad de relacionarse con los sentidos humanos no sólo a través de la trama o los diálogos, sino con las cualidades técnicas que los hagan reales.
Y no necesariamente quiere decir que la animación y los personajes deban verse humanos. Nada de eso. Sino que ellos, sean personas, animales o cualquier cosa, presenten detalles que los hagan cálidos aunque la animación, por decirlo de alguna manera, sea evidente como en el caso de Isle of Dogs y casi 10 años antes, Fantastic Mr. Fox.
Isle of Dogs, con fechas tentativas en nuestro país para mediados de abril o principios de mayo, cuenta la historia del niño de 12 años Atari Kobayashi, probablemente el hijo del mayor Kobayashi que destierra a todos los perros a una isla de basura, quien después de que su perro desaparece, emprende una búsqueda en la que un grupo de perros lo ayudan a recuperar a Spots.