Las grandes ligas de la industria del cine podrían estar muy cerca de la televisión. En otras palabras, el director austriaco Michael Haneke, nihilista y violento, va a dirigir su primera serie de televisión porque, en pocas palabras, “después de 10 películas para la televisión y 12 filmes, quiero contar una historia larga de una vez”.
La serie titulada Kelvin’s Book contará con 10 episodios y estará ubicada en un mundo distópico en el que un grupo de jóvenes “perdidos” serán los protagonistas. “Durante un vuelo, todos se ven forzados a aterrizar lejos de su casa para enfrentarse, por primera vez, a la realidad de lo que consideraban su hogar”.
Este primer proyecto televisivo en forma de serie lo llevará junto a UFA Fiction de FremantleMedia, responsable de programas como American Idol y Hard Sun.
Ahora bien. Por qué es tan importante o trascendente el salto de un director como Haneke a las series. La primera respuesta es simple: estamos inmersos en un bombardeo de propuestas en este formato que, en la mayoría de los casos, no son muy memorables. Podríamos pensar en la gran cantidad de series que nos gustan; sin embargo, si las comparamos con todas las que hay, son muy pocas. La propuesta de un director como él puede ser de esas que trascienden.
La segunda parte el mismo Haneke, creador de varias películas que ahora forman parte de la historia del cine empezando por el clásico violento Funny Games de 1997 con todo y su remake 10 años después, la cruda historia de La cinta blanca de 2009, la desgarradora Amour de 2012 y el drama Happy End del año pasado.