Debo confesar que tiene años que no veo una película de terror. ¿La razón? que siempre son “la misma gata pero revolcada”, como diría mi abuela. Y es que cuando veía una cinta de este tipo me topaba con los elementos clásicos de la casa embrujada, la posesión demoníaca, la niña, niño o persona que murieron en algún lugar y ahora buscan venganza, etc.
Cuando vi Maligno, sinceramente no tenía muchas expectativas de la cinta, sin embargo, considero que se sale un poco del estándar que las películas de este género nos han dado en los últimos años, algo que por supuesto la hace no pasar desapercibida para el público.
La cinta dirigida por Nicholas McCarthy nos cuenta la historia de Sarah (Taylor Schilling) y John Blume (Peter Mooney), un matrimonio estadounidense que trae al mundo a su primer hijo Miles (Jackson Robert Scott), a quien esperaban con ansias y que nació prematuramente. Minutos antes de que el bebé nazca, en Ohio un asesino serial -cuya característica especial es tener un ojo de color azul y otro de color marrón, al igual que Miles- que se dedicaba a matar mujeres y a cortarles las manos, es abatido por la policía. Sus crímenes son descubiertos cuando una de sus víctimas logra escapar y ésta lo denuncia con las autoridades.
Miles comienza a crecer pero no como un niño promedio. A temprana edad el pequeño comienza a desarrollarse rápidamente, algo que a sus padres parece preocuparlos un poco aunque los expertos les aseguran que sólo se trata de un niño superdotado. Es por eso que su madre, Sarah, lo inscribe a un colegio especial donde Miles convive con otros niños genio. Y si bien él muestra tener una capacidad enorme de aprendizaje para tener sólo 8 años, también comienza a mostrar signos de violencia hacia otras personas como su nana, uno de sus compañeros, el perrito de la familia y hasta a su propio padre.
El comportamiento de Miles, quien a simple vista parece ser un niño que no podría matar a una mosca, comienza a generar problemas en el matrimonio de sus padres, quienes discuten constantemente por las cosas que el pequeño hace y que de alguna manera su mamá -quien comienza a desgastarse física y emocionalmente- siempre justifica.
Un día, Sarah va a ver a su hijo y lo encuentra durmiendo pero hablando un lenguaje extraño, el cual captura en una grabadora de voz que más adelante le da a la psicóloga que está tratando a Miles. Ella la canaliza con el Dr. Arthur Jacobson (Colm Feore), un especialista que le comenta a la protagonista de la cinta que el comportamiento de su hijo -que al parecer hablar el idioma Húngaro-, es un caso de reencarnación y posteriormente, envuelve a la madre en una lucha contratiempo en la que debe descubrir quién es la persona que está en el cuerpo de su hijo y cuál fue la cosa que dejó inconclusa en este mundo.
La película Maligno, como lo dije al principio, es una que se sale del estándar al que estamos acostumbrados pero aunque se habla de una posesión demoníaca, en realidad el tema acá es la reencarnación, una creencia que está presente en varias religiones hasta ahora. El largometraje también nos brinda un debate moral sobre lo que puede llegar a hacer una madre por su hijo, incluso si esas cosas son malas o pueden perjudicar a terceras personas a qué costo.
¡Acá te dejamos el tráiler de ‘Maligno’!
La cinta utiliza los elementos sorpresa que te hacen saltar del asiento demasiadas veces, algo que podría hacerla un poco tediosa. En cuanto al desenlace, éste es algo inesperado y te deja con algunas dudas sobre si a alguien podría pasarle a algo similar. Todos esos elementos hacen de Maligno una película fuera de lo común, aunque al final nos deje con esa pequeña sensación de que no estamos frente a una película de terror… ¿o sí?