Después de 30 años, Mad Max regresó a la gloria que merece. En 1979, cuando salió el primer filme protagonizado por Mel Gibson, se convirtió en una de las primeras cintas de culto en explotar el recurso de los mundos postapocalípticos para seguir la historia de un hombre y la sobrevivencia.

En 2015 se estrenó la cuarta parte de Mad Max bajó el título Fury Road protagonizada por Tom Hardy y Charlize Theron como Imperator Furiosa y Max Rockatansky. La película, dirigida por su mente original, George Miller, fue un todo en uno que logró recaudar 378 millones de dólares en el mundo para convertirse en una de las sorpresas del año que representó un orden mundial del futuro que no está tan alejado de la realidad.

Incluso, se llevó un total de seis nominaciones a los Oscar con seis ganados en categorías secundarias, pues perdieron frente a Spotlight y Alejandro González Iñárritu en las dos más grandes. Sin embargo, a pesar de no llevarse el reconocimiento en las más grandes, Mad Max:Fury Road se llevó el aplauso de la crítica, tanto así que la casa productora de Miller y Warner Bros. Pictures acordaron llevar una quinta y sexta entrega –la segunda y tercera de esta nueva etapa– a la gran pantalla, centrando la atención, en una de ellas, en el complejo personaje de Furiosa.

Todos los planes iban bien hasta que unas demandas entre estas empresas comenzaron a poner en la cuerda floja el futuro de la franquicia. ¿El problema? De acuerdo con  Kennedy Miller Mitchell, nombre de la productora, demandó a Warner Bros. por no pagar de acuerdo a los ingresos de la cinta.

El director señala a Warner de haber actuado de forma “prepotente, ofensiva o reprobable” cuando ésta se rehusó a pagar una bonificación por producir la película dentro del presupuesto. The Sydney Morning Herald liberó unos documentos de la demanda en la que se estipula que Kennedy Miller Mitchell estaba calificada para recibir nueve millones de dólares por respetar el presupuesto de 157 millones. La productora asegura que el costo total de Fury Road fue de 154.6 millones mientras Warner dice que se excedió a 185.1 millones… Otro problema fue el costo de las escenas que se tuvieron que filmar nuevamente.

El problema no sólo es económico, sino de aspectos creativos y de decisiones que, aseguran, afectaron la historia. En otra demanda, Warner acusa a Kennedy de no respetar el contrato de estipulaba que la cinta sería de 100 minutos y de clasifIcacIón PG-13. Fury Road dura aproximadamente 120 minutos y fue clasificada como R. Y la cosa no se queda ahí. También hay problema en la decisiones que se tomaron sobre qué escenas cortar y cuáles dejar.

Al final, los únicos que salen perdiendo son el público que ha sido fiel a la historia desde 1979, las nuevas generaciones que descubrieron la importancia de un personaje como Mad Max y el cine mismo.

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