La llegada de la caravana migrante a México, reveló las dos caras de una sociedad que se encuentra en un limbo moral y social, por decirlo de alguna manera. Por un lado, los mexicanos hemos exigido hasta el cansancio que no se violen los derechos de los migrantes –nuestros paisanos– a su llegada a la frontera con Estados Unidos, sobre todo con la controversia que se generó a nivel mundial a partir de las políticas de cero tolerancia de Donald Trump.
Pero la realidad es que el problema no es de Trump ni su inminente racismo e intolerancia, sino que lleva muchos años y viene desde nuestro propio país. Desde hace más de una década, aproximadamente, el fenómeno de la migración comenzó a ser un tema dentro de nuestras conversaciones. Los mexicanos planteamos un discurso de aceptación y tolerancia, de justicia, de enfrentar una realidad donde la falta de oportunidades y la desigualdad construyen el imaginario social. Sin embargo, ahora también planteamos un discurso cargado de rechazo, miedo, y lo que tanto temíamos, discriminación.
La migración es un tema que, como mencionamos, nos puso frente a un espejo en el que descubrimos no sólo diversas realidades de millones de mexicanos, sino también nuestra falta de empatía con las necesidades de los demás que, al final, también son nuestras. De aquí la importancia de cualquier obra que nos presente una historia real, desconocida para muchos, sobre el fenómeno de la migración.
Una de esas es el cortometraje de docu-ficción titulado La leyenda de la novia de Rubén Farías, conocido como Waratxe. Este trabajo fílmico nos presenta dos historias distintas. Por un lado conocemos a Uciel, un niño que cuenta la famosa leyenda de una novia que llegó al altar sola y muere de amor cuando se entera que su prometido fue asesinado en un asalto. Desde ese momento, la novia deambula por la iglesia de Vistahermosa reclamando la presencia de su amor… Por el otro, está la historia de Juana Altamirano López de 47 años. Oriunda de San Agustín Etla, Oaxaca, lleva 28 años sin ver a su esposo. ¿La razón? Éste se fue a Estados Unidos después de que su tercera hija naciera, y desde ese momento, forma parte de los casi dos millones de oaxaqueños que viven en Estados Unidos de acuerdo con el Instituto Oaxaqueño de Atención al Migrante.
La leyenda de la novia, bajo la producción del mismo Farías junto a Christian Cueva y Giant Films, fue filmado con un iPhone 8 Plus en blanco y negro porque en una historia de amor, olvido, recuerdos y ausencia, no pueden existir los colores, al menos no para quienes se quedan deambulando como la famosa novia o Juana, quien decidió quedarse sola para no volver a vivir una experiencia así.
“Sí, así es, la vida nos lo cobra y duro”, dice Juana mientras visita la misma iglesia en la que se casó a los 15 años y en la que la leyenda de la novia tuvo su lugar.