Lo que necesitas saber:

El documental de Mariana Flores Villalba forma parte de la selección oficial del Festival Internacional de Cine de Morelia. Te contamos aquí de qué va esta película y por qué vale la pena verla.

Para muchos, la isla Socorro posiblemente no esté en el radar. Para otros más, es uno de los lugares más recónditos de México, localizado cerca de las costas de Colima en la zona del archipiélago de Revillagigedo. Y aunque pareciera una zona donde no sucede nada más allá de la actividad militar, el documental titulado La frontera invisible demuestra lo contrario.

Desde finales de la década de 1950, la isla es ocupada por la Armada de México, es decir, la rama marítima del ejército del país. Son los soldado quienes prácticamente la pueblan, además de uno que otro civil que ha llegado ahí a trabajar en la red eléctrica, carreteras y otros servicios.

Imagen ilustrativa. Foto: Centro de Capacitación Cinematográfica.

La misión de los cuerpos marítimos es resguardar la zona, aún cuando la actividad delictiva es casi nula. El día a día es aparentemente apacible para ellos en esta base militar rodeada de un paisaje lleno de naturaleza. Ellos entrenan, nadan, patrullan y hacen sus cosas sin más…

Pero detrás de la calma que se siente en ese sitio, estos soldados guardan todo tipo de anécdotas –la mayoría duras, crueles y nostálgicas– que han marcado sus vidas. Dependiendo de la perspectiva de cada uno, ese lugar puede ser su refugio, su condena o el destino que les tocó al azar y al que se deben de acostumbrar.

El origen el documental

La frontera invisible realmente comenzó a filmarse desde el 2017. Pero la motivación para llevarlo a cabo venía de años atrás, cuando la directora Mariana Flores Villalba conoció la isla en 2008 gracias a unas amigas suyas biólogas de profesión que hacían un investigación sobre ballenas en ese entonces.

Al conocer sobre la peculiar ocupación militar en la zona, ella decidió que ese sería su ejercicio documental mientras estudiaba en el Centro de Capacitación Cinematográfica.

Pero el tema se haría una obsesión al grado de que se convertiría en su primer proyecto cinematográfico profesional, que por supuesto no fue fácil de realizar debido a los permisos para grabar dentro de instalaciones militares. Luego de años de buscar esos permisos con sus productores, pusieron manos a la obra en una película llena de contrastes…

La crudeza, la nostalgia y lo anecdótico en ‘La frontera invisible’

“Ser militar es el trabajo más difícil del mundo. Nunca me imaginé que fuera tan duro; que pudieras perder tanto”, dice un soldado anónimo al inicio de La frontera invisible. Y así como este testimonio, a lo largo de la película se develan más historias de vida que toman su rumbo debido a dos situaciones: la precariedad y la violencia.

Esa idea se evidencia todavía más cuando se trastoca, desde la perspectiva de otro militar, la realidad para muchos mexicanos que deben escoger entre escoger unirse a las fuerzas armadas o a la delincuencia organizada. Una decisión que en muchos casos, termina por dividir grupos de amigos y hasta familias.

Las experiencias son variadas, unas más crudas que otras (como lo vimos también en Heroico de David Zonana). Algunas más tristes y desalentadoras que las demás. Y por qué no, hay algunas que resultan más conmovedoras evocando a la camaradería entre los militares y el resguardo mutuo que hay entre ellos, aún cuando tengan sus diferencias.

Imagen ilustrativa del documental. Foto: Centro de Capacitación Cinematográfica.

En ese sentido, el ejercicio anecdótico destaca mucho en el documental de Mariana Flores Villalba. Este recurso narrativo se desenvuelve de dos formas: los soldados contándonos sus historias a través de los testimonios que le dan a la directora… Y la otra es cuando cuando platican entre ellos.

Justamente, cuando la cámara enfoca a unos cuantos militares platicando entre sí, se entiende la idea de la camaradería antes mencionada. Algunos han hecho cosas deleznables y lo saben. Lo platican con cierto grado de arrepentimiento por sus actos, mientras sus colegas los escuchan aparentemente sin juzgar.

Y así como hay quienes han abusado de su poder, hay otros soldados menos agresivos en apariencia. Son quienes han decidido enlistarse para darle una mejor calidad de vida a sus familia, aún cuando eso suponga alejarse de sus seres queridos… O incluso ocultarles a qué se dedican.

Imagen ilustrativa del documental. Foto: Centro de Capacitación Cinematográfica.

Resulta impactante e interesante conocer todos los matices y las historias en los miembros de la Armada que radican en la isla Socorro. Como dijimos, dependiendo de cada historia, uno puede entender la estancia en la isla como un refugio, un castigo, una necesidad o una forma de sobrevivir dentro del régimen militar.

Esto último cobra más sentido a sabiendas de que en el territorio íntegro de México, lejos de la isla, la violencia es nuestro desafortunado estilo de vida. Esto mientras en Socorro, hay un paraíso lejano a esa brutalidad.

El contraste entre la naturaleza y la vida militar

Otra parte de la fuerza en el documental de Mariana Flores Villalba, radica en este contraste que hay entre lo visual y lo anecdótico. Mientras vemos paisajes calmados y naturaleza rebosante, los protagonistas de la cinta nos hablan sobre lo que significa unirse a la milicia. En pocas palabras “no eres humano, eres militar”, dice uno de los soldados.

Es una extraña y curiosa combinación escuchar las anécdotas crudas y nostálgicas de estos soldados, mientras vemos los imponentes cuerpos montañosos, los campos verdosos o los hipnóticos ecosistemas marinos que rodean a esas personas. La calma reina en ese sitio.

La frontera invisible se puede sentir como una película bastante contemplativa (y algo lenta por momentos), pero es visualmente encantador ver esos paisajes llenos de calma. Y todo eso es gracias al trabajo de la reconocida Claudia Becerril Bulos, que ganó en 2021 el Ariel a Mejor Fotografía por Sin señas particulares.

Imagen ilustrativa del documental. Foto: Centro de Capacitación Cinematográfica.

Pero aún cuando la naturaleza contrasta con la vida militar, no deja de suponer una amenaza para los habitantes de la isla. Sobre todo cuando la temporada de tormentas y huracanes amenaza al lugar.

No todo es calma entonces; la susceptibilidad también está presente. Y es ahí cuando todo vuelve a contrastar para cuestionarnos si la estancia en la isla es un paraíso o es una condena. O una jaula bien adornada… Eso es lo que hace mejor el documental de Mariana Flores Villalba: encontrar los contrastes de la vida en el lugar más recóndito de México.

Todo lo que no sabías que necesitas saber lo encuentras en Sopitas.com

Editor de Música en Sopitas.com; a veces escribo y hablo de otras cosas. Egresado de FES Aragón UNAM. Los gatos y la música son necesidad absoluta.

Comentarios