Cuando hablamos de cine independiente e irreverente, no hay mejor representante que el director John Waters. Para que se den una idea, su cine ha sido catalogado como “bad taste” entre cintas que en la superficie parecen incoherentes y absurdas con una narrativa un tanto sucia, pero que al mismo tiempo se convierten en grandes obras que reflejan una sociedad que se divierte en la decadencia.
En realidad, cualquier cosa que digamos o intentemos explicar del cine de John Waters se queda corta. Ver una de sus cintas es una experiencia tan extraña como inolvidable, algo que lo ha colocado en un lugar de la industria al que nadie más pertence.
Y por eso, la noticia de su regreso a la silla de director es importante. Primero, porque Waters vuelve tras 18 años de ausencia. Y en segundo lugar, porque nos hace preguntas qué es lo que puede traer este 2022 la misma mente que nos trajo a Divine comiendo popó de perro en Pink Flamingos de 1972.
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John Waters está de regreso
De acuerdo con el reporte de algunos medios, John Waters regresa como director para la adaptación de Liarmouth: A Feel-Bad Romance, novela de su autoría que publicó este mismo año. Y debemos estar preparados, porque dijo que esta obra es “la cosa más loca que he escrito en un tiempo”.
En un comunicado, Waters de 76 años, dijo que le emociona estar de regreso en la industria, “espero compartir mi alegría demencial para algunos fanáticos del cine alrededor del mundo”. Y a nosotros también nos emociona la idea del regreso de un cineasta que ha marcado al cine de una manera que, de verdad, nadie lo ha hecho.
Liarmouth sigue la historia de tres generaciones de mujeres en la misma familia. La primera es Adora, una veterinaria de Nueva York que tiene un local no legal donde practica cirugía plástica en los animales. Luego está su hija Marsha, una cleptómana y la protagonista principal. La siguiente es Poppy, su hija, quien vive en Baltimore. El corazón de la historia es cómo las tres traman el asesinato una de la otra.
La carrera de John Waters
Quizá su película más popular sea Pink Flamingos. Sin embargo, podríamos decir que su mayor éxito comercial es Hairspray de 1988 donde volvió a repetir con Divine en el protagónico, lo mismo en Polyester. Waters también es responsable de Cry Baby con Johnny Depp.
La última película de John Waters fue A Dirty Shame de 2004 con Selma Blair y Johnny Knoxville entre los protagonistas. Luego se involucró en el remake de Hairspray con John Travolta.