Hoy, domingo 28 de octubre de 2018, el controvertido horario de verano llegó a su final, aunque con tanta polémica, este podría ser el último que hayamos vivido los mexicanos. Si bien es cierto que diferentes líderes mundiales, han expresado su malestar por acarrear con más problemas que beneficios, también lo es que el próximo Presidente de la República, Andrés Manuel López, ha venido luchando contra los husos horarios desde 2001, pues dice “Uno se debe de levantar cuando cante el gallo y acostarse cuando cante el grillo”.
La Unión Europea, lleva unos meses discutiendo si se debería seguir jugando con el reloj de cuando en cuando, o si se quedan con un horario definitivo. Una encuesta pública que involucró a los 28 países miembros y en la que participaron cuatro millones 600 mil personas, concluyó que millones de europeos están cansados de atrasar o adelantar una hora en sus vidas; los alemanes en su gran mayoría, dijeron que preferían suprimir el horario de invierno y vivir de forma permanente con el de verano.
El debate se extenderá por lo menos hasta el 2021, en lo que estudian los impactos económicos, sociales, medioambientales y de salud, sin embargo, el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha sido muy claro en cuanto a que aún llegada la decisión por unanimidad, cada país tendrá la libertad de elegir bajo qué huso horario se mantiene.
Y es que desde hace más de una década que se implementó el horario de verano, el argumento de aprovechar más horas con luz solar ha sido muy cuestionado, diferentes instituciones a nivel global, han realizado miles de estudios sobre los beneficios y perjuicios sin llegar a una sola conclusión.
En el planeta, muchos países se integraron al huso horario de verano, aunque no tardaron mucho en abandonarlo pues no era funcional a sus actividades regionales.
Sus defensores alegan que además del ahorro en el consumo energético, beneficia a la seguridad y a la vialidad, ya que hay menos probabilidad de ser asaltados, mayor visibilidad al conducir y mayor número de traslados, al tener más horas de luz solar.
Sin embargo, unos estudios indican que llegar de noche a la casa después del trabajo, incrementa el riesgo de caer en depresión, otros mencionan que el cambio de horario afecta a la productividad en un plazo que va desde un día hasta tres semanas, en lo que el cuerpo se acostumbra a un nuevo ritmo de vida, mientras que otras estudios, aluden a temas de salud, pues irrumpir los ciclos de sueño, afectan al ritmo circadiano.
Es decir, de un día a otro nuestro organismo debe acostumbrarse a acostarse y levantarse en distintas circunstancias, y eso influye en muchos otros apartados de nuestra salud, concluyen varios estudios como el de la investigación de la Universidad de California en 2005.
La rueda de la Fortuna en México
En México, el horario de verano se implementó en 1996, bajo el gobierno de Ernesto Zedillo, aunque algunos estados fronterizos como Baja California, llevaban años igualando el horario al estadounidense por las actividades empresariales, pero desde entonces el país ha cambiado dramáticamente.
La Ciudad de México solía llamarse Distrito Federal, López Obrador, apenas aparecía en las primeras planas de los diarios de circulación nacional y en todo el país, nos tenían acostumbrados a hacer lo que el gobierno federal decía, sin tener ni voz ni voto.
Fue hasta el 2001 cuando AMLO, siendo Regente de la capital del país comenzó a protestar por el cambio de horario, dijo que era inconstitucional e ilegal, por lo que en los primeros meses de ese año, realizó una encuesta telefónica a 321 mil 933 personas de los 32 estados federativos, donde solo el 25% de los mexicanos encuestados, dijo estar a favor del horario de verano, el otro 75% lo rechazaba.
De manera inmediata, el 26 de febrero de 2001, emitió un decreto en el que excluía a la capital de los husos horarios del resto de la nación, pero el entonces presidente Vicente Fox, se lo impidió al día siguiente, lanzó un estatuto en el Diario Oficial de la Federación incluyendo al Distrito Federal en el horario de verano, provocando así una de las mayores tensiones entre ambos políticos.
El caso llegó hasta el Congreso de la Unión, donde se votó porque la medida sería aplicada a todo el país sin distinción, pero ahí no se termina la historia, en 2006 cuando AMLO se postuló por primera vez a la presidencia, arremetió contra el Congreso, al que calificó como dócil el haber autorizado el huso horario para todos.
“Depende del Congreso básicamente pero ha habido mucha docilidad, a todo el pueblo subordinado a un grupo, eso molesta mucho”, insistió. Se emberrinchó, insistiendo que el fondo de la medida, respondía a la correspondencia de horarios con la bolsa de Nueva York.
A final de cuentas, López Obrador hizo muchos corajes por el cambio de horario y por muchas cosas más durante los últimos diez años, pero ahora que está a unos días de tomar posesión como el presidente, es muy probable que antes de marzo próximo, el tema del horario de verano se vuelva a poner sobre la mesa, muy probablemente sólo para despedirlo.
