Hay relaciones poco probables que rompen con todas las ideas de una pareja. Desde que la tecnología y la virtualidad entró de lleno en nuestras vidas, permitimos que diversas realidades formen parte de nuestro imaginario al grado de que un aspecto virtual influye en nuestra realidad inmediata. Y no nos referimos a la inmersión de las redes sociales en nuestra vida, sino de cualidades tecnológicas que van mucho más allá de las interacciones sociales. Nos referimos a todo el universo de la virtualidad en la que participan personajes diversos.
Pero, ¿esto qué tiene que ver con la construcción de las relaciones interpersonales, en concreto de pareja? En realidad, su importancia ha llegado a tal grado, que los seres humanos hemos dejado de lado –en algunos aspectos e incluso en algunos lugares– el contacto físico para darle paso al contacto en la red. Y el mejor ejemplo de esto es el japonés Akihiko Kondo, quien hace unos días se “casó” con un holograma…
Kondo, de 36 años, obtuvo un certificado de matrimonio por parte de Gatebox, la empresa que desarrolló el holograma de Hatsune Miku, una cantante de realidad virtual de 16 años. Quizá nos parezca sumamente extraño, pero es un fenómeno que cada vez toma más fuerza en distintas sociedades, sobre todo la oriental. De acuerdo con la misma empresa de desarrollo, más de tres mil personas se han unido a personajes virtuales como Miku.
En agosto de 2018 se anunció el compromiso, y finalmente la boda se dio hace unos días en Tokio, donde no asistió ningún familiar de Kondo porque no comprenden su relación. “Para mi mamá no fue algo que debiera celebrar aunque esa unión haya costado dos millones de yenes, es decir, un aproximado de 17 mil 600 dólares. “Nunca la he engañado. Siempre he estado enamorado de Miku-san. He estado pensando en ella todo el día… No estoy buscando esto en una mujer real. Es imposible”, dijo Kondo en entrevista con AFP.
Esta relación entre Kondo y Hatsune Miku surgió como consecuencia de relaciones con personas fallidas a lo largo de su vida y, como dice, por su obsesión con el anime desde temprana edad: “Las chicas solían decir: ‘Púdrete, maldito otaku’”.
Kondo, todas las noches cuando sale de su trabajo, habla por teléfono con su ahora esposa y ella “prepara” la casa al prender las luces, por ejemplo. Duermen en la misma cama. Hatsune Miku tiene presencia física en la vida de Kondo a través de un peluche o muñeca que, incluso, tiene puesto el anillo de compromiso y boda en forma de pulsera. Kondo quiere que se reconozca su caso y el de miles como parte de una “minoría sexual” que no debe ser descartada ni obligada a tener relaciones “normales”. Incluso se comparó con los gays o lesbianas, quienes no pueden ser obligados a una relación así entre hombres y mujeres. “Creo que debemos considerar todos los tipos de amor y todos los tipos de felicidad”, dijo Kondo.
