El celuloide mexicano siempre ha sido un representante serio y paródico de la sociedad que conforma al país. Desde la época de oro con los filmes de Luis Buñuel, Emilio “El Indio” Fernández, Roberto Gavaldón, Fernando de Fuentes, Ismael Rodríguez y más –de 1935 a 1955–, el cine se convirtió en una forma de representar al mexicano en el extranjero.
Durante 20 años, aproximadamente, la figura del mexicano se reflejó en la pobreza de las grandes ciudades, la deshumanización de los habitantes o la miseria de los indios en películas como Los olvidados, Nosotros los pobres y Macario, así como el típico charro cantor macho que arregla sus problemas cantando como en Allá en el rancho grande, Dos tipos de cuidado, La oveja negra y cualquiera en la que saliera Pedro Infante, iniciando así una comedia ranchera que imitaba, de alguna manera, el tipo de cine hollywoodense como el de Gene Autry.
Incluso, José Revueltas quiso darle su lugar a las mujeres desde la pluma y el guión con grandes cintas como La diosa arrodillada, El rebozo de soledad, La otra o Que Dios me perdone. A partir de la salida de todas estas producciones, se quedó en el imaginario de las personas, incluso en los mexicanos, esa imagen de ellos mismos hasta que terminó de forma oficial la Segunda Guerra Mundial, Hollywood volvió a convertirse en el rey de las producciones y el cine mexicano se apagó completamente con una terrible flama proveniente de las ficheras con figuras muy alejadas de la elegancia y feminidad de María Félix y el estereotipo del hombre como Jorge Negrete y los hermanos Soler.
Con más de 50 años de por medio y varias caídas del cine en México, la industria comenzó a levantarse a principios del milenio con la llegada de un grupo de directores “independientes” que llevaron nuevamente las producciones mexicanas a los mejores festivales del mundo, diversificando también sus temas. De este modo, no sólo nos quedamos con el reflejo nuevamente cruel de nuestra sociedad o el nacimiento en la industria de la cultura del narcotráfico, sino también descubrimos las comedias románticas, los chick-flick con figuras de la televisión y el potencial de los documentales.
Todos estos géneros que hacen del cine mexicano uno de los más ricos a nivel internacional, estarán reunidos en la décima edición del Hola México Film Festival.
Celebrando sus 10 años, este festival de cine se llevará del 1 al 9 de junio en Los Ángeles con una cartelera de primera que va desde el cine comercial de comedia que ha ido tomando fuerza en los últimos años, los dramas que reflejan la realidad de un país en guerra –no declarada–, hasta los documentales que retratan las diversas realidades de los habitantes del mismo lugar.
Como parte de la fiesta por sus 10 años de vida, Hola México proyectará en la terraza del Montalbán Theater Cinema Club, con tres películas de Alfonso Cuarón, Alejandro González Iñárritu y Guillermo del Toro: Amores Perros, Y tu mamá también y El laberinto del fauno.
Para abrir el festival, se proyectará A ti te quería encontrar de Javier Colinas protagonizada por Erick Elías y Eréndira Ibarra. Como parte de su categoría DOCUMENTAL, se presentan:
Rush Hour de Luciana Kaplan
Los ojos del mar de José Álvarez
Tesoros de María Novaro
Truenos De San Juan de Santiago Maza
Como parte de MÉXICO AHORA, se proyectarán varias cintas como:
Bruma de Max Zunino
Los adioses (The Eternal Feminine) de Natalia Beristáin
Oso polar de Marcelo Tobar
Estrellas solitarias (Lonely Stars) de Fernando Urdapilleta
Tiempo compartido (Time Share) de Sebastián Hofmann
Me gusta pero me asusta de Beto Gómez
A ti te quería encontrar de Javier Colinas
Sacúdete las penas de Andres Ibañez Diaz Infante
American Curios de Gabylu Lara
Ni tú ni yo de Noé Santillán-López
X500 de Juan Andrés Arango
La gran promesa de Jorge Ramírez Suárez
Fuera de lugar from Anwar Safa