El arte es un catalizador de cambios y revoluciones. Grandes obras artísticas y arqueológicas cuentan –no resumen– la historia de la humanidad con perspectivas personales, o bien objetivas, que nos dan una idea del porqué estamos aquí en un presente que parece, la mayoría de las veces, tan incierto. El valor de cada una de estas piezas que conforman nuestra historia es invaluable y se encuentra en pinturas, esculturas, obras literarias, películas, fotografías y piezas arqueológicas.
Entonces, ¿por qué alguien querría “destruirlas” y de paso terminar con gran parte de la cultura de un país? La respuesta podría no ser coherente o tener una justificación válida, y en mucho tiempo hemos visto grandes ejemplos de cómo algunas personas, sin considerar las consecuencias, han atentado contra sí mismos. Una de esas ocasiones fue el robo al Museo de Antropología e Historia el 25 de diciembre de 1985…
Ese año, México se estaba recuperando de una de las tragedias más grandes en su historia, el terremoto del 19 de septiembre que destruyó gran parte de la capital y dejó a los mexicanos vulnerables. Unos meses después, la sociedad volvió a sufrir un revés que causó mucha controversia, pero que pronto se fue al olvido: un “grupo” de ladrones profesionales, entraron al Museo y robaron más de 100 piezas arqueológicas de valor “incalculable”.
Durante cuatro años se crearon diversas hipótesis de quién o quiénes habían hecho algo así, pero sobre todo permanecía la duda del porqué. ¿Quién se atrevería, como mencionamos, a lastimar la cultura de su propio país? Varios investigadores comenzaron a realizar teorías en torno al robo. Primero, aseguraron que se trataba de un trabajo realizado por profesionales; luego, se relacionó con el narcotráfico no sin antes pensar en lo más obvio; es decir, el mercado negro de arte, joyas y piezas arqueológicas para coleccionistas privados. La seguridad en las fronteras de México y aduana se reforzó. Europa siempre ha sido uno de los mercados negros más grandes de piezas de este tipo. La idea era evitar a toda costa que salieran del país para su venta en privado, porque resultaba imposible –o al menos esa era la idea en la época– que se pudieran exhibir sin llamar la atención.
Esos cuatro años de incertidumbre, misterio y olvido, terminaron en 1989 cuando las autoridades encontraron algunas piezas del robo y a los culpables. Para sorpresa de todos, se trataba de dos estudiantes de veterinaria de menos de 30 años de la Universidad Nacional Autónoma de México. En lugar de pasar la Navidad con sus familias en Satélite, de donde eran originarios, salieron hacia el Museo, saltaron la cerca, burlaron la poca seguridad, entraron por los conductos de aire y robaron poco más de 100 piezas que incluían la famosa máscara el rey Pakal de Palenque y otros artículos de esta figura, la máscara zapoteca del dios Murciélago, el escudo de Yanhuitlán y otras grandes piezas de la cultura mexica y maya.
¿Los culpables? Carlos Perches y Ramón Sardina. ¿La razón del robo? A tantos años, sigue siendo incierta. Durante cuatro años, cada vez que Perches abría el clóset de su habitación, veía aquellas piezas históricas. Y ahí mismo, guardadas en maletas, fue que la PGR las encontró. Durante seis meses, como se reporta en algunos medios, Perches y Sardina planearon el robo con visitas periódicas al Museo de Antropología e Historia para fotografiar los artefactos de mayor valor, entender las instalaciones y descubrir todas sus posibilidades que culminaron en un robo de tres horas sin problema alguno. Parte de las indagatorias, apuntaron a que los guardias, quienes también celebraron Navidad y dejaron de hacer sus recorridos, formaban parte del plan y estaban relacionados con los ladrones. Pero no fue así: ni profesionales, ni narcotráfico, ni estrategias para debilitar al gobierno, sino dos jóvenes que no pensaron en las consecuencias de sus actos.
En los casi 160 años de historia del Museo, sólo hubo un saqueo y un extraño robo en 1959 cuando una persona tomó el “Coyote Emplumado”, lo envolvió en una rebozo y lo sacó del recinto como si fuera un bebé. Cruzó la frontera para llegar a Estados Unidos y vendió la pieza arqueológica para después ser recuperada con ayuda de las autoridades estadounidenses. Sin embargo, y a pesar del enorme valor del “Coyote Emplumado”, México no había visto nada similar con el saqueo del 85 y el misterio que permanece alrededor de él.
El director mexicano Alonso Ruizpalacios junto al investigador Manuel Alcalá, retomaron esta historia olvidada y la convirtieron en un guión de película que tiene como objetivo no sólo poner en alto el cine y las producciones nacionales, sino recordarnos una parte importante en la fractura de nuestra historia. La cinta Museo protagonizada por Gael García Bernal y Leonardo Ortizgris, nos presenta a estos dos estudiantes de veterinaria y el robo; sin embargo, su punto central se encuentra en las consecuencias personales y sociales que los dos atravesaron cuando el peso de la culpa los invadió. Museo presenta elementos reales, pero también ficticios que la hacen una de las películas mexicanas y latinoamericanas más importantes de este 2018 y que se estrenará este viernes 26 de octubre.
Museo ha formado parte de las actividades de la edición número 16 del Festival Internacional de Cine de Morelia que se lleva a cabo del 20 al 28 de octubre.