Todo transcurría de maravilla en un pánel de preguntas y respuestas en Comic Con donde Bryan Cranston era el invitado.
Un muchacho de entre los invitados tuvo la oportunidad de hacerle una pregunta, no sabemos cómo se llama el chico pero lo llamaremos Trevor.
Bien, llegó el momento de que el pequeño Trevor lanzara su pregunta al protagonista de Breaking Bad y fue esta:
“Yo crecí en Albuquerque, ¿había algún lugar cool, algo que te gustara de ahí? ¿Cómo fue? Es mi ciudad natal, ¿te divertiste ahí?”
Y ya todos esperábamos la respuesta lela a una pregunta todavía más lela tipo: “Es una gran ciudad, con gente muy amable, me la pasé muy bien mientras estuvimos ahí y espero volver pronto a pasar unas vacaciones”, pero no.
Si le haces una pregunta tonta a Heisenberg, Heisenberg te hará ver como un tonto porque esta fue la respuesta:
“Sí, iba y visitaba a tu mamá de vez en cuando”.
Y así fue como Trevor aprendió a respetar a sus mayores.