Con el tiempo, el cine ha adquirido distintas cualidades o funciones que van más allá de sus implicaciones artísticas. En todas sus formas, se convirtió en un agente social de denuncia, por ejemplo, que a través de la ficción o el cine documental, revela las distintas realidades políticas, culturales, económicas y sociales en el mundo.
Pero también el cine es memoria, una forma de memoria colectiva que permanece intacta y nos da un contexto no sólo del momento en el que se realiza el filme o la interpretación de la historia que se narra (cualquiera sea la época que se retrate), sino aún más importante, da cuenta de las personas que están detrás.
Y aquí es donde enfocaremos nuestras atención al presentarles el Fondo Miradas, una iniciativa de Ambulante y Netflix que busca apoyar a creadores de pueblos originarios y afrodescendientes en México y Centroamérica.
Fondo Miradas
Ambulante y Netflix crearon un fondo de 15 millones de pesos para contar las historias de una nueva generación de creadores que pertenecen a grupos originarios y comunidades de afrodescendientes de México y países como Guatemala, Belice, El Salvador, Honduras y Nicaragua.
Un grupo de expertos en cine comunitario, seleccionaron 81 proyectos fílmicos que representan, desde dentro, la riqueza cultural de los pueblos indígenas y de una comunidad que ha permanecido en las sombras desde siempre, los afromexicanos y descendientes. Los creadores indígenas cubren 80 por ciento del proyecto, mientras 14 por ciento son afrodescendientes y 6 por ciento es la combinación de ambos.
Ambulante siempre se ha caracterizado por el cine documental; sin embargo, el Fondo Miradas toma distintas historias que se cuentan de maneras distintas. Así que de los 81 proyectos seleccionados, 70 son documentales, 7 ficciones y 4 animaciones.
Cine comunitario y la autorepresentación
Paulina Suárez, directora de Ambulante, platicó con nosotros en entrevista para Sopitas.com para contarnos sobre el nacimiento de este fondo. “Netflix empezó a dar fondos below the line, que fue un gesto muy generoso, muy solidario y nos buscó para hacer una alianza, precisamente, por toda la trayectoria que tiene Ambulante trabajando en procesos comunitarios a través del proyecto ‘Ambulante Más Allá’ y de la gira que, como sabes, es una iniciativa que también recorre distintas partes del país“.
Una de las oportunidades de Fondo Miradas, en voz de Paulina, es “fortalecer estas dos perspectivas de apoyo, de emergencia durante el COVID, y nosotros pues en el diseño de cómo se iba a distribuir el fondo: creando un comité, crear un proceso de acompañamiento, que sabíamos que iba a ser benéfico para los creadores apoyados“.
En medio de esta enorme iniciativa, hay un concepto clave: el cine comunitario, el cual “es un cine contado por las personas de una comunidad que quieren, que enfatizan la autorepresentación y la voz propia como una apuesta política y estética“. Y aquí radica la importancia de Fondo Miradas, pues le da voz a comunidades que si bien han sido representadas a través del cine, pocas veces esos mismos creadores han tenido la oportunidad de contar sus propias historias.
La selección de Fondo Miradas
En Fondo Miradas hablamos de proyectos que son importantes a nivel personal, pero en estos casos también a un nivel comunitario porque se habla de lo que tiene por decir una persona, pero también en representación de lo que tiene por decir toda una comunidad. De este modo, el proceso de selección o curaduría, se realizó por un grupo de expertos en cine comunitario.
“No se hizo de manera pública, fue un proceso por invitación porque queríamos justamente que el fondo pudiera llegar a los cineastas directamente, pues muchos de ellos y ellas no se enteran cuando salen las convocatoria por diversas razones como el acceso a internet, las redes, etcétera. Entonces fue un proceso por invitación y aquí fue fundamental el papel del Comité Técnico“, nos platicó Paulina Suárez.
Este Comité se conformó de expertos y expertas en las distintas regiones del país para crera un proceso de nominación “con el que pudiéramos armar un mapeo de unos 120 proyectos y de esos 120, elegimos 81 al final“.
El cine documental y Ambulante
Ambulante es sinónimo de cine documental, y en México, este cine es demasiado bueno, pues supone ser el formato ideal para proyectos que como mencionamos al principio, adquieren un tono social de denuncia, y en este caso, de representación o autorepresentación de pueblos originarios y de la comunidad afrodescendiente o minorías.
Así que no quisimos perder la oportunidad de preguntarle a Paulina, como directora de Ambulante, por qué el cine documental es clave para empezar a contar, por decirlo de alguna manera, todas estas historias.
“Es súper buena pregunta. Hay una tradición justamente de documental muy arraigada en nuestro país. En nuestro país se llega el cine, en comunidades, como una herramienta de denuncia, una herramienta política, no siempre es el caso, pero muchas veces se llega por ahí“. En pocas palabras, el documental ha sido una forma de lenguaje de denuncia en todo América, especialmente en América Latina.
“Sí tiene que ver con una tradición latinoamericana muy particular. También tiene que ver con la accesibilidad, pues a veces la realidad más rica está enfrente de ti, y la historia que quieres contar es directamente tu entorno familiar o comunitario, entonces pues hay accesibilidad como a la historia y a los medios y que bueno, que son procesos no industriales, son procesos artesanales“.
Al final, no hay mejor que ficción que la realidad, y muchas veces la negamos, nos resistimos a la realidad, nos ponemos muy imaginativos, lo cual es bueno… pero no hay ficción que supere nuestra realidad. Y Fondo Miradas, lo que quiere contar, es demasiado grande y demasiado desconocido, algo perfecto para el cine documental. Y ojo, no se trata de desprenderse de las ficciones, pues dan cuenta de los procesos creativos que se dan en esas distintas realidades.