Cuando vemos imágenes comparativas de los cambios de peso de actores como Christian Bale, nos sorprendemos y aplaudimos el compromiso del actor. En los últimos 20 años, ha subido y bajado de peso para dar vida a personajes sumamente complejos. Cuando sucede esto, se les otorgan premios y reconocimientos por moldear su cuerpo de acuerdo a las necesidades del personaje.

Tal fue el caso de Matthew McConaughey, quien perdió más de 22 kilos para Dallas Buyers Club. Bien merecido el Oscar, eso nadie lo niega. Pero de lo que nadie habla es de cómo las mujeres han modificado su peso para simplemente salir en una película y tener chance de ser protagonista.

El peso del personaje femenino no interviene en la historia, ni participa en términos narrativos. Esto, a diferencia como con McConaughey o el mismo Bale en The Machinist en donde Bale llegó a pesar 55 kilos para interpretar a un sujeto con trastorno de estrés postraumático que sufre de insomnia y falta de apetito. Su peso sí es importante y determinante. 

Matthew McConaughey en ‘Dallas Buyers Club’ / Foto: Focus Features

Una realidad y ficción sexista

Las actrices deben bajar de peso para cumplir con los estándares de belleza de una industria que desde hace décadas, exige un cuerpo imposible, cuyo objetivo es la delgadez (extrema). Varias intérpretes de complexión delgada, reciben una oportunidad siempre y cuando bajen de peso. Por ejemplo, para cuando Jennifer Lawrence quedó fichada como Katniss Everdeen en la saga de Los juegos del hambre, le pidieron unos kilos menos. La actriz tenía 21 años. 

Y como ese, hay un montón de ejemplos donde las mujeres se clasifican entre las que cumplen con el estándar, las que están cerca de hacerlo y de ahí para arriba, todas son gordas. Y ser gorda en Hollywood es un pecado. ¿Qué significa? Que los personajes femeninos que aparecen en la pantalla grande y chica, no se ven como las mujeres que las ven. Y las consecuencias de no verse representadas, al menos no de manera realista, son catastróficas.

Jennifer Lawrence en ‘Los juegos del hambre’ / Foto: Lionsgate

Ha sido tanta la influencia de la industria del cine y la televisión en la sociedad y la construcción de la misma, que nos convencieron de que ser gorda en la realidad, como en la ficción, es de lo peor que le puede pasar a una mujer: su éxito será proporcional al peso y la forma de su cuerpo.

Para que se den una idea, en una columna para el New York Times, la analista política y doctora por la Universidad de Harvard, Viri Ríos, reveló que en México, las mujeres con sobrepeso tienen un sueldo 16 % menor al de aquellas con un peso “normal”. Y eso no se queda ahí. También deben enviar 37 % más aplicaciones para lograr las mismas entrevistas que una mujer delgada.

¿Y no es eso lo que hemos visto hasta el cansancio en la ficción? Una mujer de talla grande que se queda detrás de una que sí cumple con los estándares de belleza. Así es como reconocemos la categoría de la fat funny girl entre las series y películas.

Melissa McCarthy en ‘Bridesmaids’ / Foto: Universal Pictures

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¿Quién es la ‘fat funny girl’?

La mayoría de los personajes femeninos aparecen siempre y cuando formen parte de una categoría: están las tomboy, las girly, bombshell, spicy latinas, la chica bonita pero tonta, la que está enferma, aquella que necesita un cambio radical de look, o incluso la mujer que actúa como loca. Todos han hecho un daño inmenso en la imagen de las mujeres y la manera en la que nos definimos.

Y aunque la conversación sobre los estereotipos de los personajes femeninos y sus repercusiones en la realidad no es nada nueva, es necesario volver a tenerla. Parece que las cosas van cambiando de a poco, pero aún hay mucho camino por recorrer, sobre todo con la representación de las mujeres de talla grande en el cine y la televisión.

Rebel Wilson en ‘Pitch Perfect’ / Foto: Universal Pictures

Pero primero lo primero. ¿Cómo es la chica gorda y graciosa de las series y películas? Es aquella que siempre aparece en un personaje secundario y cumple con dos objetivos: ser el soporte emocional de la protagonista y/o ser la parte cómica en la trama.

En cualquiera de las dos, la fat funny girl nos hace reír porque es el centro de las burlas por su cuerpo y suele estar en función de los demás para ser objeto de abusos, violencias y ser el objeto a ridiculizar. En otras palabras, su cuerpo es una broma.

Y como no puede escapar de su realidad, la ha llevado a seguir los mismos caminos una y otra vez. Suelen ser mujeres tímidas e inseguras que creen ocupar demasiado espacio, por lo que se esconden de manera constante. También son sarcásticas y/o crueles con los demás o consigo mismas. Es decir, se apropia de las bromas para que nadie las haga antes que ella. 

Joy Nash como Plum Kettle en Dietland / Foto: AMC

Por ejemplo, busca bajar de peso dejando de comer, y eso, de una manera extraña, nos da risa. Cuando come algo “saludable” pero que sabe mal, nos resulta gracioso de la misma forma en la que nos reímos cuando ordena un montón de comida durante una cita.

¿Por qué nos reímos tanto? Porque cuando una mujer no tiene control de lo que come, entonces no tiene control de nada: ni de sus relaciones amorosas, su vida sexual, laboral… No controla nada, y verla en situaciones donde no asume el control, creemos que es gracioso.

Courtney Cox como “fat Monica” en ‘Friends’ / Foto: Warner Bros.

Cuando el peso construye al personaje

¿Sabían que Carrie, el personaje central de la famosa novela de Stephen King, es una adolescente con sobrepeso? En las primeras páginas del libro se le describe de maneras bastante crueles que incluyen a una “chillona” y chica gorda, un sapo que deambula entre puros cisnes. De ahí la famosa frase de pig blood for a pig“.

Como sea, Carrie no es una chica de complexión delgada. Entonces, ¿por qué en la película eligieron a Sissy Spacek para interpretarla? Spacek era una actriz delgada sin ninguna relación física con la Carrie del libro. La respuesta es porque se creía que las audiencias sentirían más empatía por una mujer delgada que por una mujer con sobrepeso, pues de alguna manera si no “se cuida” y tiene un cuerpo de talla grande, merece el maltrato.

Sissy Spacek como Carrie en 1976 / Foto: Two Pines Entertainment

Esa es la lógica que se ha manejado durante mucho tiempo. Por eso, en cada título que vemos en la pantalla, el peso de un personaje femenino de talla grande debe formar parte de su historia. Todo gira en torno a eso porque si no forma parte del estándar con un cuerpo delgado, cis, blanco o hetero, entonces lo “extraño” se convierte en el centro de su narrativa.

La misma suerte, de ese modo, la han corrido los miembros de la comunidad LGBTQ+ con estereotipos o categorías dentro del queer coded o por ejemplo, el típico personaje de “el mejor amigo gay”. Las mujeres de talla grande no han sido la excepción, y su cuerpo grande es el único motivo por el que aparecen en la historia.

Personaje de Damian en ‘Chicas pesadas’ / Foto: Paramount Pictures

Las reglas del fat funny boy vs fat funny girl

Hay excepciones en cuanto a la representación de los personajes femeninos en el cine y la televisión. Pero deben dejar de ser eso y convertirse en personajes regulares que muestren toda la complejidad de una mujer más allá de su peso. El día que dejemos de centrar nuestra atención en un personaje femenino sólo por cómo luce, ese día dejaremos de pensar que su valor radica en el mismo.

Entre los personajes masculinos también están aquellos que tienen sobrepeso. Pero hay una enorme diferencia entre el hombre gordo y la mujer gorda. El hombre no tiene problemas con asumir el protagónico en una comedia romántica, por ejemplo. Suelen estar acompañados de una mujer hermosa que no se fija en su peso, sino en su carisma, buenas intenciones, sentido del humor y caballerosidad.

¿Se acuerdan de la estadística sobre las mujeres con sobrepeso en México? No hay cifras ni datos que indiquen que el peso de un hombre determine su condición laboral, y por tanto, económica. Ojo, no negamos la realidad de la discriminación, pero la situación de las mujeres empora por eso… porque son mujeres.

Gwyneth Paltrow en ‘Amor ciego’ / Foto: 20th Century Fox

Así, un hombre sólo se puede enamorar de ella si lo hipnotizan para hacerle creer que es una mujer delgada (Shallow Hal). O un hombre puede desear estar con ella, pero mantener la relación en secreto porque sabe que alguien se burlará por el peso (Bridget Jones Diary). 

Peor aún cuando una mujer sólo cree que es sexy y poderosa porque un golpe en la cabeza la hace verse en el espejo con una figura delgada (I Am Pretty). Y ni qué decir de la mujer que sólo logra la atención del mundo cuando por un accidente en la mandíbula que le imposibilita comer, la obliga a ser delgada (Insatiable). 

Las aspiraciones románticas de una mujer de talla grande deben ser bajas porque si un hombre decide estar con ella, por más patético que este sea, le estaría haciendo un favor. Todas estas historias existen, unas más viejas que otras, pero se repiten constantemente.

Imagen de ‘Insatiable’ / Foto: Netflix

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¿Hay excepciones? Sí

Sin importar el peso de un personaje femenino, siempre habrá una opinión sobre su cuerpo, pues este siempre ha existido en función de alguien o algo más: demasiado viejas para unos, demasiado altas para otros, quizá muy curvys o muy planas. Pero lo que sucede con las mujeres de talla grande en la pantalla, es que las define su peso.

Sin embargo, de a poco hemos visto series y películas con personajes que rompen la barrera y se muestran más complejos. Mientras el peso sea un tema recurrente para definir a una mujer, siempre se hablará de ello. Pero son cada vez más las historias en donde las mujeres de talla grande existen por su historia, la cual puede o no involucrar una relación con su cuerpo (esto sólo si es necesario en términos narrativos). 

Aidy Bryant en ‘Shrill’ / Foto: hulu

¿Hay errores en aquellas historias? Sí, y un montón, pero se está cambiando el paradigma y eso implica que habrá muchas cosas que se omiten y otras que salen sobrando. 

Entre algunas producciones que valen la pena echarles un ojo por la representación acertada, está Shrill. Su protagonista es una mujer de talla grande que se ve obligada a atravesar muchas situaciones sólo por su peso. Pero también encuentran momentos donde su cuerpo no define la narrativa.

Kat en la primera temporada de ‘Euphoria’ / Foto: HBO

Kat de Euphoria (en su primera temporada) es uno de los personajes más fascinantes no sólo de la serie, sino de la televisión en los últimos años. Una mujer que sabe que su cuerpo es grande, y en un inicio se esconde como soporte emocional de sus amigas delgadas. Lo sensacional de Kat es que no descubre que su cuerpo es hermoso y atractivo, sino que siempre lo ha sabido, sólo pensó que si lo mostraba como quería, la iban a juzgar. Cuando se da cuenta que no importa el cómo, se muestra segura y poderosa. 

Molly de la cinta Booksmart de Olivia Wilde es una adolescente genial, de talla grande, de la que nunca se menciona su peso ni nada relacionado con eso. Lo mencionamos acá porque la actriz que la interpreta, Beanie Feldstein, en varias ocasiones ha dicho que ha rechazado papeles que se determinan por el peso y cuerpo. 

Imagen: Sopitas.com

Las mujeres negras en la categoría

Cuando hablamos de mujeres de color, las cosas se pueden poner más complicadas, pero es aquí donde hemos encontrado más formas positivas de representación para la diversidad de cuerpos. 

“Mammy” es una mujer negra de cuerpo grande que atiende un hogar de blancos, cocina rico y da consejos emocionales a la protagonista blanca, y también es uno de los estereotipos más criticados por alimentar el racismo. La frecuencia con la que vimos a mammy en la pantalla, determinó la forma en la que eran representadas las mujeres de color y de talla grande. 

Personaje de Rasputia Latimore en ‘Norbit’ interpretada por Eddie Murphy / Foto: DreamWorks Pictures

¿Se habían dado cuenta que en muchas comedias las mujeres negras, de talla grande y de edad avanzada eran interpretadas por hombres disfrazados? Eddie Murphy y Martin Lawrence dieron vida a dos mujeres de talla grande que eran abusivas, crueles, hipersexualizadas y cero atractivas, incluso para sus parejas. 

El daño, como en cualquier tipo de representación que se base en la burla y en la exageración, está hecho. Pero son las mujeres afrodescendientes (no los hombres), las que han cambiado las cosas para su comunidad y las mujeres de talla grande en general. 

Es justo decir que fueron ellas las que sí, interpretaron a la fat funny girl, pero le dieron un giro de 180 grados para reconocer su poder asumiendo la realidad de su cuerpo. Actrices como Queen Latifah y Mo’nique fueron de las primeras en entregarnos comedias románticas donde tomaban el control de su vida. 

Queen Latifa en ‘Last Holiday’ / Foto: Paramount Pictures

Y ahora, vemos personajes como Donna de Parks and Recreation, Kelli de Insecure o Fran de Shrills, quienes no temen hablar de sexualidad ni mostrar sus cuerpos de maneras que se empoderan a sí mismas y las demás.

También están aquellas donde no es necesario hablar de su cuerpo, y forman parte de un contexto donde toman relevancia por su complejidad como Belinda en The White Lotus o Taystee de Orange is the New Black. Si bien no son los personajes principales, son sumamente complejas y fascinantes. 

Natasha Rothwell como Kelli en ‘Insecure’ / Foto: HBO

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En 2017 entré a Sopitas.com donde soy Coordinadora de SopitasFM. Escribo de música y me toca ir a conciertos y festivales. Pero lo que más me gusta es hablar y recomendar series y películas de todos...

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