Lo que necesitas saber:
Las escenas de sexo en películas y series siempre dividen opiniones. Y hay una generación que prefiere que no existan.
Sexo. El dulce néctar del amor. Aquello que perseguimos de manera incesante, ya sea casual o formal, en el previo, durante y después de tener contacto con la persona deseada. ¿O acaso, nos preguntamos con intranquilidad, esto ha cambiado y lo que menos nos interesa ahora es culminar en el acto carnal?
Cuando vemos una película o serie no necesariamente romántica pero donde hay una relación amorosa, deseamos que todo termine bien para los interesados. Y eso, muchas veces, significa que los personajes tendrán sexo y todo fluirá hacia un “felices para siempre”. En un mundo ficticio e ideal, por supuesto.
Sin embargo, para nuestra sorpresa, la respuesta a las dos preguntas anteriores depende de a qué generación perteneces. No se trata de una experiencia individual (o no tan individual, aquí no juzgamos), sino a una idea colectiva sobre el sexo. Y esto lo decimos porque un estudio reveló que hay una generación que ya no siente tanto interés en el sexo.
Los Gen Z no están tan interesados en el sexo
De acuerdo con un estudio realizado por la UCLA (Universidad de California, Los Ángeles) con personas de entre 10 y 24 años, mejor conocidos como la Generación Z, no hay tanto interés en los temas relacionados al sexo ni con el sexo en sí mismo.
Para que se den una idea, 47.5 por ciento de los participantes dijeron que el sexo “no es necesario” en la mayoría de las películas y las series. Ahora bien. Creemos que no todo el sexo que aparece en una película o serie es necesario, pues algunas veces sólo sirve para generar morbo sin intenciones narrativas reales.
Más de la mitad de los encuestados, 51 por ciento, dijeron que tienen mayor interés en ver relaciones de amistad y platónicas. Y han de saber que el amor platónico no es como nos han dicho en donde una persona vive enamorada de otra por la eternidad. O incluso como una especia de idealización. No.
El amor platónico, en realidad, es cuando se establece una relación sin intenciones románticas y sexuales, sino perseguir la belleza del alma, no del cuerpo. Contemplar, no poseer. Ouch. Y eso es justo lo que quiere ver la Gen Z.
Nota: Quizá la Gen Z sea más fan de las películas de Quentin Tarantino, quien nunca incluye escenas de sexo en sus películas. ACÁ les contamos de eso.
¿Y en la realidad fuera del cine y la televisión?
Las cosas son más complejas de lo que parece. Y aunque de broma podamos decir que la Gen Z es bastante aburrida si no tiene tanto interés en el sexo dentro y fuera de la realidad, s trata de un tema que va relacionado con la salud mental y la manera en las que socializamos.
Desde hace años han surgido reportes que revelan que la cantidad de sexo se ha reducido bastante en general. No es algo propio de una generación; pero lo que sí es que la Gen Z es la que más ha reducido sus encuentros sexuales y su número de parejas sexuales.
De acuerdo con Psychology Today en un reporte de 2022, las personas de menos de 25 años tienen mucho menos sexo que el resto de la población. Tienen menos actividad sexual y menos parejas sexuales que personas que están en sus 30 y 40.
Como les decíamos, la razón detrás de esto es bastante compleja y triste, pues se relaciona con la forma en la que conversamos (o no) de la salud mental. El aumento que sí reporta la Gen Z es en los niveles de estrés y ansiedad. ¿Va relacionado con su cada vez menor interés en el sexo?
De alguna manera sí aunque no es la única razón. Pero los beneficios del sexo se enumeran en la mejora de la calidad del sueño, estado de ánimo, reducción del estrés y la ansiedad, mejora del sistema inmune y mucho más. De hecho, se sabe que los beneficios se potencian cuando hay un vínculo afectivo con la otra persona.
Parte de los problemas de salud mental que presenta la Gen Z van con el aumento en el uso de dispositivos tecnológicos, fallas económicas, ansiedad por el futuro, la salud del plantea y muchas cosas que ahora ocupan la mente de las generaciones más jóvenes, reduciendo el espacio, el tiempo y las ganas de tener relaciones sexuales.