Nota: Este lunes 13 de enero, se dieron a conocer los nominados a los premios Oscar 2020 en sus 24 categorías. Una de las más importantes, desde luego, es la de Mejor Fotografía, pues conjuga dos de los aspectos más importantes del cine, lo técnico y lo artístico. En este aspecto de la industria, los mexicanos siempre han destacado y este 2020 no fue la excepción con la presencia de Rodrigo Prieto entre los nominados por su trabajo en The Irishman de Martin Scorsese.
Los mexicanos tienen muchas cosas qué contar. Historias habladas, cantadas y hasta en chistes, pero siempre hay algo que decir, propio o ajeno. Sin embargo, lo mejor que sabemos hacer, es narrar esas historias y sus personajes a través de imágenes. Si nos nos creen, sólo hace falta hacer un repaso por la filmografía mexicana para descubrir que más allá de un libreto (con diálogos determinantes, eso sí), nuestras películas se sostienen por la fotografía.
Y hemos de darnos el crédito, porque no es nada fácil. Grandes cinefotógrafos han marcado el cine nacional como Gabriel Figueroa, quien contribuyó al imaginario visual y sentó un precedente para, visualmente, contar historias. Filmes como Chucho el roto, Vámonos con Pancho Villa, Flor silvestre, La perla, Los olvidados, entre otras, son la prueba máxima del genio de Figueroa y los mexicanos.
Alex Phillips (canadiense y mexicano) también se define el cine de la Época de oro como algo más que un fotógrafo, sino como un creador de atmósferas. Su trabajo se resguarda en cientos de filmes, destacando Santa de 1931, la primera película sonora del cine mexicano, pero sin olvidar todas sus colaboraciones con Julio Bracho.
Y así podemos hacer un recorrido. Desde Manuel Álvarez Bravo, Victor Herrera, Agustín Jiménez y Ángel Goded, hasta los fotógrafos “contemporáneos” como Emmanuel “El Chivo” Lubezki, Tonatiuh Martínez, Guillermo Navarro y, con principal distinción, Rodrigo Prieto.
Prieto ha colaborado en varias películas internacionales y con directores de alto perfil como Alexander de Oliver Stone, Brokeback Mountain de Ang Lee (fotografía nominada al Oscar), Babel de Alejandro González Iñárritu, El lobo de Wall Street y Silence de Martin Scorsese. Con este último, ha realizado un mayor número de colaboraciones, convirtiéndose en la persona que descifra, por decirlo de alguna manera, las ideas de Scorsese para convertirlas en imágenes.
Su último trabajo juntos es The Irishman, una de las películas más esperadas de 2019, protagonizada por Robert De Niro, Joe Pesci y Al Pacino, y la cual tuvo su estreno en algunas salas de cine tradicionales el pasado 15 de noviembre, pero que pronto formará parte del catálogo de Netflix.
The Irishman no ha sido la excepción para Prieto ni Scorsese. Así que con un filme tan importante, nos sentamos a platicar con el director de fotografía a propósito de la premiere de esta cinta en el Festival Internacional de Cine de Los Cabos.
Rodrigo nos habló de las diferencias entre hacer una fotografía “convencional”, y trabajar en un proyecto que explota recursos de tecnología como el VFX y los efectos de-aging. El personaje de De Niro, Frank Sheeran, fue rejuvenecido a favor de contar una historia que hace un repaso por distintos momentos de su vida, concentrándose en una época en la que el actor debía lucir más joven.
¿Cómo afectó eso el trabajo de Prieto en la cinefotografía de un filme de tres horas y media? Y no sólo nos contó eso, sino también el admirable trabajo de algunos de sus colegas y cuál es el punto qué define a la fotografía en una producción fílmica.
Acá chequen la entrevista completa: