La peor persona del mundo fue una de las películas más destacadas de 2021/2022, una producción noruega que nos mostraba la vida amorosa de una mujer de más de 30 y cómo sus decisiones la hacían sentir como el título de la cinta. Sin embargo, este año de verdad conocimos a alguien que de verdad compite por ser la peor persona del mundo en Enferma de mí.
Enferma de mí está protagonizada por Signe, una joven mujer que trabaja en una cafetería mientras su pareja es una de las promesas del arte en su país. Ambos son narcisistas, y todo el tiempo compiten entre ellos para ver cuál de los dos recibe más atención.
Eso lleva a Signe a un extremo en el que decide enfermarse al ingerir unas pastillas experimentales rusas, lo cual le da la atención suficiente por un tiempo hasta que todo se sale de control. A propósito del estreno de Enferma de mí en México, platicamos con Kristine Kujath Thorp, su protagonista:
Enferma de mí
Enferma de mí tiene al centro de su historia a Signe, una joven mujer que trabaja como barista en una cafetería en Oslo. Su pareja es Thomas, quien es un artista que ha ido en crecimiento en la escena en su país a partir de que su obra se basa en la intervención de muebles robados (la mayoría por la misma Signe).
Su relación, desde fuera, parece ideal. Sin embargo, ambos siempre están en conflicto a partir de que buscan recibir la mayor atención posible. Si Signe se hace popular porque rescató a una mujer tras ser mordida por un perro, su novio intenta opacarla con su aparición en una portada en una revista de arte.
Si Thomas está dando un discurso tras una exhibición exitosa de su obra, Signe simula una alergia catastrófica que le cierra la garganta. Es una continua lucha de dos narcisistas que se van al extremo. ¿Pero cuál es el límite?
Signe es la verdadera protagonista de Enferma de mí, y parece no conocer los límites. Es así como compra en el mercado negro unas pastillas rusas que como efecto secundario, producen unas marcas terribles en la piel de quien las consume. Al inicio, recibe toda la atención que una hospitalización de emergencia amerita.
Luego, recibe la atención que una enfermedad desconocida provoca, sobre todo porque su rostro se ha desfigurado, cosa que las marcas woke aprovechan. Pero pronto, todo se sale de sus manos: su vida personal se ve afectada, su salud está en riesgo y a nadie le interesa más que esté enferma.