Lo que necesitas saber:
'El conde' es una de las películas más esperadas al marcar el regreso de Pablo Larraín con una cinta que plantea una premisa interesante: Pinochet es un vampiro que quiere morir.
Pablo Larraín es quizá, junto a Sebastián Lelio, el director chileno más conocidos de los últimos años. Y en realidad, su fama sale de Chile con un reconocimiento internacional que va ligado a una interesante narrativa dentro de las biografías. Para este 2023, Larraín vuelve con una película sobre Pinochet titulada El conde… pero que al mismo tiempo, se sale de la caja que ya conocemos.
Si bien Larraín nos ha contado las historias de personajes como Diana Spencer, Jacqueline Kennedy o Pablo Neruda, ahora es el turno de una de las figuras más oscuras en la historia de la política en Latinoamérica: Augusto Pinochet. Pero en lugar de hacer un repaso sobre su vida y carrera, esta vez el cineasta lo convierte en un vampiro en El conde para hacer un recuento de los crímenes que cometió y que quedaron impunes.
Y como también ya es costumbre, Larraín reúne a un elenco espectacular en El conde que integra a sus más grandes colaboradores como Alfredo Castro o Antonia Zegers (entre otros) y que suma a Paula Luchsinger, una de las promesas chilenas más grandes. Justo con ella tuvimos oportunidad de hablar sobre El conde, la percepción de la dictadura en Chile y el significado de la figura de un vampiro enamorado.
El conde, el regreso de Pablo Larraín
Como les contábamos, El conde marca el regreso de Pablo Larraín después del éxito de Spencer en 2021, pero también lo hace a Chile con una producción en blanco y negro que como protagonista a Augusto Pinochet (interpretado por Jaime Vadell), un vampiro de 250 años.
Pinochet está retirado, o mejor dicho oculto, en algún lugar remoto y frío en Chile. Para el mundo está muerto, pero al ser un vampiro o un ser inmortal, continúa con una vida rutinaria y a la cual pretende ponerle fin. ¿La razón? Se ha dado cuenta que la gente en su país lo piensa como un vulgar ladrón en lugar de un gran militar.
“Malagradecidos”, dice enojado. Y de a poco, con ayuda de su sirviente, un soldado ruso que también es vampiro (Castro), es que ha dejado de beber sangre y comer corazones. Pinochet quiere morir. Pero todo da un giro de 180 grados cuando sus hijos le hacen una visita sorpresa en la que pretenden descubrir, antes de que “muera” su padre”, todo el dinero que les podría dejar.
Es así como aparece la figura de Carmen, una hermosa monja que la hace de contadora, con una sonrisa un tanto siniestra, para recuperar las cuentas, rastrearlas e investigar de dónde viene el dinero; pero también, para enamorar a Pinochet y hacerlo pensar en una segunda oportunidad en el amor. Sí, el vampiro está enamorado y ya no quiere morir.
La figura de Pinochet
El conde se estrenó en la edición de este 2023 del Festival Internacional de Cine de Venecia donde Pablo Larraín y Guillermo Calderón se llevaron el reconocimiento por Mejor Guion. AQUÍ les dejamos a todos los ganadores de Venecia para que les echen ojo.
No es cosa menor y en realidad, no fue una sorpresa. Larraín construyó una sátira que se vale del terror y la fantasía para mostrar la figura de un dictador que como un vampiro, nunca muere, permanece, no se permite el olvido. Y algo muy similar sucede, en palabras del director, con los crímenes que cometió y la frustración de nunca haber enfrentado a la justicia.
La cinta de El conde llega, además, en un momento interesante para Chile. Primero, porque este 2023 se cumplen 50 años del golpe de Estado liderado por Augusto Pinochet que derrocó al gobierno socialista de Salvador Allende, y que dio paso a una dictadura terrible de 17 años.
Y luego por el clima político en el país del sur. Cada vez más chilenos creen y dicen que quizá los militares tenían razón en haber dado un golpe de Estado (esto a través de una reciente encuesta que muestra una aprobación cada vez mayor en la imagen de Pinochet).
La cosa es que la dictadura, en realidad, fue uno de los periodos más terribles dentro de la historia política y social en Latinoamérica. Algunos reportes indican que las víctimas de la dictadura entre asesinatos, desapariciones, presos políticos y víctimas de tortura, suman más de 40 mil. Todo esto a través de un régimen de terror y represión que obligó a cientos de miles de chilenos a abandonar su país también.
