¿Cuál es nuestro primer acercamiento con el cine? Para la mayoría, desde luego es el mundo de la animación con los clásicos de Disney, o bien, lejos de la pantalla grande, estaban las películas que pasaban una y otra vez en los canales de televisión abierta. Algunos y algunas recordarán la tradición de ver Titanic cada diciembre, ¿cierto?

Muchos de esos títulos no sólo marcaron nuestra infancia (que tire la primera piedra quien no suspira al escuchar “¡Mami, mami!” de Bambi), sino que abrieron la puerta al cine que definiría nuestras vidas. En otras palabras, las películas que nos ayudan a comprender el mundo.

Foto: Getty Images

Ficciones y documentales, comerciales o de autor, construyen un camino que converge entre lo que queremos ver y lo que necesitamos ver (porque ojo, no es lo mismo). En México, la línea entre una y otra siempre ha sido lo suficientemente clara gracias al trabajo de grandes personajes que han construido una industria sólida que si bien es un referente, se ha fortalecido en los últimos años. 

Y es aquí donde hemos de mencionar a Elena Fortes, un nombre clave cuando hablamos de cine mexicano y el cine que se hace en nuestro país. Fortes es una de las productoras más reconocidas en México a partir de que ha estado detrás de filmes como Vivos de Ai Weiwei, Chicuarotes de Gael García Bernal, el documental Familia de medianoche o la más reciente, Una película de policías de Alonso Ruizpalacios.

Póster oficial de ‘Una película de policías’ de Ruizpalacios. / Foto: Cortesía de Netflix

Elena Fortes

Elena estudió Comunicación visual. Un día, de paso por el Festival Internacional de Cine de Guadalajara, conoció a Carlos Meza, quien le habló de la idea de fundar una productora llamada Canana en colaboración con Diego Luna y Gael García Bernal. Elena, como diseñadora, ofreció su trabajo.

Pero entre conversaciones, se vio involucrada en otro proyecto más ambicioso y definitivo: Ambulante. A partir de 2005, Elena Fortes se convirtió en la directora de una de las iniciativas fílmicas y sociales más grandes de México y Latinoamérica que utiliza al cine documental como un agente de conversación, y por ende, de cambio.

Elena se quedó 10 años en Ambulante atravesando el país en busca de historias, realizadores y comunidades que quisiera y necesitaran ver su propia realidad a través de una pantalla. Después de una década al mando de Ambulante (salió en 2016), descubrió que no sólo quería llevar la historia, sino contarla.

Por lo que en 2017 fundó No Ficción junto a Daniela Alatorre (otra mujer dentro de la industria que merece mención aparte) donde ha producido más de 10 filmes documentales que han representado un antes y un después tanto de la tradición del documental en el país, como en la representación de las mujeres en la industria.

Gael García Bernal, Elena Fortes y Diego Luna en Ambulante en 2009 / Foto: Getty Images

La primera conversación de cine

Elena Fortes fue de esas suertudas que toda su vida se vieron involucradas en el cine, muy a la Sofia Coppola o Sergio Leone. Su mamá formó parte de la primera generación del Centro de Capacitación Cinematográfica, por lo que sus primeros personajes animados fueron Bolek y Lolek de la famosa animación polaca; mientras sus primeras cintas en la Cineteca Nacional o el Cine Viveros, fueron La historia sin fin de Wolfgang Petersen o Fanny y Alexander de Ingmar Bergman.

Ella (su madre Magdalena) creía mucho en el potencial de la imagen también para educar. Siempre platicaba con nosotras después de la película y nos hacía preguntas de qué fue lo que más les gustó y por qué les atrajo este personaje. Siento que esas fueron un poco nuestras primeras conversaciones.

Para mí, ‘Fanny y Alexander’ sí es la película que más recuerdo que me impactó en todos los sentidos. La historia, en lo fuerte de la historia. Como que me sentí sumergida en ese mundo y entendí la capacidad de transformación que puede tener una película“. 

Imagen de Bergman en el set de ‘Fanny y Alexander’. / Foto: Criterion Collection

Sus siguientes pasos en el cine fueron más que obvios junto a su hermana, quien estudió cine de manera “formal”. Pero eso no quitó que en la prepa hicieran películas juntas. Elena recuerda mucho un cortometraje en el que un oficinista hablaba al ritmo con el que tecleaba la máquina de escribir.

Se me hacía genial. Ahí también fue de, ‘Claro, el sonido es aparte’“. Con esto, la futura productora comprendió que se podían jugar con un sinfín de elementos para contar una historia. No solo es seguir con la cámara lo que sucede“. 

El rigor de la academia

Como les contamos, la hermana de Elena se lanzó a estudiar cine mientras ella se fue a la Comunicación visual y una carrera de Diseño industrial que nunca terminó. Cuando llegó a Ambulante en 2005, fueron sus títulos (o la falta de títulos relacionados al cine) los que la excluyeron de un gremio bastante duro y complicado.

Hablar de cine, en cualquier parte, es lanzar una moneda al aire entre quedar bien o mal; o en otras palabras, entre ser pedante o un ignorante. Aquellos y aquellas que cuentan con una formación en el cine en distintos aspectos, suelen hablar de las películas como si representaran cierta superioridad frente a la persona que es fan del MCU.

Elena Fortes junto a Fernanda Valadez en Sundance 2020. / Foto: Getty Images

¿Por qué? Porque no terminamos de comprender algo que Elena siempre tuvo claro y que ha llevado a la práctica como productora: el objetivo de todo es que la gente comience a conversar la película una vez que la haya visto. Si la regla es que la conversación se debe regir única y exclusivamente con un argumento académico, entonces estamos en el limbo.

Creo que están muy centralizadas, de entrada, las oportunidades de estudiar cine, muy privilegiadas. Incluso cuando empecé en Ambulante, sí recibía críticas de ‘Por qué está ahí si no estudió cine’. Como si estudiarlo fuera una condición necesaria para hacer un festival. Pero creo que comprobé lo contrario y me rodeé de gente que no veía nada más eso“. 

Y con esto no queremos decir que no hacen falta los estudios de cine para estar mejor preparados y preparadas. Sino que no son una condición para escribirlo, dirigirlo, producirlo, difundirlo, y conversarlo. Si el cine fuera exclusivo de quien lo estudia, México estaría en la parte de atrás de la fila.

Imagen de ‘Vivos’ de Ai Weiwei. / Cortesía Sundance

Para mí lo más importante es preguntarnos a quién quieres llegar con esta película, a quién le quieres contar esta historia y quién la está contando. Todas esas preguntas que inmediatamente ponen a la audiencia como una parte fundamental de la creación de una película. Usando todos los elementos del lenguaje cinematográfico y cómo vas a hacer uso creativo para llegar a las personas a las que quieres llegar. 

Ahí yo sí creo que la literatura, la filosofía y la historia, incluso, pueden ser más enriquecedoras que una educación en una escuela de cine. Siento que aprendí muchísimo en Ambulante. Más allá de descentralizar las oportunidades de formación en cine, es seguir promoviendo estos circuitos de exhibición que ofrecen cine diverso, que pueden dar a conocer las posibilidades que tiene el medio  sin imponerles esta idea de que tienen que estudiar cine para hacer una película“. 

Imagen de ‘Familia de medianoche’ / Foto: Cortesía de Netflix

Las jerarquías en el estudio

El problema no sólo está en la centralización de los estudios de cine y todo lo que le sigue. Sino también en la estructura de la industria, la cual suele ser muy vertical… y esa verticalidad suele ser patriarcal. ¿Qué sucede? Se cierran oportunidades para las mujeres que han de enfrentar no sólo un portazo en las narices, sino la superación de tabúes y obstáculos que sólo trae una consecuencia fatal: ¿de cuántas historias no nos hemos perdido tan sólo porque su narradora era mujer? 

Desde el principio de Ambulante, y además porque además de ser mujer era muy joven, muchas veces me enfrentaba a que no me tomaran en serio. Automáticamente en una junta con puros hombres, se daba por hecho que era la secretaria o asistente de alguno de ellos. Incluso cuando me dirigía a una persona, esta le respondía al hombre que estaba a lado aunque él no fuera el que lo contratara“. 

Imagen ilustrativa. Foto: Ambulante.

El secreto del éxito de Ambulante no sólo ha sido mantenerse fiel a su primera premisa o evolucionar junto a las necesidades de las y los espectadores. Sino en el trabajo colaborativo. Sería absurdo que un programa que promueve la representación, inclusión y diversidad a través de las proyecciones de cine documental, excluyera sus propios integrantes.

Creo mucho en la colaboración y la horizontalidad. Odio la palabra, pero el empoderamiento de otros porque creo que esa es la razón principal por la que Ambulante funcionó tan bien. No se sentía una especie de imposición corporativa. Se armaba todo en conjunto en grupos. 

No sé si eso sea una característica también del feminismo y de esa sororidad entre mujeres. Afortunadamente la veo en nuestra generación mucho más que en las anteriores generaciones de mujeres. Aún hay falta de reconocimiento a muchas mujeres delante y detrás de las cámaras, sigue habiendo un enfoque en los mismos personajes de hace treinta años. Incluso, y eso sí lo resiento, en la corta trayectoria que hemos tenido en No Ficción“.

MEXICO CITY, MEXICO – MARCH 03: Luke Lorentzen, Kellen Quinn, Daniela Alatorre y Elena Fortes / Foto: Getty Images

Una estructura apegada al feminismo

Una grandiosa documentalista australiana llamada Kitty Green, llegó a Sundance en 2016 con Casting JonBenet, un espectacular documental que se llevó la aclamación del público. Durante una fiesta del festival, un programador se acercó a ella y la felicitó por el recibimiento del título. Luego le pidió, con toda honestidad, que le dijera cuál de sus dos productores (James Schamus y Scott Macaulay), fue el que le había dado la maravillosa idea de Casting JonBenet. 

La historia es más común de lo que creemos. Cuando las mujeres logran destacar, no reciben el crédito de su trabajo ni sus grandiosas ideas. Y muchas veces, esa falta de confianza o esa necesidad de validar el trabajo, es la que mantiene nuestras historias en simples anécdotas. 

En 2019, Green estrenó The Assistant, una de las mejores películas del año para revelar una primera ficción sobre el caso de Harvey Weisntein. Las cosas van cambiando de a poco y el trabajo de mujeres como Elena Fortes y Daniela Alatorre en espacios como No Ficción, son indispensables para que las cosas evolucionen. 

Elena Fortes en la Berlinale por “Una Película de Policías” / Foto: Getty Images

En tan sólo cuatro años y cachito, No Ficción ha producido para artistas como Ai Weiwei, Juan Carlos Rulfo, Everardo González, Otilia Portillo y un trabajo de la misma Alatorre. Entre sus más recientes filmes está Users de Natalia Almada y Una película de policías de Ruizpalacios, ambos como parte de la competencia del Festival Internacional de Cine de Morelia o FICM 2021

Son dos mujeres a la cabeza de una productora independiente que está reformulando la producción y difusión de cine documental con todo lo que eso conlleva. Hemos hecho películas increíbles, y obviamente esa es la mayor satisfacción. Pero sí he sentido que la tenemos mucho más difícil que otras productoras que están lideradas por hombres, pues tienen acceso a fondos a los que nosotras no hemos tenido acceso.

Esa lucha ha sido mucho más complicada y creo que sí, sigue habiendo una estructura dominada por los hombres. En el financiamiento, en las distribuidoras, en todos los componentes del mercado del cine, además de una gran falta de reconocimiento a mujeres“. 

Imagen de ‘Users’ de Natalia Almada. / Foto: IMCINE

Mayor equidad

Pero volvemos al mismo punto. Las cosas han cambiado y si antes era imposible pensar en una productora liderada por mujeres, ahora hablamos de un Oso de Plata en la Berlinale, el paso a la shortlist de los premios Oscar, estrenos en el SXSW, un Special Jury Award en Sundance, y un montón de recorridos y reconocimientos en sus más de 10 filmes. 

Siento que hay todavía un gran camino a recorrer. Pero algo que sí enfatizó mucho, es que también me da mucho miedo generar estos ambientes de cacerías de brujas y de polarización porque entonces, esa lucha es todavía más lejana. Creo que se tiene que abordar desde otro lugar más allá.

Hay películas dirigidas por mujeres, pero hay puros hombres detrás todavía. O hay películas dirigidas por hombres que tienen a muchas mujeres detrás también. Siento que hay que ver un poco más allá de la figura del director y la directora, y ver quiénes están en las posiciones de poder y en los distintos lugares también de una película y en el mercado del cine. Así empezaremos a transformar esa situación para que haya más equidad general“.

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En 2017 entré a Sopitas.com donde soy Coordinadora de SopitasFM. Escribo de música y me toca ir a conciertos y festivales. Pero lo que más me gusta es hablar y recomendar series y películas de todos...

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