Lo que necesitas saber:
Las producciones para la televisión o el cine suelen convertirse en espejos de las distintas realidades de un país. ¿Pero qué sucede cuando la realidad es del pasado? De eso va 'El monstruo de la vieja Seúl'.
Una de las criaturas más aterradoras del folklore coreano es el Dalgyal Gwishin, un ente que comparte algunas características propias de los fantasma, pero como principal característica, carece de rostro. Esta particularidad, que se relaciona con la imposibilidad de reconocerlo, lo ha convertido en un ser maligno.
Mencionamos esta figura porque, de alguna forma, nos recuerda a la monstruosa criatura que forma parte de la historia de El monstruo de la vieja Seúl, la más reciente serie para la televisión coreana en Netflix que se integra a sus producciones originales.
El monstruo de la vieja Seúl es una serie de época, y es una de las producciones más grandes no sólo de la plataforma de streaming dentro de sus contenidos en Corea del Sur, sino en la historia del país en la industria del entretenimiento.
A principios de 2023, tuvimos la oportunidad de visitar el set de filmación donde pudimos platicar con el director de El monstruo de la vieja Seúl, el diseñador de producción y el director creativo, quienes nos revelaron algunos detalles interesantes del título y su importancia dentro y fuera de la ficción.
El monstruo de la vieja Seúl
El monstruo de la vieja Seúl nos lleva a la península de Corea en 1945, específicamente en el último periodo de la invasión japonesa, la cual se definió con una serie de atrocidades cometidas contra la población coreana que iban desde esclavitud, reclutamiento forzada en el ejército japonés y la prostitución, entre muchas otras cosas.
La serie nos presenta al Maestro Jang, un joven apuesto y adinerado, dueño del local conocido como el Tesoro Dorado, una casa de empeño ubicada en Gyeongseong, el nombre que antes recibía la capital del país (Seúl). Tras un arresto extraoficial, un alto mando del ejército japonés le encomienda a Jang la búsqueda de una mujer que lleva una semana desaparecida.
La cosa es que el Maestro Jang es una persona muy influyente en Gyeongseong, y sus contactos pueden ayudar a dar con el paradero de esta mujer. ¿Y quién es ella? La amante embarazada del oficial japonés. Con la amenaza de perder su patrimonio, Jang contrata a un par de “sabuesos” o detectives, quienes emprenden una búsqueda peligrosa (y como todos en esa época, ellos también están buscando a alguien).
La búsqueda de esta misteriosa mujer es sólo el punto de partida de la verdadera trama de El monstruo de la vieja Seúl. Durante su investigación, estos detectives dan con un hermético hospital, en el que descubren que existe una base militar en el sótano donde se realizan experimentos crueles y atroces en la población coreana por parte de los japoneses.
El resultado de uno de esos experimentos es un monstruo, del cual no distinguimos bien su forma. Es enorme, tiene tentáculos y mucha fuerza, y difícilmente podemos ver su rostro. ¿O acaso lo tiene? Aquí su parecido con la leyenda de los Dalgyal Gwishin.
Sin embargo, en la serie, a esta criatura no le vemos el rostro por una razón: se trata de una de las personas que tienen secuestradas en el sótano del hospital; víctima, como muchas, de las atrocidades cometidas de manera constante. En ese sentido, cualquiera es el monstruo sin rostro.
Una historia sobre avaricia, crueldad y poder
Como les contamos, tuvimos la oportunidad de visitar el set de filmación de El monstruo de la vieja Seúl muchos meses antes de su estreno en Netflix. Todo, al igual que en el inicio de la serie, se mantenía en secreto, sobre todo considerando que se trata de una de las producciones más grandes de Corea en la plataforma.
Platicamos con Jung Dong-Yoon, director de la serie, quien nos dijo que en El monstruo de la vieja Seúl todo se centra en la superviviencia. Aquí, dos jóvenes intentan sobrevivir en un ambiente hostil y violento en un país que ellos no reconocen como propio.
La invasión japonesa en Corea duró décadas, y muchos jóvenes de la época que se retrata en la serie, desconocen un país sin los japoneses. Viven las secuelas de la violencia en un país que no conocen libre. La figura del monstruo, en ese caso, representa la codicia y avaricia humana, y todas las circunstancias son una analogía del contexto aterrador y brutal.
Además, también el director dijo algo relevante que nos hace entender mucho mejor la serie: las personas alrededor del monstruo, son peores que el monstruo mismo. La criatura responde a sus instintos, adquiridos apenas bajo circunstancias terribles, sin escapatoria. Pero los humanos que la rodean, al menos los que dan las órdenes, sí tienen escapatoria, sólo que se decantan por la violencia, la indiferencia y el poder.
El set y el vestuario de El monstruo de la vieja Seúl
Durante nuestra visita, el diseñador de producción y el director creativo nos explicaron algunos de los aspectos del set y el vestuario que alimentan el mensaje de El monstruo de la vieja Seúl.
Nos explicaron que en la década de los 40, hubo un periodo de confrontación que alcanzó su punto máximo. Y esta confrontación se dio en todos los sentidos, sobre todo si consideramos que la presencia de Japón a lo largo de los años, también llevo consigo una reinterpretación de la cultura occidental (ahora imaginen que la salida de Japón se dio en parte por la presencia de la URSS y EUA).
Por eso, el personaje del Maestro Jang navega en todo sentido entre dos mundos. En la serie lo hace al ser un sujeto sin patria pero que percibe el dolor de la población; y de manera metafórica, representado en su vestuario y sus modos, en aquel renacimiento cultural que hubo en el siglo XX. Es un sujeto que siempre viste trajes de sastre con un estilo elegante.
En cuanto a la selección de vestuario para el personaje de Yoon Chae-ok, una detective, se optó por un aspecto foráneo y ordinaria. Usa ropa masculina con varias capas que es funcional al aire libre, pero sobre todo cómoda para desempeñar las búsquedas peligrosas.
Los secretos de los lugares
Quizá el lugar que más se visita a lo largo de El monstruo de la vieja Seúl es el Tesoro Dorado, la casa de empeño del maestro Jang. Su estilo es muy tradicional, y se utilizó mucha madera para que se sintiera como un espacio en el que cualquiera pudiera entrar.
La madera en Corea es usada por personas de todas las clases. Con este mismo entendimiento, la oficina del protagonista es más elegante, pero también presenta madera con el objetivo de no impresionar a las clases más bajas.
En cuanto a la bóveda donde se guardan los objetos de mayor valor del Tesoro Dorado, se pusieron candelabros de oro para resaltar el esplendor del lugar, y dar la sensación de que se está dentro de un cofre, como si todo fuera un tesoro.
Otro de los lugares que visitamos fue el Moonlight Bar donde algunos personajes se dan cita para hacer distintas revelaciones o enfrentarse a las peores realidades. Se tomó una decisión de iluminación muy especial al utilizar luz natural y artificial con el objetivo de crear un espacio en el que se pudieran compartir secretos.
También, en pleno invierno, recorrimos las calles que el equipo de producción construyó para presentarnos un pedazo de Gyeongseong. Les tomó cuatro meses preparar la calle y otros cinco para construirla entre locales y puestos, terrazas, restaurantes y más.
Y luego… el lugar más tenebroso de El monstruo de la vieja Seúl: el calabozo, el cual podemos ver en su totalidad en el episodio tres. Aquí es donde mantienen al monstruo aislado entre prisiones subterráneas. La estructura es curva, muy similar al de una mina.
En medio del calabozo, por encima, hay un agujero que sirve para ver al monstruo dentro de la historia. Pero en realidad, ese agujero sirve para que el monstruo veo a sus creadores y los reconozca, pues desde ahí arriba se concibió el nacimiento de una criatura maldita.
El mal no siempre prevalece en El monstruo de la vieja Seúl
Al inicio de El monstruo de la vieja Seúl, el Maestro Jang dice que durante tiempos oscuros como los que viven, sometidos por la violencia, “no se puede sobrevivir sin cometer un crimen“. El país está dividido, y los tiempos obligan a hacer cosas que no harían bajo distintas circunstancias.
Las personas, como sea, están decididas a hacer lo que sea para sobrevivir. Y algo genial que hacen en el guion de esta serie, es no juzgar a sus personajes, sobre todo aquellos que permanecen en un limbo en el que no se ha de definir su identidad con la invasión, y en el que han perdido todo: casas, trabajos, familias.
Cada uno de los aspectos de El monstruo de la vieja Seúl nos lleva a hacer un recorrido no específico en Corea del Sur, sino de cualquier nación en guerra que, durante décadas, haya sido testigo de las distintas atrocidades que se cometen no de un bando contra el otro, sino de humanos contra humanos.