La tercera parte de El Conjuro ya está aquí. La icónica franquicia de terror regresa y como es costumbre, trae para nosotros una historia lista para sacarnos un buen susto… y eso no solo lo logrará con lo que veamos en pantalla. De hecho, agárrense bien porque una vez más, todo esto se basa en una historia real.

Todo parte del famoso caso al que las autoridades y medios en Estados Unidos denominaron como “The devil made me do it” (El diablo me obligó a hacerlo), en el cual el ciudadano Arne Cheyenne Johnson asesinó a su casero Alan Bono por allá en 1981. En el juicio, la defensa del inculpado argumentó que este había actuado debido a que había sido poseído por un demonio.

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Imagen de ‘El conjuro 3’.

Un pequeño poseído

Como muchos curiosos fanáticos de El Conjuro sabrán, estas películas se basan en el extenso archivo que Ed y Lorraine Warren recabaron a lo largo de su carrera como exorcistas/demonólogos/investigadores paranormales. Sin embargo, de entre todas anécdotas, hay una que hizo especial eco en la ciudad de Connecticut.

Todo se remonta a los acontecimientos presuntamente sobrenaturales que la familia Glatzel vivió entre 1980 y 1981 con el menor de sus hijos, David. Se dice que aquella familia había adquirido una vieja propiedad y estaban listos para mudarse, pero en los días previos, el niño estaba manifestando una serie de conductas extrañas al tiempo que decía tener visiones de diversas criaturas e incluso de un anciano lo atormentaba amenazándolo con que si llegaban a dicho domicilio, él les haría daño.

Una vez que se mudaron a la casa en cuestión, la familia Glatzel se dio cuenta las conductas y visiones de David no solo habían empeorado, sino que ahora presentaba heridas en su cuerpo. Además, Debbie, la hermana del pequeño, pidió a su novio Arne Cheyenne Johnson que se mudara a la casa con ellos para que les ayudara con la situación. Fue así que Judy, madre del menor, tomó cartas en el asunto llamando a Ed y Lorraine Warren.

Ed y Lorraine Warren. Foto: Getty

El exorcismo de David

Los Warren pusieron manos a la obra. Un sacerdote local bendijo la casa para que la pareja de investigadores paranormales le realizaran una serie de exorcismos a David, esto ya en 1981. En diversas declaraciones para diferentes medios, Lorraine aseguró haber visto durante el procedimiento cómo se dispersaba una neblina oscura junto al niño mientras Ed le hablaba.

Por su parte, el menor dijo que en algún momento sintió que lo asfixiaban unas manos invisibles. Lorraine decía que el chico gruñía, hablaba un dialecto incomprensible e incluso recitaba algunos pasajes de la Biblia. Entonces, según el testimonio de Ed Warren, Arne Cheyenne Johnson gritó “déjalo en paz, tómame a mí” o algo similar, dirigiéndose a la supuesta entidad paranormal que habitaba en el cuerpo de David.

Ruairi O’ Connor como Arne Johnson en ‘El Conjuro 3’.

La situación de Arne Cheyenne Johnson

Tras el exorcismo, David habría presentado una mejoría notable. Sin embargo, tanto Debbie Glatzel como Arne Cheyenne Johnson  (que eran pareja) decidieron no quedarse en la casa que la familia de ella tenía planeado alquilar y se mudaron al suburbio de Brookfield.

En ese lugar, Debbie tenía un trabajo como peluquera de perros en un establecimiento que le pertenecía a un hombre llamado Alan Bono, quién además les rentó una casa a ella y Arne. Para ese entonces, Johnson ya había pasado por un par de accidentes bastante extraños, como cuando chocó su auto contra un árbol.

Aunque pudo ser un accidente común, gracias a los eventos subsecuentes se barajó la posibilidad de que el demonio que habitaba en David realmente podría haber tomado a Arne como su nuevo huésped. La teoría, tan descabellada como suena, cobró fuerza -al menos desde la perspectiva de los Warren- cuando se produjo el trágico enfrentamiento entre Bono y Cheyenne Johnson.

Arne Cheyenne Johnson llega a uno de sus juicios tras el asesinato de Alan Bono. Foto: Getty

El asesinato de Alan Bono

Resulta que el 16 de febrero de 1981, Arne se reportó enfermo en su trabajo y pasó el día con Debbie en su trabajo en la peluquería de perros, lugar que estaba se encontraba en un local debajo del departamento de Alan Bono. Este último, en el transcurso del día, invitó a la pareja y a algunos familiares de ellos a almorzar.

El testimonio de los presentes dice que Bono se embriagó mientras tomaban algunas copas de vino y más tarde tras la comida, todos regresaron al negocio donde trabajaba Debbie. Los testigos dicen que Bono, debido a su borrachera, estaba bastante errático y eso originó una fuerte discusión entre él y Arne.

Durante la acalorada pelea, Debbie le pidió a todos que salieran de la habitación y Alan Bono, en un arrebato, tomó a la pequeña Mary, prima de la peluquera, para obligarla a quedarse. Arne lo confrontó y de un momento a otro, lo apuñaló causándole cerca de cinco heridas en el torso, una de las cuales entró por el estómago y subió hasta la base del corazón.

Los informes basados en las declaraciones de Debbie especifican que Arne estaba haciendo ruidos extraños y gruñía como un animal mientras acuchillaba a Alan. Eso alimentó la teoría de los Glatzel y los Warren sobre una posesión demoniaca nuevamente.

Periódicos que hablaron sobre “El Demonio de Brookefield”. Foto: Especial

El juicio de Arne

Alan Bono fue reportado muerto a las pocas horas del incidente y el joven Arne Cheyenne Johnson, quien había escapado, fue localizado a tres kilómetros de lugar de los hechos. Este suceso hizo eco por muchas razones, pues se cuenta que es el primer asesinato del que se tiene un registro policial oficial en la historia de Brookfield.

El caso recibió alta cobertura mediática ya que Ed y Lorraine Warren sostenían la idea de que Arne estaba poseído en el momento en que decidió apuñalar a Bono. De hecho, el abogado de Johnson, Martin Minnella, intentó usar el argumento de posesión demoniaca en la defensa de su cliente, pero finalmente las autoridades lo desestimaron por tratarse de algo “irracional y poco científico” para determinar una situación legal.

A partir de ello, los medios y el tribunal encargado del juicio denominaron a este caso como “The devil made me do it” (o el diablo me obligo hacerlo), que le da el título a la película de Michael Chaves que se estrena en este 2021. El 24 de noviembre de 1981, Arne Cheyenne Johnson fue declarado culpable por homicidio en primer grado, con una condena que iba de 10 hasta 20 años de cárcel y de los que solo cumplió cinco pues fue liberado por buena conducta.

Se sabe que él y Debbie se casaron mientras el estaba en prisión y después de su liberación, vivieron juntos toda su vida y tuvieron dos hijos. El sitio Digital Spy menciona que Debbie Glatzel, en palabras del director de El Conjuro 3, falleció hace no mucho a causa de cáncer, mientras Johnson sigue vivo y en el anonimato.

Arne Cheyenne Johnson llega a uno de sus juicios tras el asesinato de Alan Bono. Foto: Getty

Entrevista con el director y elenco de ‘El Conjuro 3’

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Editor de Música en Sopitas.com; a veces escribo y hablo de otras cosas. Egresado de FES Aragón UNAM. Los gatos y la música son necesidad absoluta.

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